Comparten evolución de traje

Nelly Sánchez
10 noviembre 2015

"Máximo Rosas hace un rescate de la vestimenta tradicional, a partir de lo que hicieron pintores de la época"

Catarina de San Juan no tiene nada que ver con el traje de la china poblana, aunque algunos afirmen que se inspiró en la vestimenta de la famosa princesa de oriente, aseguró el investigador Máximo Rosas.
Durante la conferencia Las Chinas de Puebla, su historia y tradición, el investigador poblano recordó que Catarina de San Juan, raptada, llevada a Acapulco y luego a Puebla, aparece como una fantasía del famoso capitán Miguel Carreón.
"Llegó a Puebla entre 1620 a 1625 y las Chinas de Puebla tienen su mayor auge de 1840 a 1855, son cerca de 200 años de diferencia, por lo tanto no tiene nada que ver con el traje de la china poblana".
En el Centro Sinaloa de las Artes Centenario se modelaron 24 prendas que muestran el origen y la evolución de este traje, rescatado a partir de obras pictóricas de castas y ropajes, español y morisca, chino o albino, barcino y mulata, albarazado y mestiza.
El investigador del folclor mexicano explicó que la china era una de las castas que desaparecieron con los movimientos de Independencia y Reforma.
De acuerdo con Vicente García Torres, en México, Chino se refería a las personas humildes que prestaban sus servicios en casas particulares, conventos o mesones, y China era la vendedora de aguas frescas, antojitos, pulque, golosinas, frutas, lavanderas o torcedoras de cigarro, por lo que son buen parecidas, blancas y de cabello recogido en trenzas.
Durante la charla, se proyectó en una pantalla imágenes de pinturas y luego se modelaron alrededor de 24 prendas.
Rosas explicó que las prendas que se usaban por lo general eran gruesas por el frío que se da en la región, y el peinado era con trenzas, peineta o corona de trenza, porque eran trabajadoras domésticas.
"La china y el charro, arrancaban suspiros, principalmente la china porque en Semana Santa es cuando ella iba a las procesiones, y arrancaba suspiros a pesar de estar en una época de recato, por eso era muy elegante, tenía que lucir bien en la Semana Mayor".
Exhibió los trabajos de Hesiquio Iriarte y Andrés Campillo, de 1854, que pintaron a las vendedoras de agua.
Destacó que los modelos de las faldas nunca eran iguales, ni las blusas. Porque cada una de las mujeres era un personaje del pueblo, que trabajaba vendiendo frutas al horno, aguas frescas, etc.
Comentó que las mujeres a pesar de vender frutas, no faltaba una que otra que mezclaba el matrimonio con la prostitución y se colocaron prendas llamativas, escotes generosos y provocativos y los pintó Pharamond Blanchard.
Y así mostró trabajos de diversos pintores como José Agustín Arrieta, hasta llegar al traje actual de china poblana.
"En 1894, siendo Presidente Porfirio Díaz, lanza una convocatoria para elegir los trajes representativos de México y resultó ganador en el traje del hombre, el charro de Jalisco, y en el de la mujer, la famosa china, pero ya con lentejuela de plástico, motivos de flores, mariposas", apuntó
Hoy en día el comercio le pone calendario azteca, magueyes y otros motivos que no corresponden a la vestimenta ganadora del concurso, añadió.
Finalmente, este traje apareció por primera vez el 18 de septiembre de 1896 y fue diseñado por Pedro Rincón Gallardo.


TRADICIÓN El atuendo tradicional de la china poblana se conforma de blusa blanca, falda con chaquira y motivos florales de colores intensos.