La química de la pareja feliz
08 noviembre 2015
"La estrecha convivencia podría mantener fuerte y armoniosa la relación de una pareja o, por el contrario, deteriorarla y provocar la ruptura"
La estrecha convivencia podría mantener fuerte y armoniosa la relación de una pareja o, por el contrario, deteriorarla y provocar la ruptura. Los últimos hallazgos en el campo de la química cerebral indican que ambas cosas son posibles. Si una pareja no logra superar los problemas de las distintas etapas de la relación, quizá acabe por separarse.A veces la ruptura es predecible porque el cerebro dicta una serie de reacciones naturales durante cada fase de la convivencia. De la manera como se afronten esas etapas depende que la relación dure o se termine.
Etapa 1
Enamoramiento
Cuando dos personas se enamoran, ocurren cambios en su cerebro. Aumenta mucho su secreción de feromonas (sustancias que actúan como señales sobre los sentidos), así que cuando se huelen o miran, es como si sus mentes se fusionaran.
La alta concentración de la hormona oxitocina puede hacer que soslayen o no se percaten de sus respectivas conductas molestas, pero al final la pasión disminuye y la relación pasa a otra etapa.
Etapa 2
Desencanto
Al cabo de unos meses, la química cerebral y hormonal empieza a cambiar, y la parte "pensante" del cerebro (la corteza) comienza a percibir los defectos de la pareja. Entonces sentimos mutuo enojo, irritación e incluso cierto temor. Si nos casamos durante la etapa 1, en la segunda etapa podemos empezar a poner reparos.
Mientras el marido se apoltrona frente a la televisión en vez de conversar con su esposa, ella quizá comience a preguntarse: ¿En qué estará pensando? Se siente rechazada, sobre todo porque él ha dejado de revelarle sus emociones y sentimientos.
Por su parte, él no entiende por qué su mujer ha empezado a criticarlo por "pequeñeces". Llevan unos años de casados y quizá ya tengan un hijo. ¿Qué más quiere ella? Aunque él sabe que está fallando en algo, no se le ocurre cómo remediarlo.
Se han disipado las sustancias cerebrales que prevalecían en la etapa del cortejo y el enamoramiento, y la pareja siente desilusión.
En ese momento resulta fácil atribuir la falla a nuestro cónyuge y pensar: No es la misma persona con quien me casé. Con todo, es normal pasar por este periodo de confusión, de merma de sustancias químicas en el cerebro de ambos.
Es también un paso indispensable para que sus mentes tan disímiles "se fusionen" y empiecen a funcionar coordinadamente.
Etapa 3
Lucha de poder
La pareja que experimenta el desencanto suele enfrascarse luego en una lucha de poder. Ambos contrarrestan la merma química tratando de lograr que el otro vuelva a ser como era (o creían que era) en la etapa de enamoramiento. Mientras dura esta lucha, afrontan la dificultad adicional de ser neurológicamente "distintos", ya que su respectivo cerebro los hace pensar, comportarse e incluso amar de manera muy diferente.
Se trata de un periodo doloroso, y por estar enfrascada en la lucha de poder, la pareja no se percata de que sus diferencias cerebrales en realidad pueden ser la clave para que su matrimonio dure toda la vida.
Mientras se encuentra en esta etapa, el hombre quizá desee realizar más actividades independientes, y la mujer, tener más contacto con sus amistades. Aunque esta tendencia se origina en conductas y funciones de género aprendidas, las diferencias se acentúan por efecto de hormonas como la testosterona y los estrógenos.
¿Cómo repercute esto en el matrimonio? Una de las principales razones por las cuales las parejas se atacan despiadadamente durante la etapa de lucha de poder son las actitudes que hombres y mujeres tenemos respecto a la independencia conyugal.
No resulta sorprendente que muchos matrimonios que acaban en divorcio duren entre siete y ocho años, en promedio: el mismo tiempo que cada persona invierte en tratar de que su pareja "cambie".
Sin embargo, la naturaleza no nos permite dar marcha atrás al reloj químico y neurológico, y el ciclo de vida sigue su curso.
Una nueva etapa de la relación comienza cuando ambos cónyuges se descubren por fin como hombre y mujer y como amantes. Para ello es necesario que los dos cobren conciencia de ciertos elementos que habían permanecido ocultos bajo la superficie.
Etapa 4
Despertar
Lo que muchas parejas no consiguen entender es que, antes de asumir cierta independencia en su relación, hay un paso previo que les pasa inadvertido a ambos. Durante las tres primeras etapas del matrimonio, los esposos mantienen una convivencia muy estrecha, lo que anula sus respectivas individualidades.
Un hombre puede considerar una pérdida de tiempo las emociones de su mujer, así como su necesidad de comunicación, sus deseos sexuales e incluso su actitud hacia las tareas domésticas.
A su vez, ella puede percibir como egoístas o amenazadores los hábitos, pasatiempos, preocupaciones de trabajo y la necesidad de independencia de su marido.
Durante la cuarta etapa, la pareja "despierta": cobra conciencia de que la estrecha cercanía en que han vivido no es tan saludable y que ahora deben separarse en un sentido sicológico. Esta separación no implica divorciarse: significa comprensión recíproca.
Durante el despertar, la parte pensante del cerebro prevalece y contrarresta las reacciones emocionales que podrían generar conflictos y una sensación de pesadumbre por la pérdida o disminución de la pasión.
Así, cuando la mujer hace algo que molesta al marido, éste quizá se contenga, guarde silencio y se limite a pasar por alto el asunto.
A su vez, cuando él hace algo que a su esposa le resulta enfadoso, ella podría decir comprensivamente: "Ahora entiendo de qué se trata esto".
Al final, los hombres se dan cuenta de que las mujeres tienen razón: si no hay suficiente cercanía, lo más probable es que la relación se vaya a pique.
Pero también los hombres están en lo correcto: si no se goza de suficiente independencia, es muy probable que ocurra lo mismo.
Cuando nos alejamos demasiado de nuestro cónyuge, se va extinguiendo el amor de que disfrutamos al principio, más la relación tampoco sobrevivirá si hay tal cercanía que uno de los dos impida que el otro se sienta libre.
La clave del éxito estriba en comprender las ventajas de la química cerebral masculina y femenina.
Etapa 5
Consolidación
El equilibrio entre las formas prototípicas de relación entre hombre y mujer constituye un estado de amor equilibrado al que yo llamo "independencia íntima". La lucha de poder se termina, y la pareja adopta las estrategias del amor maduro, que fomentan la independencia y la intimidad al mismo tiempo. Los esposos ahora conviven, crían a sus hijos y dan y reciben amor, pero no porque se hayan vuelto iguales, sino porque han aprendido a ser felizmente distintos.
Con información de El Rincón de la Ciencia.
'¿Por qué me enamoro de una persona y no de otra?'
El químico Francisco Muñoz de la Peña explica que innumerables investigaciones sicológicas demuestran que son decisivos los recuerdos infantiles (conscientes e inconscientes).
La llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: "cada cual busca la pareja que cree merecer".
"Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra".
El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos.
Así pues antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
Con información del rincón de la ciencia.
La clave del amor
La clave del éxito estriba en comprender las ventajas de la química cerebral masculina y femenina.
¿Qué es la química del amor?
Es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan).
Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.
Enamoramiento
Cuando se encuentra a la persona deseada se dispara la señal de alarma a través del sistema nervioso, el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas).
Sus efectos se hacen notar al instante:
- El corazón late más deprisa (130 pulsaciones por minuto).
- La presión arterial sistólica (lo que conocemos como máxima) sube.
- Se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular.
- Se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.