Acantilado

06 noviembre 2015

"Acantilado"

Irad Nieto

Cástulo Bojórquez 

Desconfío de la crítica que para leer se inspira en el domicilio, la geografía, los "manifiestos del regionalismo" y los tópicos o clichés de sus autores; esta lectura cierra puertas donde debiera abrirlas y multiplicarlas. "La característica de la buena crítica", dice George Steiner, "es que son más los libros que abre que los que cierra".
La crítica debe ampliar nuestra perspectiva humana, nuestra capacidad de asombro e interrogación, invitándonos a dialogar o a disentir con el autor y su obra literaria. Por sus pretensiones de universalidad, este diálogo no debe anclarse a una región y comenzar a levantar muros donde antes no los había. Al contrario, leer y escribir es derribar esos muros divisorios, ordinarios entre países, pero absurdos en la literatura.
Claro, hay diferencias (culturales, políticas y sociales) entre una región y otra o entre un continente y los otros. Sin embargo, será literaria aquella obra que sea capaz de conversar, o de romper, con una tradición estética universal. Sus cualidades nunca residirán en retratar el exotismo de un pueblo (para eso están la fotografía, la antropología y los souvenirs), sino en su eficaz propuesta formal. Un buen escritor ha sido y es, antes que otra cosa, un lector atento a las formas, la técnica. Decía Maupassant que el talento no era más que una larga paciencia.
Y Emerson comentó que si un mentecato venía a hablarnos de filosofía sin haber leído una página de Platón, no tenía derecho a quitarnos el tiempo. Creo lo mismo para la literatura. La crítica debe desaprobar aquellas novelas que carezcan de una mínima forma estética (aunque sean de autores locales, vecinos y compadres) y celebrar aquellas que, de manera clara, tienen su origen en ese espacio y ese diálogo universales.
En este último caso se encuentra, me parece, Cástulo Bojórquez, la tercera novela del sinaloense César López Cuadras (Badiraguato, Sinaloa, 1951). En esta obra el autor despliega toda una variedad -que podemos llamar riqueza formal- de técnicas narrativas (corrientes de pensamiento, flashbacks, monólogos, diálogos, presentación directa e indirecta de personajes, diversas voces y puntos de vista, tiempos que se comunican, etc.) que contribuyen a dar verosimilitud a la historia, a variar los ritmos de la narración y, sobre todo, a hacer más reales a sus personajes.
A diferencia de La novela inconclusa..., Cástulo Bojórquez implica un desafío al lector por su mayor complejidad técnica. Detrás de esta novela hay un plan finamente trazado por el autor, el cual le permitió desarrollar los hilos de la historia sin perderse. Valiéndose de tres líneas narrativas en distintos tiempos, así como de distintas voces, rumores y leyendas, López Cuadras va construyendo paciente, y a veces densamente, la vida serrana de Cástulo Bojórquez, el Güero de Casas Grandes: holgazán, enamorado, bandido, parrandero, narcotraficante y héroe, a principios del Siglo 20.
Por otro lado, se desenvuelve una apasionante historia de amor en la segunda mitad del Siglo 19, un adulterio entre una mujer hermosa, altiva, estirada pero provinciana, con aires de Madame Bovary ranchera, y un vivo abogadillo conocedor del mundo, que deseaba el oro del esposo de su amante. Y finalmente, se narran los periplos febriles de un alemán en busca de minas y entierros de tesoros, también al comienzo del Siglo pasado.
La victoria final del autor ocurre precisamente cuando logra que estas tres historias converjan y se comuniquen con el objetivo de iluminar al personaje principal: Cástulo.
Una de las virtudes más notables en la narrativa de López Cuadras es la capacidad de crear y perfilar personajes. Cínicos, parranderos, enamorados, narcotraficantes, policías corruptos, mandaderos, estafadores, machos, padrotes, persignadas, rancheras y prostitutas, es parte de la población que habita el universo narrativo de López Cuadras. No hay personaje que no tenga su historia. El autor consiguió el mejor antídoto contra los personajes frívolos: atravesarlos de principio a fin con el conflicto; de ahí la humanidad de sus personajes.
Quizá de Hemingway o de Capote, César López Cuadras aprendió a escribir una prosa clara y directa, pero fue, seguramente, de los clásicos franceses (¿Balzac, Stendhal?) de quien asimiló la manera de crear mundos narrativos.
Me pregunto si La novela inconclusa... y Cástulo Bojórquez no forman parte de nuestra comedia humana.
Comentarios: elacantilado@yahoo.com.mx, www.akantilado.com

TÍTULO: 'Cástulo Bojórquez'
AUTOR César López Cuadras
EDITORIAL FCE/DIFOCUR
Primera reimpresión, México, 2007, 285 pp.