CARLOS 'CUATE' ALEMÁN BUENO Despedida de un ampáyer
"Rinden homenaje a uno de los personajes que fue un ejemplo en el campo del softbol en Culiacán"
Las puertas del campo de softbol Gloria Borrego Núñez están abiertas. En el terreno de juego, así como en las gradas, personas esperan el cuerpo de Carlos 'Cuate' Alemán Bueno. Quieren rendirle tributo, antes de partir.
Pasadas las 11:00 horas, al campo ingresa una carroza blanca. En su interior, un ataúd metálico de color café. Adentro de esa caja, descansan los restos del 'Cuate' Alemán, como así se le conoció en vida al jugador de softbol y formador de cuerpos de ampayeos.
La carroza se acomoda en la zona de home, donde por muchos años el 'Cuate' Alemán marcó estrikes a los pítcheres y de igual forma, también a él se los cantaron, porque en vida fue lanzador de este deporte.
El ataúd es sacado de la carroza y colocado en la zona de los disparos, desde donde metió estrikes, bolas y sacó outs por la vía del ponche.
Dentro del homenaje, el hijo José de Jesús Alemán Cervantes menciona a los presentes, que el bello deporte que es el softbol, fue la pasión de su padre y de su familia.
Por más de 25 años, su papá estuvo al frente de la organización del ampayeo, actividad que realizó con mucho gusto y en donde logró muchos amigos.
Después de sus palabras, Ceferino Espinoza abre el homenaje al 'Cuate' Alemán.
"Amigos aficionados, muy buenos días, la alineación que nos presentan en esta ocasión, es el lanzador Carlos Alemán Bueno", canta Espinoza, y le vienen los aplausos de los ampáyers, su familia y sus amigos.
Los ampáyers, frente al maestro, el compañero, el amigo se acomodan en posición de juego, después de cantar el Play Ball. Como si el 'Cuate' estuviera lanzando, al unísono le cantan tres estrike, poncha y saca out. Vienen los aplausos nuevamente.
Los ampáyers se juntan y lanzan la porra: "Cuate, Cuate, Cuate", parte del ritual deportivo cuando un equipo de softbol gana un partido. Nuevamente los aplausos.
Rigoberto Quintero Beltrán, presidente del comité municipal de Softbol manifiesta que se despide a un gran amigo, softbolista, pilar del ampayeo en Culiacán.
"Quienes lo conocimos, nos sentimos orgullosos de él, de igual manera su familia debe sentirse orgullosa de lo que el 'Cuate' Alemán hizo y perdurará para siempre".
Fue un gran amigo que trabajó en todas las ligas y quizás a todos ampayeó, menciona en su discurso con el cuerpo presente.
"Con mucho cariño le decíamos 'Cuate' Alemán y ese 'Cuate' Alemán, perdurará por mucho tiempo, mientras su familia y los softbolistas lo recordemos, aquí estará con nosotros", continúa Quintero.
Carlos Alemán Cervantes, otro de sus hijos, agradece a todos la compañía que brindaron en este momento difícil.
"Agradecerles, para nosotros valioso el apoyo de todos ustedes, nos ayuda un poquito a minimizar el dolor, sabemos que él está descansando, está con Dios y desde allá arriba nos va a estar cuidando", dice.
El nieto también agradece el apoyo y planteó seguir adelante con el legado de su abuelo.
"Nos va a cuidar desde arriba, así será siempre", expone.
El hijo José de Jesús Alemán Cervantes resalta el apoyo que su madre Hilda Margarita siempre brindó a su padre.
"Dicen que detrás de un hombre, hay una gran mujer: mi madre. Como todos la conocen, era una persona que siempre estuvo en todos los campos de juego con él".
Por lo apegada a su padre, a su madre la llamaban la 'Cuata', quien estuvo con él, hasta el último instante.
Hilda Margarita bendice y agradece a todos los que están con la familia en este momento de duelo.
Horacio Díaz recuerda los momentos de gloria que como pítcher tuvo el 'Cuate', pero también recordó la anécdota de cuando lo bautizó 'el 24 horas', porque en ese lapso perdió tres juegos. Pese a la carrilla, él reía.
"Hay tantas anécdotas de él porque era una persona carismática, que no tenía enemigos por ningún lado, era una persona que se llevaba con todo mundo".
El periodista deportivo David Velázquez señala que Alemán siempre mantuvo la ecuanimidad pese a lo difícil de un juego.
"Él siempre trató de ser muy mediador cuando la gente iba y le reclamaba por alguna marcación que nosotros considerábamos no era la adecuada, él siempre fue ecuánime, nos escuchaba".
Después de los discursos, todos los ampáyers otra vez al unísono cantan: 'play ball' y se montan guardias de honor para quien murió a sus 68 años de edad.
El homenaje termina, es hora de partir. El ataúd es subido a la carroza y antes de abandonar el terreno de juego recorre las cuatro almohadillas. Cuando llega a home, gritan 'safe' al 'Cuate', sinónimo de que anotó carrera.
Después del 'safe', la carroza sale y parte al panteón donde el softbolista y formador de ampáyers, que el pasado jueves se infartó y el domingo por la noche sufrió un paro cardiorespiratorio, descansará por siempre.