El deporte o el alcohol, la lucha más difícil de Celso Olivas
Después de luchar contra su adicción al alcohol por más de 30 años, el boxeador recomienda a los jóvenes dejar los vicios y enfocarse en el deporte
CULIACÁN._ El dinero, la victoria y los vicios cambiaron el rumbo de la vida del boxeador Celso Olivas Vázquez, campeón nacional de boxeo en México, quien dejó de luchar para sumergirse en el consumo de bebidas embriagantes.
Hoy en día, el pelador forma parte del programa Alcohólicos Anónimos y fomenta el deporte, la disciplina, así como la salud en los jóvenes luchadores.
A finales de 2023, el deportista, originario de Eldorado, fue premiado por el Instituto Municipal del Deporte como Peleador de la Vieja Guardia, por ser uno de los pilares del boxeo en Culiacán.
En su trayectoria como boxeador, el culiacanense peleó un total de 209 rounds en casi 20 años de carrera tras debutar en 1964.
Después de ganar el Campeonato Nacional de Box a la edad de 35 años, Celso se retiró por una falta de interés a este deporte, relacionada a problemas con el consumo de bebidas alcohólicas.
“Ya no quise saber nada del boxeo porque me gustó más la cerveza”, admitió.
La suma de su victoria a nivel nacional, y los vicios que abundan en el mundo deportivo, resultaron en que Celso dejara de entrenar después del campeonato para sumergirse en los excesos.
“Casi todo el peleador, la gente pobre como uno, casi todos los boxeadores son pura gente pobre que quiere ser algo en el box, yo fui uno de ellos. Me gustó mucho el box y ya empecé a tomar cuando ya empecé a ganar dinero; empecé a ganar dinero y me empezaron a invitar, y agarré la borrachera”, recordó.
Fue así como el deportista se hundió en su adicción por el alcohol por más de 30 años.
Pese a las súplicas de sus amigos, familiares y su esposa para priorizar el deporte sobre su adicción, Celso se negó a dejar de consumir bebidas alcohólicas.
“Mi mujer me decía que dejara el alcohol y que no dejara el deporte, nomás que no hice caso, se me murió mi mujer y más me tiré a la borrachera”, agregó.
Los años pasaron, hasta que un día de 2013, un amigo suyo tuvo un sueño aterrador en el que Celso moría a causa de sus vicios.
Con el corazón acelerado por la preocupación, el hombre contactó al peleador para pedirle que ingresara a un programa de rehabilitación, que cambiaría su viva.
“Él soñó que yo había muerto y se preocupó mucho por mí, un chin... se preocupó, y me llenó el corazón y me metí a ese programa de Alcohólicos Anónimos, ya ahorita estoy en él”, dijo.
“Ahí me quedé, le dije ‘¿Cómo no me hablaste con más tiempo?’, y sí me hablaron, pero con dinero, estaba nuevo y no me interesaba eso”.
Actualmente, el culiacanense cumple ocho años formando parte del programa de rehabilitación, entrena diariamente y agradece de gozar de una buena salud a su edad.
“Tengo ocho años sin tomar, tengo 77 años y me siento perfectamente bien, gracias a Dios, porque si no me meto al programa este yo digo que ya estuviera bajo tierra”, expresó Celso.
Con la esperanza de que las jóvenes promesas del boxeo no trunquen sus carreras por preferir los vicios, recomendó a los deportistas a enfocarse en su salud y el ejercicio, para trascender más allá de la lucha libre nacional.
“Para poder ser alguien en la vida y los jóvenes que les gusta el box, que se cuiden y no caigan en el alcohol como caí yo, les recomendaría que se cuidaran y siguieran adelante”, invitó.