'Conquista' el ballet cubano

Míriam Noriega
10 noviembre 2015

"La alumna de Karemia del Rey obtiene el título de bailarina profesora en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba"

Teresita Rentería Beltrán desde pequeña tenía un sueño: ser una gran bailarina, y hoy gracias a su esfuerzo, dedicación y amor por este arte no sólo lo ha hecho realidad, sino que a su vez ha logrado el título como profesora egresada de la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, institución relevante a nivel mundial.
"Desde chiquita, cuando empecé con las competencias, que me preguntaban qué quería ser de grande, y yo siempre quise como un sueño irme a estudiar a la escuela donde había estudiado mi maestra, porque ella siempre nos contaba, yo me imaginaba y decía: yo quiero ir a estudiar ahí, y cuando me invitaron fue un boom para mí", expresó.
Rentería Beltrán atribuyó este logro a quien considera un pilar en la carrera emprendida, su maestra Karemia del Rey, quien la ha instruido y apoyado desde hace 12 años, y a través de quien descubrió su fuerza, elasticidad y proyección escénica.
"Ella fue la que me preparó, la que me llevó a concursos y me motivó", recordó
"Mi primer concurso fue en Morelia donde gané una medalla de oro en el Concurso Nacional del INBA, yo tenía 10 años".
La joven de 19 años destacó que fue en este concurso donde conoció a Ramona de Saá, directora y profesora de la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, quien estaba de jurado; a partir de ahí se le empezaron a abrir las puertas para acercarse a su mayor preparación.
"Fui a Córdoba a una pre selección y quedé seleccionada, de ahí me fui a Nueva York y quedé como finalista en el Youth American Grand Prix en 2005 ", recordó.
Antes de ingresar a la institución cubana, estuvo como invitada de De Saá al Encuentro Internacional de Danza en Cuba para bailar danza española en pareja.
"Ahí fue cuando ella me dijo: 'Teresita, ya que estás así dentro en el ballet y estás triunfando, ¿te interesa venir a graduarte como una bailarina profesional? Porque estas escuelas privadas generalmente se utilizan como un hobby, y aquí no saldrías con un título'", destacó.
Así, con el apoyo de Karemia y el permiso de sus padres se preparó para irse a la Habana en septiembre de 2010, donde estudió de manera intensiva por 2 años.
"Agradezco a mi maestra Karemia, quien sin ella no supiera hacer nada, las oportunidades y las cosas que he ganado han sido porque ella me ha preparado", expresó.
El primer año, como en toda escuela, pagó por sus clases, pero destacó que debido a su buen desempeño y altas calificaciones, la directora de la institución le otorgó una beca completa para que estudiara el segundo año.


Su adaptación a otro País

Junto a la emoción de aprender de los grandes, también estaba la incertidumbre sobre cómo sería vivir sola en un País diferente, y viniendo de una familia unida de la que nunca se había separado.
"Irte, y aparte a otro País, luego a Cuba, un lugar donde nadie espera que te vayas a estudiar porque tiene todo muy diferente, la cultura, hasta la forma de ser...", exclamó.
"Aunque estaba sola, siempre trataron (sus familiares) de estar de alguna manera presentes, a pesar de que fue difícil la comunicación".
En sus primeros días en la Habana su madre estuvo con ella, pero no se pudo quedar mucho tiempo y pero fue ahí cuando una vez más interviene el apoyo de su maestra Karemia al darle asilo a través de su familia en aquel país.
"Como yo no tenía mi familia mexicana, tuve a mi familia cubana, viví con una tía (de Karemia) que es la mejor persona del mundo y que es como una madre para Karemia", expresó.
Las pocas vacaciones que tuvo, dijo, que fueron básicamente en diciembre y un periodo extra que en aquel país le llaman Semana de la Victoria, las aprovechaba para venir a ver a su familia.

Su rutina dentro de la escuela

Un día normal para Teresita empezaba a las 6:00 horas, desayunaba y se preparaba para estar en la escuela a las 7:20, hora en que hacían una especie de homenaje antes de iniciar las clases, a lo que dijo llamaban El Matutino, que duraba alrededor de 10 a 15 minutos y los viernes cantaban el Himno Nacional.
"Nos poníamos las zapatillas y nos estirábamos, y de 8:00 a casi 10:00 era la clase de ballet y el horario siguiente la clase variaba cada día con diferente repertorio, luego continuaban con la preparación física haciendo gimnasio y ejercicios de elasticidad, clases de punta, danza de salón, técnica de la danza, folclor cubano", enumeró.
Su rutina en los días de menos labor, que eran escasos, dijo, terminaba a las 14:00 horas, pero en su mayor parte de la semana era una jornada que terminaba a las 19:00 horas.
Mencionó que es una escuela grande, con alrededor de 40 salones que albergaban a un promedio de 32 alumnos cada uno, divididos en hombres y mujeres, en su mayoría cubanos, siendo en su aula la única extranjera.
En el último año, agregó, fue notoria la deserción ya que muchos no aguantan la disciplina y la demanda de calidad en el trabajo que exige la competencia.

Retos y aprendizaje

Uno de sus mayores orgullos, destacó la joven, fue bailar para Alicia Alonso, máxima figura de la danza a nivel mundial que lleva el título de Prima Ballerina Assoluta, que a decir de Teresita no ha habido otra bailarina como ella en la historia; esta oportunidad la tuvo gracias a las clases que tomó a través de la misma institución.
Además de interminables clases prácticas, aprendió teoría sobre los orígenes de la danza y llevó materias de metodología y la pedagogía, conocimientos que la validan como bailarina profesora, por lo que cuando se lo proponga tendrá la facultad de poder enseñar.
Tuvo compañeros muy amistosos, dijo, pero en la danza es una "pelea" constante donde todos quieren ser el mejor.
"El primer año me costó un poco de trabajo, te cuesta adaptarte porque es una competencia grandísima porque todos quieren ser bailarines, aquí es sólo venir a hacer ejercicio, un hobby, y allá no, si tú quieres bailar tienes que luchar y estar ahí", subrayó.
"La experiencia me encantó, el sentido de la escuela, de todo lo que pude bailar, de todo lo que pude aprender".
Entre sus materias de estudio también incluía el aprender francés, ya que los nombres de todos los pasos y técnicas son en este idioma.
"No sólo te enseñan ballet, también me enseñaron folclor cubano, que tiene influencia africana; salsa, danzas de salón, y los orígenes del ballet", detalló.
Rentería Beltrán resaltó que todos los maestros al preguntarle con quién había estudiando, se llenaban de gusto cuando les respondía que Karemia era su maestra.

Conoce la Habana y a nuevos amigos

La bailarina mencionó que los días que llegaba a salir temprano de sus clases aprovechaba para descansar, dormir, ponerse agua con sal y recuperarse de las ampollas, pero también trató de abrirse un espacio para conocer Cuba.
"Los fines de semana terminaba tan cansada que no me daban ganas de salir, pero sí conocí gran parte de la Habana, tampoco iba a vivir en un país y no conocerlo, a veces me iba a caminar".
Compartió también que hizo amigos, en su mayoría cubanos y un que otro extranjero de otros grupos.
"Hay una residencia en donde viven todos los que son de arte, músicos, actores de circo, todos nos uníamos y nos íbamos juntos a conocer", recordó.
"Era muy bonito porque no eran de la misma rama (bailarines) pero tenían los mismos intereses de arte, así también aprendí".

Sus proyectos

Luego de participar dentro del festival que Karemia del Rey presentará el próximo sábado en el Teatro Pablo de Villavicencio, buscará el lugar idóneo para realizar su servicio social, que como en cualquier otra carrera se tiene que desarrollar, para lo cual ya tiene a dos compañías en la mira, una en Monterrey y otra en México.
Posteriormente, tiene la inquietud de estudiar otra carrera, aunque no tiene claro todavía cuál, quiere que sea algo relacionado al arte y que tenga un lazo con su mayor pasión.
"Primero quiero bailar, no tengo prisa, pero sí quiero estudiar algo que se relacione como pudiera ser Historia del arte, crítica de ballet, algo que pudiera complementar", agregó Rentería Beltrán.
Sobre el poner su propia escuela en un futuro, la alumna de Karemia del Rey destacó que eso es algo que no está dentro de sus planes.
"Yo no me siento preparada porque cuando alguien enseña es porque ya sabe tanto, que ya está listo, y yo si voy a enseñar, quiero enseñar todo, estar bien preparada", resaltó.
"Primero quiero bailar porque una cosa es la vida de estudiante y otra la vida profesional, entonces yo quiero aprender primero cómo es la vida profesional".
En el tiempo que esté en Culiacán seguirá preparándose en la escuela que la vio nacer como bailarina, al lado de su maestra Karemia del Rey.


TERESITA RENTERÍA

Obtiene el título de bailarina profesora en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba.

Tiene 12 años como alumna de Karemia del Rey.

Ganó una medalla de oro en un Concurso Nacional del INBA.

Fue finalista en el Youth American Grand Prix de Nueva York.


PRESENTACIÓN

Teresita Rentería participará en el festival de Karemia del Rey "Las cuatro estaciones", el próximo sábado a las 19:00 horas en el Teatro Pablo de Villavicencio.

"Agradezco a mi maestra Karemia, quien sin ella no supiera hacer nada, las oportunidades y las cosas que he ganado han sido porque ella me ha preparado".

"La experiencia me encantó, el sentido de la escuela, de todo lo que pude bailar, de todo lo que pude aprender".