'El Taqhero', el decorador de calles
"Crea imágenes y hace comunicación audiovisual. Es artista, aunque no se considera urbano. Él, "El Taqhero", transforma muros y calles de Culiacán"
Le pide "lumbre" a los dos desconocidos que pasan a su lado, los jóvenes se detienen y le facilitan fuego, él inclina su cuerpo hacia adelante para posicionar el cigarro.
"El Taqhero" dice "gracias, compa". Degusta la nicotina, el humo pasa por sus pulmones y, luego, exhala una capa de humo gris.
Está frente al mural que dice es el proyecto más ambicioso porque lo construirá a lo largo de su vida.
Es la pared de uno de los muros que cruza el Parque Las Riberas y que permite la continuidad de la calle Áquiles Serdán.
La obra "La historia del tiempo" es una pintura de siete cabezas de caballos azul, amarillo, blanco y rojo. Un griego que monta un caballo con dos cabezas. Un automóvil rojo. El rostro de su musa repetido cinco veces, con el cabello teñido de colores: amarillo, rosa, rojo combinado con verde y azul. Al lado están las ondulaciones del agua. Y la palabra "Eterno" en rojo. Son personas, animales y objetos repetidas dos, tres, cuatro y más veces porque, según él explica, están en movimiento, en el cambio constante del tiempo.
"Haré este dibujo durante toda mi vida, es decir, que nunca lo voy a terminar. Espero que dure mucho el proceso", dice.
Daniel es un joven de 30 años, quien cree que su nombre y firma no son lo más importante. Ahora piensa en cambiar su seudónimo de “El Taqhero” a “TR3S E”. Cree que la identidad se forja en la obra.
"Cada vez que me preguntan acerca de lo de 'El Taqhero' creo que ya no tiene que ver mucho con lo que hago. O más bien, no tiene que ver por qué empezó a lo que estoy haciendo (ahora)", menciona.
Ha estudiado diferentes profesiones y técnicas: filosofía, diseño, publicidad de guerrilla, ilustración, figura humana. Crea imágenes y hace comunicación audiovisual. Es artista, aunque no se considera urbano. Él, "El Taqhero", es el decorador de las calles de Culiacán.
La expropiación
Embellece el Centro de Culiacán.
Ha revivido las paredes y edificios sucios, empolvados y abandonados, con la creación de su imaginación y pensamiento. Y también les ha estampado su firma.
"La mayoría de las veces en donde pinto está abandonado y está muy mal, se nota que (las personas) se meten a inyectarse (drogas)", refiere.
Él dice que expropia el espacio público por el que transitan los niños, los estudiantes, los jóvenes, los músicos, los profesionistas y los conductores de transporte público y privado.
En otras palabras, es un decorador de exteriores.
"Me lo expropio porque no voy y pido permiso a la persona que es el dueño de la casa o de la barda, mucho menos cuando es un puente. Eso es expropiarlo. No es que me lo pueda quedar, ¿qué te puedes quedar (en la vida)? Por ejemplo, aunque te robes una casa, ya sea tuya, o sea, alguien la puede destruir o alguien puede llegar (y quitártela, diciendo:) 'ay, es mía'... Que me lo expropie no significa que ese muro va a estar pintado para siempre. Es algo efímero, igual que todos, igual que la vida", comenta.
En los muros, plasma ilustraciones de amor, feminidad, fantasía y el tiempo, en una zona contaminada por la basura, el ruido y los anuncios de publicidad de productos y servicios comerciales.
En la calle, se observan retratos de mujeres sin nombre, pero cuyos rostros son azules y violetas. Están de perfil, el cabello corto y los labios rojos. Son atractivas y sensuales.
Algunas de ellas son acompañadas con flores y ojos.
"Pinto más caras que otra cosa. Y la gente piensa que pinto ojos porque es lo más expresivo en la cara, es lo que más se nota. Aunque también otros objetos que no tienen ojos también les he puesto ojos", detalla.
"Con esto quiero decir lo que está pasando en este momento, o sea, nosotros estamos siempre vigilados y con nuestro consentimiento. Estamos hablando de todo de lo que hacemos, subimos imágenes del lugar en el que estamos, o sea, estamos como en el 'big brother' y me refiero al de 1984", piensa.
"No nos obligan a dar cierta información o estar ahí", reflexiona, "por nosotros mismos estamos compartiendo toda esa información".
En la Plazuela Álvaro Obregón, realiza tributo al músico: un hombre sentado en una banca y que sostiene la guitarra.
Los murales que realiza son coloridos: amarillo, rojo, azul, rosa y violeta.
En tanto, los dibujos que realiza en su cuaderno se difuminan en la escala de las tonalidades de grises. Son los cuerpos desnudos de mujeres que, a veces, son acompañadas por algún hombre.
"(La mujer) es nuestra casa, de ahí venimos. Es lo más natural, no sé por qué tendríamos que verle el lado malo al cuerpo, incluyendo el de los hombres. Yo dibujo mujeres porque estoy más influenciado en mujeres", expresa.
--¿Y has dibujado hombres?
--Con referencia, no. Sí he dibujado pero no acerca de mi trabajo.
--¿Por qué, porque es más sensual y atractivo el cuerpo de una mujer que el de un hombre?
--No, ¡imagínate! Creo que si el cuerpo de una mujer desnuda es ofensivo para muchas personas, el del hombre es más todavía. Es más censurado todavía y no sé por qué tampoco.
Daniel es un artista popular. Por las tardes, camina por el "Paseo del Ángel", una zona de la calle Ángel Flores en el que hay restaurantes, cafés y bares. Ahí saluda a sus "compas". A veces, pasea a su perro y, otras veces más, se le ve beber cerveza y fumar.
Ahora: el tiempo
El tiempo es ahora el tema que más le interesa exponer en su obra.
"Porque es el modo de diferencia un momento de otro, de un recuerdo, de una imagen a otra. Algo que està siempre en movimietno. Es una ilusión a través de la mente", expone.
"Si solo recuerdo estar vivo, es que siempre hemos existido", asegura.
"No siempre estamos en el mismo espacio, estamos cambiando. Cada movimiento de nosotros es como unas fragmentación de nosotros mismos".
Y sí, el ser humano cambia, está en movimiento constante. Ya no está en el lugar en que antes ocupaba.
El próximo viaje
Ahora Daniel aprende árabe. Toma un curso con un amigo por internet. Ya presume que sabe preguntar: ¿cómo estás?, y dar gracias. Lo hace porque próximamente piensa viajar a Marruecos, al norte de África, que pertenece al grupo de países conocidos como "Mundo árabe".
Es una monarquìa constitucional. El turismo cultural y ecológico es el más atractivo. La religión que predomina es el islam, los idiomas oficiales son el árabe clásico y el bereber que se relaciona con las etnias que pertenecen al país. Y posee nueve bienes declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
"Quiero ahí hablar de amor y respeto", dice, "porque creo que es lo que más hace falta en todo el mundo".
Y también del perdón, agrega.
El decorador del centro de Culiacán intenta expandirse al nuevo continente.
ASÍ LO DIJO
"Me lo expropio porque no voy y pido permiso a la persona que es el dueño de la casa o de la barda, mucho menos cuando es un puente. Eso es expropiarlo. No es que me lo pueda quedar".
"(La mujer) es nuestra casa, de ahí venimos. Es lo más natural, no sé por qué tendríamos que verle el lado malo al cuerpo, incluyendo el de los hombres".
Daniel, "El Taqhero"
Artista urbano