Autoridad ha aceptado que penales en Sinaloa son campos de batalla de las facciones: CESP

Humberto Quintero
28 octubre 2025

La autogobernanza dentro de los reclusorios es un problema que se arrastra desde hace varios años, y han dejado entrever que los reos no escapan de los penales porque no quieren, advierte Calderón Quevedo

Las autoridades encargadas de los centros penitenciarios han aceptado que estos espacios, que deberían ser controlados, se constituyen en nuevos campos de batalla de las facciones criminales en Sinaloa, señaló el Consejo Estatal de Seguridad Pública.

El coordinador general del CESP, Miguel Calderón Quevedo, advirtió que la autogobernanza dentro de los reclusorios es un problema que se arrastra desde hace varios años, y los antecedentes han dejado entrever que los reos no escapan de los penales porque no quieren.

“El conflicto, que ya tiene poco más de un año en Sinaloa, tiene diferentes campos de batalla y uno de ellos son los penales de Sinaloa en general y el de Aguaruto en particular. Hay una aceptación de la autoridad de que está dividido el penal en dos grandes áreas, y esas áreas tienen internos de una facción y de otra”, declaró Calderón Quevedo.

“No es nueva, tiene larga data y algunos inclusive dejan suponer que no se van porque no quieren, y un ejemplo fue el 17 de octubre del 2019 y el 5 de enero del 2023, en donde hubo intentos y fugas en medio del tema”, sostuvo.

Esto, tras una serie de revisiones en el interior de estos centros, que han arrojado aseguramiento de armas y demás objetos prohibidos, así como recientes riñas que se han registrado principalmente en el Penal de Aguaruto, en Culiacán.

El último altercado dentro de este inmueble del que se tiene registro fue el pasado 17 de octubre, que dejó como saldo un interno muerto, tres heridos y el decomiso de armas y un artefacto explosivo.

Sobre este reclusorio, Calderón Quevedo apuntó que lo ideal sería determinar el cierre del Penal de Aguaruto, cuya estructura y sistema son obsoletos a las necesidades actuales, pero existen limitantes presupuestales.

No obstante, indicó que pueden tomarse vías alternas como reconfigurar el funcionamiento y operaciones de este recinto, para tratar de apaciguar el ambiente y autogobernanza que existe.

“La pregunta sería ¿por qué no remendamos de fondo o hacemos una reingeniería? ¿por qué no aplicamos ejemplos que han sucedido en otras partes del País? Se ha hecho notar el caso del penal de Topo Chico”.

“Necesitamos cerrarlo y aperturar uno nuevo, en este caso interpretamos que es un tema presupuestal, que no alcanza el dinero que tiene Sinaloa como para pensar cerrar este penal y abrir uno nuevo, pero al menos aplicar algunas técnicas de reingeniería”, consideró.