Disfrutan de sublime concierto con la Camerata Mazatlán

Marisela González
18 marzo 2023

El público vivió en el Teatro Ángela Peralta de una velada en la que la solista violinista Nina Farvarshchuk fue la invitada especial

Una sublime y encantadora velada se vivió en el Teatro Ángela Peralta con el concierto denominado “Las Cuatro Estaciones”, de Antonio Vivaldi, con contó con la actuación especial de la solista violinista Nina Farvarshchuk e integrantes de la Camerata Mazatlán.

Alrededor de 18 extraordinarios músicos brindaron un espectacular concierto de cuerdas que cautivó a los asistentes en el máximo recinto cultural porteño.

Los instrumentos se coordinaron perfectamente sobre el escenario y al unísono se dejaron escuchar un repertorio lleno de nostalgia y amor de música barroca.

En la velada se presentó el Concierto Número 3 de Brandenburgo,de J.S. Bach, una joya del periodo barroco y uno de los favoritos de las orquestas y del público en el mundo.

El programa incluyó la participación de la violinista Nina Farvarshchuk, quien arropada por sus compañeros de la orquesta interpretó de manera magistral Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, un concierto para violín y orquesta, dedicado a cada una de las estación, primavera, verano, otoño e invierno, del compositor italiano.

Sólo bastó una escenografía de madera y los músicos con sus instrumentos para que los ahí presentes disfrutaron de cada una de las melodías, que originalmente son textos de poemas, traducidos los versos poéticos directamente en música que realizó Vivaldi.

Esta es la obra más conocida de Vivaldi, inusual para la época, el compositor italiano publicó los conciertos con unos poemas de acompañamiento, posiblemente escritos por él mismo, que describían lo que quería representar en relación con cada una de las estaciones.

Proporciona uno de los ejemplos más tempranos y detallados de lo que después se llamaría música programática o descriptiva, música con un elemento narrativo. Por ejemplo, el “invierno” está pintado a menudo con tonos oscuros y tétricos, por el contrario, el “verano”, evoca la opresión del calor, reproduciendo incluso una tormenta de verano en el último movimiento.

El concierto para la primavera fue el Concierto número 1 en mi mayor, Op. 8, RV 269, que incluyó los movimientos de Allegro, Largo y Allegro pastorale.

Posteriormente llegó el verano con el Concierto número 2 en sol menor, Op. 8, RV 315, Allegro non molto, Adagio e piano-Presto e forte y Presto.

Continúo el otoño, con el Concierto número 3 en fa mayor, Op. 8, RV 293, con los movimientos de Allegro, Adagio molto y Allegro, para finalmente culminar con el Concierto número 4 en fa menor, Op. 8, RV 297, con Allegro non molto, Largo y Allegro.

“Muchas gracias por asistir, esto fue un sueño hecho realidad para mí tocar junto a una gran orquesta como esta. Estuvimos ensayando mucho, espero y haya sido de su agrado”, comentó Nina Farvarshchuk.

Con las fascinantes y conocidísimas melodías del compositor italiano, se celebró un encuentro lleno de emociones, que al final reconoció el respetable que agradeció la entrega de los músicos sobre el escenario con sus aplausos.