El Octavo Día: Luis Eduardo Aute al teléfono

Juan José Rodríguez
05 abril 2020

"Se nos fue hace días un compositor de balada, trova y algo que en su tiempo llamaban 'música de protesta'"

Se nos fue hace días un compositor de balada, trova y -algo que en su tiempo llamaban “música de protesta”- solo porque tenía un sentido social y exigía poner atención.

Desconocía que había nacido en las Islas Filipinas, durante la Segunda Guerra Mundial, y fue quien abrió camino en la música a gente como Serrat y Joaquín Sabina.

Oigo en su homenaje, ahora que se nos adelantó, una canción de Luis Eduardo Aute donde le dice a una chava que “pasaba por aquí” y como no vio un teléfono, mejor la visitó.

Sí, detalle muy romántico, pero para algunos, encriptado.

Fin de una época, habrá que explicarle a los nativos digitales que antes no todos tenían teléfono personal y había teléfonos públicos para llamarle a la novia o concertar una cita con el prospecto.

Y que además se hablaba antes de visitar a alguien si eras educado, así como hoy en un whats se dice: “¿Te puedo marcar?”.

También se le colgaba si contestaba el papá, otro filtro de la época... ahora se consigue el whatsapp y se mandan literalmente todo.

En la prehistoria del teléfono había aparatos con disco numerado del 0 al 9 y eran de baquelita, negros, con un cable sin curvas y pesados. Eran negros porque, como los celulares, por lo general eran para recibir malas noticias.

A Manolete se decía en España que lo había matado “un toro negro como un teléfono”.

Proliferaban como hongos las casetas de teléfonos y las colas para hablarse. Se les echaba un 20 y se hablaba por 5 minutos.

Y había gente que le valía un comino la cola y seguía echándole veintes. Era un mundo muy complejo que generaba nuevos discursos sociales.

De ese uso de los teléfonos públicos se quedó la frase “te cayó el veinte” para indicar que hubo comunicación.

También somos el único país donde se dice “bueno”. (En Italia dicen “Pronto” y al celular le llaman “telefonino”).

Por ahí anda otra melodía francesa de esa era, que puso de moda en español de España King Clave, donde un padre divorciado hablaba con su hijo madrileño diciéndole que a su mamá la quiere mucho, cobardemente por teléfono.

Más lacrimógena era “La llamada” con Sergio y Estibalis, un subproducto de Mocedades.

Pero dejemos lo pop y volvamos a contenidos sólidos, esa melodía de Aute que menciono es muy expresiva, se llama “Pasaba por aquí” y puede buscarla en su disco “Autorretratos”.

Para recordar a Luis Eduardo Aute, no solo por Rosas en el mar, Aleluya o Mojándolo todo, podemos buscar sus libros de poemas. Tiene una serie de “Animalhadas”, publicadas en Editorial Siruela, donde se incluye la serie completa de “Poemigas”.

Sí, era un tipo con ingenio para los títulos. Buen viaje a la fiesta, Luis Eduardo Aute. Vuela muy alto.