Convierte Daru Camacho la danza en un acto de identidad

Marisela González
08 diciembre 2025

El creador sinaloense ha construido una trayectoria en la que la disciplina, la exploración artística y el deseo de transformar la escena convergen en un proyecto que redefine la cultura del puerto

La escena artística de Mazatlán vive un resurgimiento vibrante, y en su centro creativo se encuentra Rubén Darío Camacho, mejor conocido como Daru Camacho.

Nacido en Escuinapa dentro de una familia donde el arte era un lenguaje cotidiano, ya que su padre, José Luis Camacho “Chevy”, reconocido pintor; su madre, Lucila Barrón, maestra de gastronomía y una hermana que abrió camino en la danza, Daru creció rodeado de estímulos que moldearon su sensibilidad temprana.

Aunque su curiosidad lo llevó a explorar la pintura y otras disciplinas, fue la danza la que terminó por revelarle un sentido de identidad y presencia escénica.

Su imaginario artístico se nutrió de múltiples referencias, la sofisticación de las divas del Cine de Oro, la picardía del cine popular mexicano y la energía estética de los años 80 y 90.

Sin embargo, más allá de las influencias, lo que distinguió a Daru desde el inicio fue su convicción de no limitarse a ser bailarín, sino convertirse en creador integral.

Su fascinación por el teatro musical internacional y la genialidad de coreógrafos como Bob Fosse y Busby Berkeley definieron una brújula que más tarde guiaría sus proyectos.

Aunque cursó la licenciatura en Mercadotecnia Internacional, el llamado artístico resultó más fuerte, ingresar a la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán, dirigida por la compañía Delfos Danza Contemporánea, lo que representó un punto de inflexión, aun cuando el estilo inicial no coincidía con sus preferencias, la disciplina y el rigor técnico ampliaron su visión sobre el cuerpo y el escenario.

En ese proceso descubrió un interés profundo por la creación completa de una obra, el vestuario, la plástica y la atmósfera visual.

Tras su formación profesional, su espíritu inquieto lo llevó a distintos escenarios del país, Hermosillo, Ciudad de México y Playa del Carmen fueron estaciones donde acumuló experiencias que enriquecieron su lenguaje escénico y su capacidad de adaptación.

Con esa maleta llena de aprendizajes regresó a Escuinapa para fundar Urbania, una academia creada para fomentar el talento local. Allí desarrolló un vínculo especial con la enseñanza, incluido el trabajo con niñas y niños con discapacidad, aunque la pandemia obligó a pausar el proyecto, esta pausa se convirtió en una transición hacia una evolución mayor.

Su llegada a Mazatlán coincidió con un renacer del entretenimiento nocturno, ahí Daru encontró el terreno ideal para un nuevo concepto, así nació Katharsis, una empresa de entretenimiento que fusiona lo escénico con lo comercial sin renunciar a la excelencia técnica.

Con un equipo fundador integrado por Kenai Herrera, Nora Redgrave, Helen Corona, Gabriel Jiménez y Miguel Canizales, la compañía apuesta por espectáculos que van del cabaret y la música retro hasta obras infantiles y futuras producciones de gran escala.

Hoy, Katharsis se posiciona como un proyecto que redefine la oferta cultural y turística de Mazatlán, bajo la dirección de un artista multifacético bailarín, coreógrafo, maestro, maquillista, artista plástico y mercadólogo.

Su objetivo es expandir sus producciones, llegar a los mejores teatros de México y conquistar escenarios internacionales.

Daru Camacho es mercadólogo y ex bailarín profesional, viene de una familia de artistas, su padre pintor, su madre chef y su hermana bailarina.

Aprendió y desarrolló sus talentos, estudiando danza contemporánea, ballet, jazz y ritmos latinos, para capturar emociones y momentos trabajó en la fotografía.

Actualmente explora mi creatividad poniendo en práctica todos sus para proyectos independientes.