De la redacción a la nieve: Donaji ahora preserva una tradición en Escuinapa
Araceli Donaji Rojo, periodista de profesión, encontró un nuevo rumbo en el mercado Miguel Hidalgo de Escuinapa, donde prepara y vende nieve de garrafa sin olvidar los recuerdos y aprendizajes que le dejó su paso por el periodismo
ESCUINAPA._ La vida lleva por caminos que a veces ni siquiera se pueden imaginar y eso lo ha entendido en los últimos tiempos Araceli Donaji Rojo Zambrano.
Con una plática amena atiende a sus clientes mientras bate y bate lo que es la nieve de garrafa, una tradición en el mercado Miguel Hidalgo de Escuinapa.
Y en esa plática es donde se dan los recuerdos y se extraña de pronto el trajín diario de las notas por escribir, por publicitar, el olor a tinta de cuando se crean los periódicos, el buscar los puntos de venta. Todo eso lo conoció perfectamente.
Donaji es periodista, una profesión que estudió en Mazatlán por convicción. En su momento, no aceptó ser parte del sistema de salud en el que su mamá, como enfermera, podía acomodarla, señala, por eso decidió tomar su rumbo yéndose a buscar oportunidades al norte del País.
“De periodista aquí ayudando a mi mamá, ya tengo cuatro años aquí en Escuinapa, pero sí me apasionaba estar en el periódico, extraño a veces. Trabajé en Frontera, el periódico los tijuanenses por 23 años, y estuve apoyando a El Imparcial de Hermosillo y la Crónica de Mexicali”, cuenta.
Un día tuvo que dejar todo debido a que su mamá enfermó y decidió volver a Escuinapa, ya que la señora estaba sola, pero era tiempo de hacer otras cosas.
Donaji nunca pensó que volvería a radicar en el municipio. Cuando inició su trabajo en medios conoció todas las áreas, desde la redacción hasta las ventas y la publicidad.
Duró un año escribiendo, luego entró en la publicidad y el manejo de agencias, algo que la llenaba profesionalmente. La circulación del periódico le gustó.
“Cuando abro lo que es el papel (periódico) se me vienen muchos recuerdos, el olor a tinta... ahora ya no huelo a tinta, huelo a nieve” expresa.
Hoy, Donaji tiene la labor de preservar la nieve que su mamá, Guadalupe Zambrano, quien es enfermera; y su esposo, Humberto Rojo, decidieron seguir haciendo con la receta del señor Ponchero. En 1981, su mamá asumió el puesto.
Todos han trabajado esta receta, desde la leche de vaca que se hierve y luego se trae para hacerla; en su caso, la lleva al mercado y es batir y batir sobre hielo con sal hasta que se tenga la consistencia deseada.
Ella decidió que la tradición también tenía que tener una actualización, por lo que en su puesto de venta no solo se le sigue poniendo ciruela enmielada como “topping”, sino que decidió que para que fuera un postre atractivo para los niños, se les pusiera cajeta, galleta oreo, mazapán, galletas diversas, lunetas, entre otras cosas.
Son 20 litros los que hace diario, explica Donaji, y aunque los cambios se dieron de pronto en su vida, quien más lo ha disfrutado es su hija, que vive ahora en una ciudad más pequeña y puede salir a pasear con amigas, lo que no hacía en Tijuana.
Antes era venir solo a las Fiestas de las Cabras y en diciembre. Hoy su vida está entre la nieve y la paz, lejos de buscar cómo mejorar la circulación de un periódico o de pensar en volver a una redacción.