Julio César Chávez se drogó en el baño del Papa Juan Pablo II, revelan en libro

Noroeste/Redacción
18 octubre 2018

"Así se detalla en la biografía Julio César Chávez: La verdadera historia, narrada por su hermano Rodolfo Chávez"

Tras la derrota en 1994 ante Frankie Randall, la carrera del boxeador mexicano Julio César Chávez no volvió a ser la misma, tras quitarle el título CMB peso Superligero y un invicto de 90 peleas.

El César del Boxeo mexicano logró después tres victorias consecutivas en 1995 para luego vacacionar por Europa, donde habría inhalado cocaína en el baño del Vaticano durante su visita al Papa Juan Pablo II.

 

Frankie Randall ante Julio César Chávez.

 

Así lo informa hoy la revista digital Quién, en su versión digital, que reprodujo un pasaje del libro “Julio César Chávez: La verdadera historia”, una biografía del César hecha por su hermano Rodolfo.

Se añade que el ex boxeador mexicano “ofreció disculpas a Dios antes de drogarse” en plena Santa Sede.

 

La tapa del libro.

 

En aquella época, con el objetivo de conocer al Papa, Chávez viajó a Roma y lo primero que hizo al llegar a la capital de Italia fue pedirle a su entorno que le consiguiera una reunión con Juan Pablo II.

“No, ¡no quiero ir nomás a misa! Quiero ver al Papa de frente, quiero que me reciba en el Vaticano, en privado. Hablen con quien tengan que hablar, quiero ver al Papa”, fueron las palabras del boxeador, tal como aparecen en el libro escrito por Javier Cubedo.

 

El César del Boxeo quería conocer a Su Santidad.

 

Finalmente lo consiguió. Su Santidad accedió al pedido del boxeador mexicano y lo recibió en sus instalaciones.

“Bienvenido Julio César, es un honor para mí que me honres con tu visita, hijo”, le dijo y así entablaron un diálogo que detalló su hermano Rodolfo en la biografía publicada en agosto.

- El honor es para mí -Julio le dio un fuerte abrazo-. ¿Y cómo le digo?, ¿señor, Papa, su Santidad…?

- Me puedes llamar Juan Pablo ¿sabes? Me encantan tus peleas, eres un digno representante de tu deporte y tu país.

- ¿En serio? -preguntó Julio con una gran sonrisa-. Oiga, está bien bonito todo aquí. ¿Puedo ver su recámara?

Según se detalla en el libro, Juan Pablo II accedió y le mostró su habitación, en la que Julio César Chávez se atrevió a preguntarle si podía utilizar su baño, recibiendo una respuesta afirmativa.

“Discúlpame, Diosito -se dijo entre dientes- perdóname”, antes de entrar.

 

El libro fue narrado por el hermano de Julio César Chávez. 

 

“Mi hermano sacó de su pantalón un papel que envolvía cocaína, la distribuyó sobre el mármol para después inhalarla, dejando completamente limpia el área del lavamanos. Julio jaló la palanca del excusado para que pensaran que entró al baño por otra cosa”, relató Rodolfo.

 

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Finalmente, Chávez “volvió con Juan Pablo II y pasaron a otro recinto del Vaticano, donde reciben a las visitas; en ese lugar Juan Pablo le dijo que estaba orgulloso de la carrera que había hecho como boxeador y le dio su bendición”.