Comparten anécdotas

Dantiela Mendoza
16 noviembre 2015

"Presentan Elmer Mendoza y Juan José Rodríguez la reedición de "Un pueblo sin circos", obra galardonada del periodista Ariel Noriega"

Entre divertidas anécdotas personales, interesantes referencias de los nueve relatos del libro y certeras observaciones literarias, fue presentada en el patio del Museo de Arte de Mazatlán la antología de cuentos "Un pueblo sin circos", autoría del editor y periodista de Noroeste Ariel Noriega. 

La obra, que en 2004 ganó el Premio Estatal de Cuento que otorga el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, recoge las correrías de un grupo de niños avecindado en La Toba, un pueblo costero de Baja California Sur cuyo nombre oficial es Ciudad Insurgentes, de donde es originario Noriega, y ahora lo reedita el Instituto Sinaloense de Cultura. 

"Actualmente, los libros de cuentos están cumpliendo una función peculiar: todos los autores se están yendo por la novela y la poesía, pero los cuentos se van por anécdotas y el anecdotario que preservan la identidad y el carácter de una región y un pueblo", señaló el escritor Juan José Rodríguez sobre el valor literario de la antología que presentó. 

De hecho, todos los cuentos están basados en hechos reales y sus protagonistas son personas que sí existen, la mayoría amigos y conocidos del autor, quien de alguna manera fue moldeado en carácter y cosmovisión por estas vivencias que ahora son una obra literaria. 

Rodríguez comparó a "Un pueblo sin circos" con una caja negra o cápsula del tiempo, porque tiene la capacidad de mantener viva la historia de un lugar con mucha frescura y fue escrito por una persona que ha sabido ser fresca en medio del desierto, la soledad y un destino distinto al de sus iguales. 

De la obra, el literato sinaloense Élmer Mendoza reconoció que es un libro con mucha magia y color, al relatar las peripecias de un grupo de niños ocurridos durante la infancia del autor, vivida en el poblado de La Toba, Baja California Sur. 

"Creo que es un libro muy mágico, que está lleno de lo que la gente que vivimos en las ciudades piensa que no pasa, pero que en los pueblos sí. En los pueblos pasa todo, son espacios donde todo es posible y creo que en este pueblo donde no hay circos pasa todo", dijo el Director de Literatura del Instituto Sinaloense de Cultura. 

Mientras que Ariel Noriega reconoció que todo su universo creativo está en La Toba y todo lo que escribe siempre se regresa a La Toba, un ejemplo de ello es la novela en la que está trabajando actualmente, donde el tiempo y espacio es ese pueblo de su infancia. 

"El lugar sigue siendo La Toba y yo jamás he intentado escribir sobre otros lugares. Estos cuentos los trabajé cuando vivía en Guadalajara, Monterrey y Barcelona. Dentro de mi universo creativo tengo La Toba, un pueblo imaginario que sí existe, porque tú lo buscas en el mapa y no está, pero vas y lo encuentras", comentó. 

Un pueblo sin circos es una antología de cuentos cortos, la mayoría de los personajes son niños, pero no es un libro infantil, sino más bien para jóvenes y adultos, y entre sus características literarias están el realismo mágico y la frescura narrativa.

Portada especial
La reedición de "Un pueblo sin circos" tiene una nueva portada, es un collage del artista plástico Guillermo Munro Colosio, Memuco, un sonorense que le ha dado la vuelta al mundo, con exposiciones en Dubai, Japón y Estados Unidos, a quien el autor conoció en Guadalajara, cuando trabajaba en el periódico Mural.
El collage está elaborado con fotografías de los personajes reales de los cuentos: "El Kicón", "El Descomponedor", "El Güicho", "El Chato", "El Perfumado" y el propio Ariel Noriega.

Amistad
Una característica de la obra literaria de Ariel Noriega es que sus amigos, tanto los de la infancia, como los de la Universidad y su época actual, se van sumando a su universo creativo y en algún momento dado son o serán parte de su obra, tal como lo muestra cada uno de los nueve relatos de "Un pueblo sin circos".

VENTA
"Un pueblo sin circos" está a la venta en la librería Educal, que está ubicada a un costado del Museo de Arte de Mazatlán, en el Centro Histórico.