Esguince de tobillo

Dr. Epifanio Castañeda Labra
14 abril 2022

Amigo lector de Noroeste, primero que nada, una disculpa por no haber escrito las columnas anteriores, pero como siempre viene la justificación. Un servidor es parte de los servicios médicos universitarios, y una vez que se inician las competencias, hay que asistir a las diferentes competiciones, por lo tanto, al andar en gira (todo el País), se usa el tiempo al límite para un buen desempeño tanto del atleta, entrenador y equipo auxiliar, pero sepa que esta responsabilidad no la abandonaremos mientras Dios y usted nos permitan seguir en esta encomienda ejercer la medicina.

Bien, usted como individuo, alguna vez ha sufrido de molestias en tobillo, porque durante la vida, es posible que el 100% de la población, una o más de una vez se haya “torcido”, “descompuesto”, “lastimado”, etcétera, el tobillo.

Las lesiones del tobillo son de las más frecuentes en el humano, en algunas ocasiones, y más cuando se es joven, se lastima cualquier parte del cuerpo y ni por enterado se da, pero cuando se es “viejo” en el deporte o de edad, las lesiones ya no se “curan” muy fácil, por lo tanto, hay que recurrir con alguien para que nos ayude a solucionar la lesión, desde el punto de vista de la ciencia lo ideal es asistir al médico, pero existen personas empíricas que hacen buenos trabajos en estas lesiones, pero usted tiene la última palabra para tratar su lesión, lo importante es no hacer más daño del que se está padeciendo.

Al esguince se le conoce como torcedura, o distensión violenta de una articulación (el componente capsulo ligamentario), sin luxación, que puede llegar a la rotura de algún ligamento o de fibras musculares próximas. Se caracteriza por dolor, tumefacción rápida e incapacidad para los movimientos. Existen otras lesiones que también algunas escuelas llaman esguince como es la enfermedad de Schlater (daño/necrosis de la tuberosidad anterior de la tibia), Yuxtaepifisario de Ollier, son una variedad de esguinces que ocurren en los niños con desprendimiento del periostio y derrame sanguíneo debajo del mismo.

Los esguinces pueden presentarse en cualquier articulación, y el grado del mismo va a ir de acuerdo al daño que sufran los tejidos. Algunas escuelas lo dividen en tres grados, otras en cuatro, por lo que el médico debe hacer una buena interrogación y hacer un diagnóstico no sólo del esguince sino del probable daño secundario al mismo.

Así que después de haber buscado los signos de gravedad en el interrogatorio, como crujidos o chasquidos, impresión de dislocación, impresión de “articulación suelta”, hay que aprovechar la breve pausa de la sideración, ya sea o no dolorosa, para efectuar una prueba rápida de dinámica ligamentaria. Los esguinces con laxitud justifican una retirada inmediata de la actividad. Cuando el esguince es sin laxitud, permiten, después de la cura y colocación de una protección, la vuelta a la actividad del lesionado, siempre tener en cuenta que el volver a la actividad, de no hacerlo con la precaución necesaria puede haber agravación de la lesión. Por lo tanto, la vuelta a la actividad se debe estar cien por ciento recuperado.

Bien, también desde esta columna le seguimos invitando a no bajar la guardia, siga con las recomendaciones del Sector Salud, recuerde que usted es el responsable de su salud y de los suyos: lávese las manos seguido, use cubreboca, guarde sana distancia de dos metros y más, no asista a lugares conglomerados, si lo hace es porque es necesario, pero cuídese, RECUERDE QUE USTED PUEDE LLEVAR LA MUERTE A SU CASA.