Es papá del 'Pavarotti de la Rosales'

09 noviembre 2015

"El orgulloso padre del tenor Adán Pérez dice que poner límites es indispensables para formar a los hijos"

MAZATLÁN._ Los muchachos que viven entre la 21 de Marzo y la calle Constitución, a un par de cuadras de la Preparatoria Mazatlán, le dicen el Pavarotti de la Rosales. Adán Pérez Aguilar es el barítono mazatleco que lleva el nombre de Sinaloa a Europa, Estados Unidos e Israel. Su orgulloso padre, Adán Pérez García, revela que para formar a los hijos es necesario poner límites y no dejar "al garete" su educación espiritual.
Recuerda que cuando su exitoso hijo tenía 3 ó 4 años empezó a mostrar su gusto por la música, adorando las canciones de Cepillín, que en la década de los 70.
"Era muy pequeño, su estatura no rebasaba la altura de una consola de tocadiscos, se ponía de puntitas y como podía sostenía la pesada tapa del mueble, y cuando sonaba el seguro la soltaba, entonces tomaba el disco de Cepillín y se ponía a cantar y a bailar solo... pensaba que nadie lo veía y su madre y yo nos enternecíamos de verlo", dice.
Nacido en El Grullo, Jalisco, el padre del barítono mazatleco se inscribió, siendo un adolescente, en el seminario Diocesano de Guadalajara.
"Desde niño fui monaguillo y tuve una formación en los valores del catolicismo, por eso quería ser sacerdote, cuando terminé la prepa me di cuenta que esa no era mi vocación, regularicé mis estudios, porque la Secretaría de Educación no reconocía los estudios que ofrecían los seminarios, y entré a estudiar Electrónica en la UdeG", comenta.
Cuando estuvo en el seminario, Adán fue parte del coro de cantos gregorianos de la institución, estudió el método Solfeo de los solfeos y por ese interés por los sonidos, años después, les compró a sus hijos un armonio de fuelle.
"Adán fue el más interesado en tocarlo, él era el que más movía ese instrumento, después les compré un teclado portátil y Adán lo traía por Mazatlán. Entró a la Escuela de Música Martínez Cabrera, participó en obras de teatro y formó un grupo de rock, Ruido Blanco", afirma.
"Nunca dejé a mis hijos jugar en la calle, cuando terminaban sus tareas los ponía a hacer labores en el taller de electrónica y los fines de semana los llevaba a jugar futbol o tenis. Los deportes les ayudan a los niños a aprender a manejar la frustración, cuando les toca perder en la vida cotidiana".
Cuando su hijo Adán terminó la preparatoria le pidió que lo mandará al Conservatorio Nacional.
Él piensa que un padre debe poner límites para que los hijos se sientan seguros, porque alguien los está guiando.
"A los hijos siempre hay que hablarles con la verdad, los padres debemos ser disciplinados, para enseñar con el ejemplo, nunca los dejé 'al garete', sobre todo en su educación espiritual, no los dejaba ir a todas las fiestas, ni les compraba ropa o zapatos de marca. Los padres ahora se preocupan más por satisfacer lo material que lo espiritual".
Confiesa que la primera vez que se emocionó profundamente al escuchar a Adán fue en el Teatro Ángela Peralta, cuando cantó Amor vida de mi vida.


EN CORTO
- Adán Pérez García es el padre del barítono mazatleco Adán Pérez.
- Su esposa es María de Jesús Aguilar y además de Adán tienen cuatro hijos más: Fermín, Víctor Hugo, Isis y Patricia.