EL OCTAVO DÍA: Las cuartetas de Armenia

Juan José Rodríguez
13 noviembre 2016

""De los poemas que más me iluminan de Efraín Huerta, El gran cocodrilo, hay unos excelentes versos que realizó durante un recorrido por la vieja y mítica Unión Soviética""

De los poemas que más me iluminan de Efraín Huerta, El gran cocodrilo, hay unos excelentes versos que realizó durante un recorrido por la vieja y mítica Unión Soviética. No la hoy Rusia, porque el viaje incluyó la antigua República de Armenia y las regiones del Cáucaso. De ese recorrido hay visiones y reflexiones sobre esa otra parte del imperio soviético.

Aquí Efraín Huerta abandona el verso libre y asume una concreción oriental. No la del geométrico Japón o la China dinástica: es el no tan cercano oriente del Cáucaso, entre cabalgatas de cosacos y guerreros de las Mil y Una Noches, con países de la ciudad de Erivan en cuyas afueras, bajo una montaña siempre cubierta de nieve, quedó varada el Arca de Noé.

¡Mares de nieve! Quiero y no quiero / bajar los ojos hacia el abismo / El alma es sueño, un fino hilo / entre la llama del ventisquero.

Las cuartetas de Armenia tienen referencias a Sujumi, Abjasia, (escrito antes Abbabzia) y que hoy es un estado de facto reclamado por Georgia. Su población de 121 mil habitantes se redujo a 43 mil luego de la llamada Guerra de Abjasia de 2003. Durante la visita de nuestro poeta era una piedra firme y estratégica de la gran patria soviética que había destrozado al poderoso Ejército alemán.

El sol de Georgia se despereza / el mar es negro, pero esmeralda / y yo me bebo la luz del alba/bebiendo breve, roja cereza.

Ahí en Sujumi estuvo un súper laboratorio famoso por sus monos que eran usados para experimentos con medicinas y viajes al espacio, donde rompieron incluso un récord de permanencia en el cosmos (Uno de esos heroicos simios fue devuelto a un hábitat semejante al suyo al ser regalado al propio Fidel Castro)

También se rumora que se hicieron experimentos con ellos para crear una raza de simios mutantes que serían trabajadores incansables o poderosos combatientes, mientras que otros dicen que fueron usados para confirmar la teoría de la evolución, logrando hipotéticas mezclas de simios y humanos.

Paloma Blanca, blanca paloma. / El ala tienes de nieve pura. / Cielos de nácar para tu altura / rosas de seda para tu aroma.

El director de ese centro fue condecorado por Stalin e incluso hay una ópera satírica llamada Orango, hecha por Shostakovich y el escritor Aleksei Tolstoi, quien no desciende directamente del escritor León Tolstoi, sino de la familia noble rusa con la cual está emparentado remotamente el autor de La Guerra y la Paz; del que sí es pariente es del escritor Iván Turgeniev.

La piedra rosa construye y canta / el vino rojo la sangre alegra / Armenia es vino, canción y piedra / la vida es verso, rosas y danza.

Gracias a esos monos se desarrolló la penicilina rusa, que salvó a muchos combatientes en la Segunda Guerra Mundial. Luego de la hecatombe de Chernobyl se volvió a experimentar con ellos, pero durante la ya mencionada guerra de Abjasia la artillería destruyó algunas rejas y muchos fueron vendidos o se escaparon, dejando un reguero de enfermedades por los todos los bosques, hasta que finalmente fueron exterminados uno a uno.

Otro gran fenómeno simbólico de la todopoderosa era soviética aparece encriptado en otras de las cuartetas de Armenia. Me refiero a un poema que, sin decirlo, toca la epopeya de Stalingrado.

Describe una fuente con una escultura de niños girando en torno a un cocodrilo.

Esbelta música, la ronda agita / niñas de azúcar, niños de nieve, / Llora, bosteza y se conmueve / el cocodrilo de malaquita.

Dicha fuente, con la alegórica imagen de los niños en la ronda, se volvió un ícono de la resistencia del pueblo soviético. Alrededor había ruinas, llamaradas y desolación, pero esa sola fuente había permanecido intacta y se erguía entre la llamarada como un símbolo de que el espíritu de todas las Rusias sobreviviría a ese otro holocausto. Fue un gran vehículo de propaganda esa foto.

Pesado, muy solemne y lacrimoso / el cocodrilo gimotea, enloquece. / ¡Música de la ronda que parece / anillo de cristal, el más hermoso.

Es evidente que Efraín se inspiró en esa imagen, pero como buen poeta, sabía que debía sugerir, más que decir. ¿Habrá surgido de ahí su uso de la frase Gran Cocodrilo para autodefinirse poética y humorísticamente?

El viernes pasado saludé en una reunión en la Ciudad de México a su hija Raquel Huerta. Me quitó la idea de golpe, Su apodo de Gran Cocodrilo viene de unas bromas hechas con unos amigos en un viaje a San Felipe Torresmochas.

No me importa: yo me quedaré con la imagen de la fuente y la paloma por los cielos de Armenia.