Curiosidades del disco
"La historia del disco guarda interesantes relatos desde que se inventó"
Guianeya Román
La historia del disco guarda interesantes relatos desde que se inventó y a medida que se fue popularizando, consumiendo transformando hasta la fecha en la que los LPs son cosa de contados coleccionistas, y los cds asunto de las personas atrasadas en la tecnología, los discos en cualquiera de las modalidades son algo cada vez más extraño, lo de ahora son los MP3 y muy difícilmente un instrumento de almacenamiento de información pensado en un uso efímero será alguna vez un objeto de colección.
La primera grabación de sonido fue en 1878 fue así como cambió nuestra manera de escuchar, antes la gente aprendía algún instrumento y cantaba en la iglesia, saber leer música con fluidez era tan importante como ahora lo es saber leer, escribir y usar una computadora. En aquellos muy lejanos años un signo de superioridad económica, y cultural se notaba en el instrumento que se dominaba así como en la belleza de la caligrafía y en la perfección en la redacción.
El disco abrió las posibilidades de nuevas formas de convivencia, pero al mismo tiempo hacía prescindibles las habilidades musicales. Thomas Alva Esdison (1847-1931) patentó más de mil inventos. Los cilindros de fonógrafo de Edison fueron concebidos como una forma de grabar discursos, o dictados; en el Siglo 19 la oratoria era una habilidad valorada, y lo que Thomas buscaba era preservar los grandes discursos, así las personas además de tener bibliotecas podrían tener “bodegas de oratoria”
Cada copia era única, si se quería más de una se debía de volver a repetir toda la presentación de nuevo. Edison dejó en reposo su invento por diez años, hasta que la recién creada Victor Talking Machine Company le pidió que la perfeccionara. En 1915 el inventó estaba listo para comercializarse como una curiosidad. La inteligencia de Thomas descansaba no en su capacidad de idear nuevas máquinas, sino en su habilidad de venderlas, negociarlas y convencer a los demás de que era un genio obteniendo las mayores ganancias posibles.
Por ejemplo los primeros “discos” se comercializaban en espectáculos llamados “test de tono” era una grabación de una aria de ópera, el escenario estaba en penumbra se tocaba la grabación y después un cantante interpretaba en vivo, el público debía de adivinar cuál era la interpretación en vivo. Por supuesto había trampa, las primeras grabaciones no eran perfectas ni poquito, eran bastante parejas porque los micrófonos no eran como los conocemos ahora, en aquel tiempo se le pedía al cantante que se ajustara al sonido de la grabación.
Al principio en las portadas de esos “discos” no se mencionaba el nombre de los intérpretes, pero en todos había una foto grande de Thomas. Edison, también organizaba fiestas de cambio de humor, en ellas reunía a un grupo de personas, tocaba el disco y con ello demostraba como escuchar la música grabada podía cambiar el ánimo de las personas.
Las grabaciones cambiaron nuestra forma de escuchar y de interpretar lo que oímos, las compañías discográficas tuvieron una época dorada en la que mucho dinero corrió ahora el río ha menguado porque es muy fácil encontrar la música en you tube,
Pero en ese largo inter aprendimos a percibir de manera diferente, las disqueras modificaron nuestros gustos en la misma forma en la que ellos cambiaron a su personal. En un principio las disqueras eran comandadas por melómanos de formación clásica, con forme la educación básica musical fue cambiando la calidad de la música grabada también, hubo un momento en el que las disqueras concluyeron que para economizar no necesitaban especialistas en música sino en ventas, para cuando los especialistas en marketing llegaron, el mercado ya venía en picada.
En un principio las interpretaciones que serían grabadas se tenían que ajustar a los limitados medios, de ahí que los grandes matices de crecendos y diminuendos se emparejaron porque ningún extremo de la gama de sonidos podía ser percibida por los imperfectos micrófonos.
Después cuando el acetato amplio el margen de tiempo de grabación y la calidad los técnicos siguieron con el mismo método, el intérprete debía de ajustarse a las cualidades del acetato. En aquel tiempo entre otros muchos cambios fue el ajuste de tiempos en las melodías, esta restricción afectó sobre todo a los intérpretes de jazz que limitaron su cadencias para la interpretación y después en concierto la audiencia sólo aceptaba el sonido que conocía de su acetato.
En la música clásica ocurrió lo mismo; en los conciertos en vivo la música variaba, los ejecutantes buscaban transmitir las emociones y eso no necesariamente implicaba perfección métrica, o tonal, pero la gente captaba la intención, la intensidad. Con las grabaciones, quienes escuchaban la obra en vivo querían que estas sonaran igual que las de sus aparatos reproductores.
A principios de este mes les platicaba de Glenn Herbert Gould (1932-1982) uno de los ejemplos de la búsqueda obsesiva de la perfección.
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