El odio a las mujeres
10 noviembre 2015
"Emoé de la Parra presenta el monólogo "Primer amor", de Beckett"
La actriz Emoé de la Parra representó a un hombre inmensamente solo, misógino, incapaz de amar y que además ostenta esa actitud.Esto fue en la obra Primer amor, del dramaturgo Samuel Beckett, que se presentó en el tercer día del Festival del Monólogo, en el Teatro Antonio Haas.
De la Parra estrenó esta obra con éxito en 1997, en la Ciudad de México. El trabajo profundo del personaje varón que protagoniza le ha valido para que sobreviva como propuesta, es un hombre que odia a las mujeres y entabla relaciones de pareja hasta se casa con ellas para torturarlas psicológicamente y golpearlas.
La actriz asume esa actitud, se convierte en un misógino. El trabajo para lograr que le crean debió ser arduo y el público la premió con un aplauso de pie.
El personaje desprecia las demostraciones de amor, las caricias, los detalles de esa mujer (Ana), que acepta quererlo. Él se sorprende porque ella lo recibe, pero eso no es suficiente para sumar a un saldo a favor del amor, no hay posibilidad de sumar, el resentimiento contra el género femenino y la amargura es monumental.
Samuel Beckett, en cada una de sus obras de teatro, la más famosa es Esperando a Godot, se aventura al lado oscuro de lo humano, a esa actitud cínica y autodestructiva, ese afán de miles de seres humanos de esforzarse por ver siempre el lado negativo de todo lo que los rodea y que demuestra su incapacidad de tener un afecto, de construirlo, de armarlo con pacientes detalles, con sencillas caricias.
Este autor trabaja sobre ese lado poco amable del ser humano, que se ha ido apoderando de la sociedad del espectáculo en la que se vive y en la que la frustración de las mayorías surge de frivolidades como no poder tener, ni estar en los satisfactores materiales que desean y añoran, y que convierten a tantos en los personajes amargados y solitarios en medio de la multitud, de relaciones efímeras y superficiales y absurdas que tan bien retrata Beckett en sus obras de teatro.
El escritor tiene el genio de dibujar sus pesimistas personajes envueltos en una atmósfera de humor negro, que aligera sus obras y crea un equilibrio que atrapa a los espectadores, que ríen de las situaciones absurdas y de la amargura profunda que raya en lo irracional.
En la obra, la densidad se ve atemperada, también, por una situación que propone el director. La actuación tiene varios momentos en los que se congela; un miembro del público, al que se le entregó una campana, tiene que tocarla para que continúe la acción.
El personaje se presenta burlándose de su realidad, de su soledad, de la sociedad que lo rodea, con elementos escatológicos provoca situaciones absurdas e hilarantes. Empieza a relatar el encuentro con la mujer con la que vivió y no para de narrar el despreció que sintió por sus caricias y muestras de amor, hasta que se embaraza y su rechazo y su burla se convierten en mayúsculas.
Es un ser insensible, rayando en lo monstruoso. Beckett pinta un ser extremo para crear conciencia, para llevar a los espectadores al filo del abismo y que se reflejen en el espejo del vacío que se abre a sus pies. Es efectivo, provoca rechazo y negación, risa, evasión, pero seguramente, en medio de todo esto, sus ideas quedaran revoloteando en la mente de los que presenciaron el acto escénico.
LA OBRA
* La obra "Primer amor" es una obra del dramaturgo irlandés Samuel Beckett.
*La actriz Emoé de la Parra interpreta a un hombre que odia a las mujeres.
HUMOR NEGRO
El pesimismo que presenta el escritor Samuel Beckett está diluido por un sentido del humor, entre negro y sórdido, que la actriz Emoé de la Parra supo instalar en el escenario.