Viven escuinapenses pánico durante sismo

Carolina Tiznado
20 septiembre 2017

"Relatan dos mujeres originarias de Escuinapa los difíciles momentos por los que pasaron al registrarse el terremoto"

ESCUINAPA._ Pánico, desconcierto e incertidumbre vivieron escuinapenses que radican en la ciudad de México, entre el sonar de la alarma sísmica y el ulular de las sirenas de los cuerpos de rescate.

Mientras intentaban salir de sus domicilios, escuchaban el crujir de edificios y los cuadros cayendo, solo pueden agradecer estar bien, mientras se solidarizan con los más afectados.

 

Alejandra Quevedo Hererra

Con dos hijas pequeñas y sus padres de visita en su domicilio, Alejandra Quevedo Herrera solo pensó en salir de inmediato del edificio mientras sonaba la alarma sísmica, preparaba la bañera para su hija de meses, eran las 13:12 del mediodía.

“Tomé las llaves, salgo del departamento y se me hizo una eternidad bajar la escalera, se movía todo, escuchaba cómo se caían cosas de los departamentos, escuchábamos cómo tronaban los edificios, vivimos una situación terrible, de pánico e incertidumbre por las réplicas”, señala.

Sus papás, escuinapenses también, vivieron ese momento sin saber qué hacer, tuvo que fungir como guía, indica, pero si algo agradece es haberlos tenido a su lado, pues con dos hijas pequeñas salir del segundo piso donde vive hubiera sido más complicado.

Apenas en la mañana habían bromeado sobre la situación, sobre la posibilidad de un sismo, pero al convertirse en realidad fue un hecho de pánico, pues son situaciones que no se viven mientras se está en el pueblo.

La también médico de profesión precisó que lo más difícil de ese momento al estar a salvo, era observar el miedo y dolor de los padres de familia que corrían a las escuelas en busca de sus hijos.

“En mi calle hay varias escuelas y ver las caras de los papás llorando y corriendo para recoger a sus hijos, no tiene palabras... yo agradezco no haber estado sola al momento de ocurrir”, señala.

Están bien, gracias a Dios, señala, sus hijas, su esposo, sus padres están bien, pero hay mucha gente que necesita ayuda, hay edificios colapsados, hay personas atrapadas, todos los hospitales están en alerta roja, la ciudad de México necesita la solidaridad de la gente.

Los rescatistas requieren palas, zapatos especiales, cubre bocas, agua y comida, ellos están haciendo su trabajo sin parar, por lo que toda la ayuda que llegue será importante en el lugar, dijo.

 

Yuri Contreras Aguilar

Con dos hijos menores que ya van a kínder y primaria, el vivir el temblor de ayer la conmocionó, señala Yuri Contreras Aguilar, lo que deseaba era llegar del lugar donde estaba a la escuela de sus hijos.

“Fue horrible, imagina correr por tus niños y no saber si los vas a encontrar debajo de los escombros, en la escuela de mi hija se cayó un transformador, la maestra solo les decía que se abrazaran y pidieran a Dios”, señala.

Ella iba a una plaza comercial, la alarma sísmica había sonado una hora antes recordando el sismo del 85 pero cuando volvió a sonar y salió del lugar las luces se habían apagado, el movimiento era fuerte, mareaba.

En la calle algunas personas no permitían pasar, decían que guardaran calma, pero lo que deseaba era llegar por sus hijos a las escuelas, subió al tercer piso de su edificio que no sufrió daño por su credencial para recoger a su hijo.

Observó la puerta abierta, las cosas tiradas, pero salió corriendo, deseando llegar a las escuelas, los niños estaban bien, llorando y asustados por los daños en el lugar, pero bien, y eso fue su fortaleza.

Tiene casi 10 años viviendo en la ciudad de México, ya le habían tocado otros sismos, uno estando embarazada de su segundo hijo, no había sentido uno tan fuerte y los daños son evidentes.

El miedo lo sigue teniendo aunque han pasado algunas horas, teme y está cerca de la puerta, por si es necesario salir, hay sentimientos encontrados también por la impotencia de no poder acudir a rescatar personas, se dice que hay 44 edificios colapsados, escuelas.

En su cuadra hay un poste caído pero no es tan grave la situación como en otras partes de la ciudad, ellos como familia están bien, pero le duele la gente que perdió todo y más los que perdieron un ser querido.

 

RECUERDOS TRISTES

- Para los escuinapenses el 19 de septiembre de 1985 es una fecha de dolor, pues en el sismo perdieron la vida cuatro personas de las familias Simental Beaven, Ibarra, Arenas y Crespo Núñez.

- De acuerdo a las anécdotas de la fecha, solo Dámaso Ibarra no pudo ser velado ni llevado a una tumba, pues no se le encontró. El día de ayer pudieron dar gracias a Dios porque al parecer todos los escuinapenses se encuentran bien.