Los rayos
08 noviembre 2015
"Los rayos"
Armida Reynoso
La descarga eléctrica atmosférica o, comúnmente conocida como el rayo, ha sido uno de los fenómenos meteorológicos más admirados, temidos, interpretados y estudiados por las diferentes culturas a través de los siglos.- Su interpretación se remonta a la antigua cultura Acadia, 2000 a. de C., la que representaba el fenómeno del rayo mediante una diosa parada sobre los hombros de un guardián alado y tras de ella, sobre un carro de cuatro ruedas, el Dios del Tiempo lanzando rayos con su fusta.
- La mitología China representa el rayo con la colorida Diosa Tien-Mu. Ella sostiene firmemente dos espejos para dirigir los destellos del rayo.
- Se le representó como un hombre vigoroso y maduro, de pie o sentado, en actitud digna y, generalmente, vestido de la cintura hacia abajo, llevando en su mano el cetro o el rayo.
- Según la mitología nórdica, Thor, el Dios del Trueno, caracterizado por su barba roja, producía rayos a medida que su martillo Myolnir de mango corto, golpeaba un yunque o lo lanzaba y volvía a su mano como un bumerang, mientras cabalgaba en su carroza "tronadora", alrededor de las nubes.
- Para la cultura Inca, el Dios del rayo era Ilyapa. Tenía su propio templo con su sacerdote. Ilyapa era un hombre ataviado con reluciente vestido, que llevaba una porra en una mano y en la otra, una honda. El relámpago era el fulgor que despedía su vestido al moverse; el trueno, la descarga de su honda y el rayo, el proyectil de piedra.
- Para la cultura Azteca, el rayo fue un fenómeno que dependía del Dios de la lluvia, Tláloc, que regaba la tierra mediante la cual crecían todas las yerbas, árboles y frutas. También era él quien enviaba el granizo, los relámpagos, los rayos, las tempestades y los peligrosos ríos y mareas.
- Los dioses de la lluvia en la cultura Maya eran los Chacs y se conocían con el nombre de los regadores. Eran ellos quienes producían los relámpagos, los rayos, las tempestades, las tormentas y la lluvia.
Un lindo cuento para los temerosos pequeños
Siempre que había tormenta, los animales del bosque encantado corrían asustados a esconderse, temerosos de los brillantes rayos y los aterradores truenos. Sin embargo, un día, la tormenta apareció tan rápido que a casi ninguno le dio tiempo de llegar a su escondite y cuando más asustados estaban, algunos vieron aparecer de entre los árboles una pequeña lucecita, donde poco antes había caído un rayo.
La pequeña lucecita saltaba y gritaba contenta y todos corrieron a ver quién podía ser el loco que se alegraba en medio de una tormenta.
Así conocieron al primero de los magos chispitas, que eran unos seres diminutos que brillaban intensamente por todas partas, como si se hubieran tragado una estrella.
Tin, que así se llamaba aquel mago chispita, resultó ser muy simpático y alegre, y cuando todos le preguntaron cómo podía estar tan alegre un día de tan feroz tormenta, respondió sorprendido: - "¿Pero cómo no voy a estar alegre, si acabo de escaparme después de 2 mil años?".
Entonces contó a todos cómo el brujo Negrón había secuestrado a todos los magos chispitas hacía miles de años y los había encerrado en unas grandes y negras nubes, donde les obligaba a trabajar como sus esclavos.
Era casi imposible escapar de aquella prisión, pero de vez en cuando, algunas nubes chocaban, y con el golpe se rompían pedacitos de nube, por los que un mago chispita podía escapar.
Cada vez que uno escapaba, lo hacía tan rápido que su estela de luz se convertía en un rayo que iluminaba el cielo y poco después el brujo Negrón, cuando descubría la huida, gritaba furioso y golpeaba las nubes. Sus gritos tenían muchísima rabia y por eso los truenos retumbaban tan fuerte en el cielo.
Emocionados con la historia de Tin, aquellos animales nunca más volvieron a tener miedo de las tormentas y los truenos. En su lugar, cuando el cielo comenzaba a cubrirse de nubes negras, todos se reunían en la gran roca, para desde allí observar mejor la tormenta, poder aplaudir y vitorear cada vez que un pequeño mago chispita conseguía escapar de las garras de Negrón, y burlarse y abuchear al brujo con cada uno de sus rabiosos truenos de protesta.
* ¡Recuerda esto la próxima vez que llueva, para que se lo cuentes a tus hermanitos y no se asusten con los truenos!
Una explicación científica
En este preciso instante, en el mundo hay miles de tormentas eléctricas en actividad, generando no sólo precipitaciones, sino también otros fenómenos. Entre ellos, uno de los más espectaculares que tiene la naturaleza: el rayo.
Los Rayos entran en la categoría de "electro-meteoros". Se hacen presentes formando una línea muy brillante y zigzagueante que se extiende entre una nube y otra, o bien, entre una nube de tormenta y el suelo.
Sin embargo, hay otro caso un poco más raro que es el de las centellas, que se presentan en forma de esferas muy luminosas y también brillantes, cuya trayectoria es errática o a veces quedan suspendidas en el aire. Pronosticar con precisión el lugar y el momento donde éstos van a caer es realmente imposible.
Otro fenómeno que está directamente relacionado con el rayo, pero que se percibe con el sentido del oído es el trueno.
Surge del impresionante calentamiento que produce esa corriente eléctrica en forma de rayo o relámpago, que cuando se produce expande el aire generando ondas de presión muy fuertes, que después se propagan como ondas sonoras percibidas por el observador como un fuerte estruendo al que se llama así: trueno.
Ambos, rayo y trueno tienen el mismo origen: una descarga eléctrica entre dos elementos con carga eléctrica opuesta.
El rayo y el relámpago es lo que ves y el trueno es lo que escuchas del mismo fenómeno, sólo que el primero se propaga con la velocidad de la luz, 300 mil kilómetros por segundo, y el segundo lo hace con la velocidad del sonido, que en el aire es de aproximadamente, 330 metros por segundo, dependiendo de la temperatura y de la densidad del aire.
Es por eso que primero vemos la luz y algunos segundos después percibimos las ondas sonoras, lo cual, por otra parte, permite tener una idea de cuán lejos o cerca está la tormenta de nosotros. Por ejemplo, si contamos los segundos que pasan entre que vemos el relámpago hasta que escuchamos el trueno, podremos calcular a qué distancia se encuentra la tormenta.
¿Cómo? Fácil: si las ondas sonoras viajan a 330 metros por segundo, en 3 segundos habrá recorrido aproximadamente 1 kilómetro.
Hagamos un ejercicio matemático
Supongamos entonces que vimos un relámpago y a los 5 segundos escuchamos el trueno... creo que no es necesario hacer la regla de tres para darnos cuenta de que la tormenta está a, poco más, poco menos, de mil 500 metros ¿no?
Algunos datos interesantes
- El rayo transporta corrientes eléctricas que pueden llegar a 30 mil amperios durante millonésimas de segundo, con potencialidad que sobrepasan los 15 millones de voltios.
- La velocidad de propagación del sonido en el aire es de mil 200 kilómetros por hora.
- El aumento de la temperatura por donde pasa la descarga llega a 30 mil grados centígrados.
- Diariamente, en el mundo, se producen unas 44 mil tormentas y se generan más de 8 millones de rayos, según el sistema de detección mundial de meteorología.
- Se calcula que aproximadamente sólo el 60 por ciento de los rayos producen truenos.
¿Sabías que el trueno es aire que explota?
Los truenos no son una cosa, son un suceso, algo que ocurre. Es el sonido que oímos después de una explosión.
El aire alrededor del rayo se hace muy, muy caliente y se expande muy rápido, al igual que en una explosión.
¿Te gustaría hacer la prueba? Sólo necesitas lo siguiente:
Un globo
Una botella
Una cacerola
Agua
Una fuente de calor
¿Qué hacer?
Ajusta la boca del globo a la boca de la botella. Coloca la botella en la cacerola y echa, lentamente, un poco de agua caliente alrededor de la botella. Espera y fíjate lo que le sucede al globo: "¡wow!" Se infló solito.
El calor que se transmite a la botella hace que el aire se expanda y ocupe más espacio, por eso el globo se infla al llenarse de aire caliente. Seguramente has inflado una bolsa de papel y con tus manos la haces estallar... pues igual suena un trueno.
No te preocupes si aún así te sigue dando un poco de temor al escuchar los rayos en un día de lluvia
- Cuando haya tormentas, busca cerrar apenas los cristales de la ventana.
- Observa la lluvia y cuenta cuántos relámpagos aparecen en el cielo.
- Recuerda la verdadera naturaleza de los fenómenos, el por qué de la lluvia, de los relámpagos y el ruido de los truenos.
- Recuerda que son fenómenos naturales y pasajeros.
- Y que no les hará daño alguno.