En Culiacán, Santa Clos también resiente a la crisis de violencia
Sentado en una esquina del Centro, un Santa callejero con más de 30 años de tradición cuenta que este diciembre apenas ha reunido monedas. La caída del consumo y la violencia que se intensificó desde septiembre de 2024 marcan una Navidad distinta en Culiacán
A la 1:20 de la tarde, bajo el sol del Centro de Culiacán, Santa Clos permanece sentado en la esquina de siempre. Empuña una bolsa de plástico transparente donde guarda los 100 pesos en monedas que apenas ha logrado reunir durante su jornada.
La escena contrasta con otros diciembres y resume una Navidad distinta en una ciudad golpeada por la violencia y la crisis económica.
“Muy mal este año, sinceramente. Nada que ver con el año pasado”, dice.
Se hace llamar Shuew Era Voy cuando no usa el traje. Tiene 49 años y más de tres décadas vistiendo de Santa en la ciudad. Comenzó joven, cuando le ofrecieron el trabajo, y desde entonces diciembre lo encuentra siempre en la calle, saludando niños, posando para fotos, esperando que alguien se acerque.
“Llegó Santa Clos a Culiacán”, grita instintivamente cada que los pequeños deambulan junto a sus madres que a las prisas los jalan para cruzar la calle o por tradición piden una foto con él.
Llega alrededor de las 11 de la mañana y se va a las 5 de la tarde, cuando el calor ya no permite seguir.
Antes trabajó para tiendas departamentales; desde hace cinco años decidió independizarse y colocarse siempre en el mismo punto entre la Avenida Juan Carrasco y la Calle Miguel Hidalgo. Ahí, dice, ha sido Santa toda su vida en Culiacán.
Los niños que se acercan le piden juguetes, bicicletas, una Navidad distinta. Algunos solo buscan un abrazo. Otros pasan con miedo o sin detenerse.
“Lo más triste es cuando te piden un regalo grande y tú no sabes qué decirles”, cuenta.
Aun así, insiste en que no se le puede negar un abrazo a un niño.
“Todos fuimos niños, esto es una tradición”.
Pero esta Navidad se vive diferente. Para estas alturas del mes, explica, en años anteriores ya había reunido entre 30 y 40 mil pesos. Ahora, apenas suma entre 5 y 7 mil a siete días de la Navidad.
“Todos estamos serios, hasta yo estoy triste porque no llevo nada”, dice mientras observa el flujo constante de personas que caminan sin mirar.
El propio Santa apunta la razón sin entrar en detalles: menos ingresos, menos consumo, menos ánimo.
“La gente sale a comprar lo necesario, no se toma fotos, no coopera. Todos sabemos lo que está pasando en Sinaloa”, resume.
Desde septiembre de 2024, el Estado enfrenta una crisis de violencia derivada de un conflicto interno del Cártel de Sinaloa, luego de la detención de Ismael “El Mayo” Zambada en Estados Unidos, tras ser raptado en Culiacán por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
La inseguridad no solo ha modificado rutinas y horarios, también ha impactado la economía cotidiana, especialmente en quienes dependen del ingreso diario.
La experiencia de este Santa callejero se inserta en un contexto económico adverso.
El impacto de la violencia en Culiacán
De acuerdo con la economista Cristina Ibarra, presidenta de la Federación Mexicana de Economistas Colegiados, la crisis de violencia ha impactado directamente en la economía de Culiacán y en la salida de población del Estado.
“Este año no ha sido un mejor año en términos económicos y todavía pues no se sabe cuál va a ser el resultado final de todo esto”.
“Ahorita el INEGI está proyectando que del 2024 al 2025 25 mil personas se fueron del estado... el PIB per cápita de Sinaloa cayó a niveles de hace más o menos 10 años. Entonces, estamos regresando 10 años en el tiempo en términos de ingreso y lo peor no es solo eso, eso es al 2024 porque por el dato del INEGI va retrasado 1 año”, resaltó.
Sinaloa acumula ocho meses consecutivos con pérdidas de empleo formal, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
En ese periodo, el Estado ha registrado reducciones interanuales constantes en el número de trabajadores inscritos.
Aunque en septiembre se observó un breve repunte con la creación de 3 mil 007 empleos formales, la tendencia general se ha mantenido a la baja.
Las cifras comparadas con el año anterior confirman la magnitud de la caída: en febrero se perdieron 11 mil 275 empleos; en marzo, 11 mil 526; en abril, 14 mil 717; en mayo, 11 mil 468; en junio, 15 mil 700; en julio, 13 mil 773; en agosto, 6 mil 674, y en octubre, 10 mil 006 empleos formales menos en Sinaloa.
Para Chuy Herrera esta actividad representa su principal ingreso durante 24 días del año; el resto del tiempo se define como trabajador independiente, sin algo fijo que lo respalde.
Aun así, asegura no tener miedo de salir.
“El que vive a gusto y no se mete con nadie puede andar donde quiera”, afirma.
Vive con su mamá, pasa la Navidad en casa, cenan y duermen. Esa ha sido su tradición siempre.
Para Chuy Herrera, ser Santa no es difícil por el trabajo en sí, sino por la soledad económica que se siente.
“A mí me gusta el personaje, pero está muy solo”, dice.