Una dulce tradición mexicana

Dantiela Mendoza
15 noviembre 2015

"En contraste con su delicioso sabor, el origen del pan de muerto son rituales donde los sacrificios humanos eran el culmen del tributo a los dioses"

El Pan de Muerto, que es un verdadero placer para los vivos, que se disfruta no sólo con el gusto, sino también con la vista, el tacto y el olfato. 

Esta delicia tiene su origen en la época de la Conquista Española, inspirado en rituales prehispánicos donde el sacrificio humano era parte de las ofrendas a los dioses, y llega a estos tiempos como uno de los componentes más importantes de las ofrendas dedicadas a los Fieles Difuntos. 

"El Pan de Muerto está elaborado con ingredientes de primerísima calidad, ya que se trata de una ofrenda, por lo que debes utilizar sólo materias primas de calidad", explica el panadero Felipe Aldrete, de la Panadería La Guadalupana, de Mazatlán. 

Esta panificadora fue el primer lugar en Mazatlán donde se empezó a elaborar el Pan de Muerto, el cual es toda una tradición de varios siglos en el centro y sur del País. 

"Nosotros abrimos en julio de 1972 y ese mismo año, en octubre, empezamos a hacer pan, tal como lo hacíamos en Guadalajara, de donde venimos, y fue todo un acontecimiento, porque en ese tiempo nadie hacía Pan de Muerto en Mazatlán", recuerda. 

En la actualidad, el Pan de Muerto se elabora prácticamente en todas las panaderías del país, no todas tienen el mismo sabor, aunque los ingredientes son básicamente los mismos: harina, huevo, levadura, mantequilla y azúcar, cada cual tiene su toque.

Origen y cambios 

El origen del Pan de Muerto se remonta a la época prehispánica. Desde entonces se utiliza para las ofrendas, pero se preparaba con semillas de amaranto molidas, tostadas, y se cuenta también que se bañaba con sangre de las personas sacrificadas en honor a los dioses Izcoxauhqui o Huehuetéotl. 

Era un ritual en el México prehispánico, en el que una princesa era ofrecida a los dioses, su corazón aún latiendo se introducía en una olla con amaranto y después, quien encabezaba el rito, mordía el corazón en señal de agradecimiento a un dios. 

Este ritual se dejó de celebrar tras la Conquista, ya que los españoles implementaron la religión católica y modificaron el ritual, crearon un pan de trigo con forma de corazón, bañado de azúcar y pintado de rojo, una forma simbólica de conservar el ritual, además de que se comían el pan.

VARIANTES 

En algunas regiones, el Pan de Muerto es el mismo que se consume diariamente. Tal es el caso del cocinado en Oaxaca: el pan de yema, aunque es más grande y tiene incrustado una figura de alfeñique que representa al ánima a quien se dedicó el pan. 

1. Azucarado: el más común y comercial, está espolvoreado de azúcar.
2. Tradicional: pan sencillo, hecho con masa de pan.
3. Con ajonjolí: originario de Puebla, es un pan senci-llo con semillas de ajonjolí.
4. Rojo: es un pan azucarado y pintado de rojo, típico de la Mixteca, especial para ofrendas.
5. Pan de yema de Oaxaca: con harina de pan de dulce, pintado con yema de huevo.
6. De vainilla o naranja: para darle un mejor sabor se le añade un saborizante.
7. De chocolate: es un pan de chocolate cubierto de azúcar.
8. Con chocolate: pan de chocolate y una cubierta de chocolate.
9. Relleno: pan azucarado relleno con calaveras de amaranto.
10. Danés: pan elaborado con masa para pan danés, con cubierta azucarada.

EXCLUSIVIDAD
El Pan de Muerto es un tipo especial, no es un pan de consumo cotidiano, aunque algunas panificadoras empiezan a prepararlo desde septiembre, puesto que está íntimamente ligado a la celebración del Día de Muertos, la festividad puede durar de un día hasta una semana, según la región, pero durante el resto del año no se hace.

LA TRADICIÓN
Los altares dedicados a los difuntos que, se supone, regresan a reencontrarse con sus familias entre 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, son una tradición que se ha heredado de generación a generación desde hace varios siglos. El pan forma parte de las ofrendas alimentarias que se ofrecen a los fallecidos, junto con sus platillos y bebidas favoritas.

SIGNIFICADO
El Pan de Muerto tiene un significado: la bolita que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo del difunto, las cuatro tiras de los costados son los huesos largos: fémur y húmero, mientras que el sabor a azahar simboliza el recordar con cariño a los ya fallecidos.

LA OFRENDA
La celebración de los difuntos es todo un banquete mortuorio, dominado por alimentos y flores de color amarillo y naranja (colores de la muerte para las culturas prehispánicas), como el cempasúchil, las naranjas, las guayabas, los plátanos y la calabaza, donde el Pan de Muerto se comparte entre los vivos.

LA RECETA
De imagen cálida y azucarada, el delicioso sabor del Pan de Muerto hacen de esta variedad
de pan una verdadera obra maestra de la panadería mexicana ¡Toma nota de los ingredientes y anímate a prepararlo en Tu Casa!

INGREDIENTES
3 1/2 tazas de harina de trigo
1/2 taza de margarina
3 huevos
1 1/4 tazas de azúcar
2 cucharadas de ralladura de
cáscara de naranja
2 sobrecitos de levadura
7 yemas de huevo
100 gramos de manteca vegetal
1/4 de cucharadita de sal
2 cucharadas de té de anís
(preparado)
3 cucharadas de té de azahar (preparado)
1/2 taza de agua

UTENSILIOS
- Charola para hornear
- Plástico para alimentos
- Brocha para alimentos

PREPARACIÓN
- Pon a calentar el agua, retira del fuego y mezcla dos cucharadas de harina, 1/2 de azúcar y la levadura. Agrega el agua y agita con una cuchara. Reserva.
- Sobre una mesa limpia, forma una fuente con la harina cernida. En medio agrega 1/4 de taza de azúcar, la ralladura de naranja, la sal, la manteca y la margarina.
- Con una mano integra poco a poco los ingredientes, y con la otra ve agregando el té de anís y de azahar, los huevos y las yemas.
- Amasa hasta obtener una masa manejable. Amasa de nuevo y azota la masa por unos 10 minutos.
- Agrega la mezcla de levadura preparada previamente y continúa amasando y azotando la masa hasta que se despegue, tanto de la mesa como de las manos.
- Para saber si ya está lista tu masa, debe estirarse aproximadamente 30 centímetros sin romperse.
- Cuando esté lista, coloca la masa en un tazón de vidrio y cúbrela con plástico para alimentos.
- Deja reposar en un lugar tibio hasta que duplique su tamaño.
- Vuelve a amasar ligeramente y reserva una porción para decorar el pan. Engrasa y enharina la charola.
- Con la harina restante forma bolas de unos 10 centímetros de diámetro, colócalas sobre la charola, dejando varios centímetros de espacio entre ellas.
- A la porción de masa que reservaste agrega una cucharada de harina y amasa un poco, haz con ella una bolita y cuatro tiras por cada pan, estas serán los huesitos y cráneos para decorar tus panes.
- Bate el huevo restante y con la brocha pega al pan los huesitos y la bolita del centro. Deja reposar el pan en un lugar tibio hasta que duplique su volumen, una hora.
- Hornea durante 15 minutos a 200 grados. Después disminuye a 170 por aproximadamente 20 minutos más o hasta que el pan se dore.
- Deja enfriar el pan cocido y mientras prepara un jarabe con una cucharada de azúcar y dos de te de azahar, barniza los panes con este jarabe y luego espolvorea con abundante azúcar.