Consolidación ósea
Amigo lector de Noroeste, hoy en día en que los accidentes están a la orden del día, vemos cómo los accidentados sufren cada lesión, que pueden ir desde simples escoriaciones hasta la muerte. Pero qué hacemos nosotros, “es probable que cada accidente lo olvidemos sin aprender”. Pues bien, dentro de las lesiones frecuentes están las fracturas, que pueden ir desde las fisuras, hasta fracturas completas, y es aquí donde trataremos que usted como afectado sepa que todo manejo lleva un tiempo promedio en el cual el profesional de la medicina le dará recomendaciones para la buena evolución de la lesión. Pero si usted decide alterar las indicaciones, bueno pues el que va a sufrir va a ser usted, recuerde que no hay superhombres ni supermujeres, en cambio, si sigue las indicaciones, lo más probable es que le vaya bien.
En el manejo de fracturas el paciente juega un papel importante no solo para la consolidación de la fractura, ya que existen numerosos factores que alteran la consolidación de la misma, la cual puede provocar alteraciones en la evolución pese a las distintas opciones de tratamientos conservadores y quirúrgicos. Sin embargo, es posible disminuir las secuelas y cambiar el curso de eventos traumáticos al manipular variables que se asocian con el proceso de ontogénesis (formación de hueso nuevo), y mejorar clínicamente el cuidado de la fractura.
En México existe un aumento en la población mayor de 50 años (se está haciendo un país de población vieja), y con esto el aumento de fracturas por otra causa que es la osteoporosis, donde la fractura de tobillo es la más frecuente después de los 75 años.
Pero sea cual sea la causa de la fractura, en el manejo es importante el trabajo en equipo, donde el principal colaborador va a ser el paciente, ya que en las alteraciones que se dan para la consolidación y su complicación local, dentro de las causas está el exceso de movimiento en el lugar de la fractura y la insuficiente vascularización de los fragmentos. Se trata de dos procesos que difieren en su fisiopatología, evolución, pronóstico y tratamiento.
Cuando se produce una fractura, la reparación ósea puede tomar dos caminos, seguir un proceso reparativo exitoso o sufrir algún trastorno en el proceso normal reparativo exitoso que retarde el proceso o, no realizarlo en ningún momento. Podemos entender por retraso en la consolidación cuando ésta no ha avanzado a la velocidad media esperada (3 a 6 meses).
Una de las alteraciones en la consolidación de las fracturas es la pseudoartrosis, la cual es la incapacidad completa de la consolidación por un fracaso definitivo de la osteogénesis, proceso terminal en el que aparece una cicatriz fibrosa e irreversible. La prevalencia de estas complicaciones es de 5 al 10% de todas las fracturas, y de estas pseudoartrosis el 53% ocurren en los miembros inferiores, siendo la tibia la más afectada, por lo cual a toda fractura se le debe dar seguimiento radiográfico.
Para la consolidación de las fracturas según investigaciones se llevan a cabo en cinco etapas, siendo estas: inicial o latencia, organización, normalización, remodelamiento y por último la solidificación. En la etapa inicial o latencia, se da la formación del “secuestro” fracturario mediante osteolisis.
Organización, descalcificación de los extremos óseos y el hematoma fracturario se organiza, dando lugar al callo fibroso.
Normalización, formación del callo óseo secundario definitivo, producción de nuevo tejido óseo.
Remodelamiento, se produce mucho tiempo después de la formación de los callos periósticos y endósticos. Se remodelan la cortical y el canal medular, desapareciendo los calos endóstico y perióstico.
Solidificación, esta se da como parte de sanación de la fractura aunque hay enfermedades como la osteoporosis que afectan a esta quinta etapa (solidificación).
Por lo tanto, cuando existe una fractura, sea cual sea el manejo, es responsabilidad del paciente el seguir las indicaciones del profesional de la medicina, mientras que el médico responsable debe llevar un control del paciente hasta su alta.