Aborda César Uriarte normalización de la violencia en ‘Un día 28 de enero’
A través de la mirada de tres niños de 11 años que se reencuentran seis años después, el cineasta sinaloense comparte cómo la violencia endémica forma parte de sus vidas y el temor de ser encaminados a ese entorno
Fabiola, Josué y Francisco tienen 11 años, viven en Culiacán y aunque son muy diferentes, comparten algo en común: problemas económicos, familiares y su relación con la violencia endémica que azota a la ciudad.
Un día, mientras tomaba un taller de cine impartido por el cineasta sinaloense César Uriarte, decidieron crear un cortometraje, al que llamaron La Violencia, se volvieron los protagonistas de Un día 28 de enero, en el que se puede apreciar como esos niños, estudiantes de primaria, comparten no solo sus miedos e inseguridades a sus 11 años, sino un reencuentro seis años después, para contar una historia que muestra cómo es que la normalización de la violencia forma parte de sus vidas.
Vía zoom, César Uriarte, quien actualmente radica en la Ciudad de México, compartió los detalles de este filme, desde los retos que representó, hasta su debut en festivales importantes de cine en México, Estados Unidos y hasta en Azerbaiyán.
Este largometraje-documental se suma a su listado de proyectos fílmicos, como el El Silenciador, que realizó en 2005, una película estudiantil independiente, así como una serie dedicada a Octavio Paz en 2023. Además, recientemente estrenó la serie La Lucha se hace.
Un día 28 de enero surgió en 2014, realizando una maestría en Cine Documental, en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, hoy Escuela Nacional de Estudios Cinematográficos.
“Mi idea parte de querer cerrar un ciclo con Culiacán, explorar la violencia que vivimos y seguimos viviendo, derivada de este fenómeno cultural tan complejo, del cual estuve huyendo un poco, pero tenía esa curiosidad de saber cuál era mi relación con este fenómeno, esa herida que poco a poco intenté reconstruirla de alguna u otra forma, pensando en términos de normalización de la violencia”, dijo.
Uno de los sectores más vulnerables, considera, son las infancias y adolescencias, uno como adulto tiene la opción de no relacionarse con nada violento, optando incluso por cambiar de entorno, no sucede así en las infancias, no tienen esa oportunidad y son vulnerables por el simple hecho de ser infantes.
“A partir de esta situación evolucionó este proyecto, y la única manera de probarlo es en esta comparativa entre cómo eran estos niños a los 11 años, y cómo terminarán siendo a los 17, 18 años, hoy tienen 22, y seguramente han cambiado, por eso decidí contar esta historia de esta manera, mostrando cómo están ahora que son mayores de edad”.
Uriarte detalló que la grabación se hizo en Culiacán durante el 2016, en un periodo de rodaje de ocho días. Después de esto, fue hasta el 2022 que se logró conseguir los fondos necesarios para producir la cinta, grabando otros 14 días, con una espera de seis años, una vez que los niños protagonistas alcanzaron la mayoría de edad.
“Trabajar con niños no es fácil, pero ha sido una de las cosas más gratificantes que he hecho en mi vida; tuve la suerte de estar familiarizado con la escuela, sobre todo a nivel laboral, informando desde el principio sobre qué es lo que yo quería hacer, optando por realizar un taller de cine con los niños, con quienes tuve una buena química. Conté quién era yo, y posteriormente comenzamos a realizar un cortometraje, contando ellos mismos cómo ven su realidad y cotidianidad a sus 11 años, dando como resultado un proyecto que ellos denominaron La Violencia, la historia de un niño sicario que va por el mundo asesinando personas, hasta que renuncia a ese mundo y se entrega a las autoridades”.
Un día 28 de enero muestra la realidad la existencia de este negocio, que es malo, y que difícilmente se puede salir de ahí, porque para bien o mal, representa una forma de llevar ingresos a casa, con lo que Uriarte deja claro que esto significa normalizar la violencia.
El cineasta resaltó que estos niños que protagonizan el filme, en ningún momento estaban a la deriva o estuvieron viviendo la peor de las tragedias, mucho menos a que no pudieran hablar de este tema por temor a algo.
“A sus 11 años tenían una maravillosa inocencia que se pierde cuando llegas a los 18, y debo decir que en ellos no había miedo, pero sí las ganas de contar lo que está pasando, querían que alguien los escuchara, por eso ellos hacen ese cortometraje y lo exponen asumiendo cada uno su rol como actores, director, fotógrafa y demás, siendo un éxito entre el público”.
Expuso, que hoy a sus 22 años, tienen miedo que la vida los empuje a tomar la decisión de ser parte de ese mundo, miedo a los problemas económicos, a las enfermedades, que los puedan orillar a acercarse a esto.
“Los tres protagonistas hoy tienen una madurez mucho más realista, incluso pesimista, un poco más de a ver que pasa. Creo que de una manera muy sintética podría decir que los veo sin el control de su destino, lo cual es algo decepcionante, no de ellos, porque ellos le echan muchas ganas, saben perfectamente todo lo que está pasando en su entorno, y los veo limitados, pero no inclinados a seguir ese camino”.
Uriarte resaltó que entre los principales retos que enfrentó para realizar este largometraje, fue enfrentar el miedo, pero aún así, representó una experiencia y escuela enriquecedora, al considerar que tiene mucho de él, ya que de la misma manera que esos niños normalizaron la violencia, él también lo hizo, pero a sus 30 años.
“Para mí esta historia fue muy enriquecedora, y lo que trato de transmitir en ella son sensaciones para que el espectador, además, de entretenerse, lo lleven actuar junto a estos personajes que se volvieron entrañables, divertidos, pero también sensibles”.
Subrayó que el mensaje es muy claro, hablar de las cosas que nos molestan, y no guardarlas, porque si se dejan ahí, eventualmente los volverá parte de este problema.
“Con Un día 28 de enero, creo cerré ese capítulo dentro de mí, y no significa que me desconecte de Culiacán, veo una nostalgia cumplida, desbordada, hoy puedo ir a Culiacán y disfrutarlo mucho más, me duele lo que pasa, pero aún así, este proyecto me deja una gran emoción en mi corazón, dejando una herramienta que nos ayude a reflexionar, a contar lo que vivimos, y eso es lo que verán en la pantalla”.
Buena aceptación
El estreno mundial de Un día 28 de enero fue el 24 de septiembre de este 2025, en el festival Hola México Film Festival en Los Ángeles, California, uno de los más grande fuera de México.
Posteriormente, el 19 de octubre se presentó en Doku Baku, en la ciudad de Maku, capital de Azerbaiyán, y a finales de octubre en Docs MX, un festival de cine, además tendrá una presentación especial en el FECIBA Cine en Ciudad de México.
“El filme está proyectado dentro de esa narrativa, de presentarse en festivales, y la aceptación ha sido muy buena, mejor de lo esperada, continuando con su ruta itinerante, hasta que llegue a Culiacán, ya que mi deseo es presentarla en mi ciudad en noviembre, pero aún no se ha confirmado la fecha y el lugar”, dijo.
Tras este proyecto, el cineasta dijo estar ya trabajando en un documental enfocado en la periodista Griselda Triana, y que espera pronto empezar con la filmación, el cual abordará esa reinvención de su persona en un momento de su vida complejo.