EXPRESIONES DE LA CIUDAD: Asumir la cultura como trámite burocrático

Julio Bernal
26 mayo 2020

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Supongo que un segmento considerable de la comunidad artística no le tiene mala fe al titular del Instituto Sinaloense de Cultura, Papik Ramírez Bernal. Tan es así, que en los momentos álgidos, cuando se colocó en la palestra pública el descalabro financiero de ese organismo, muy pocos se rebelaron por la falta de pagos; y quienes levantaron la voz, previamente hicieron gárgaras con esencia de rosas para no parecer tan rudos. Y es que el joven Ramírez nunca se ha cubierto con el plumaje engolado que ha sido común en otras direcciones; antes al contrario, viste el ropaje del que se sabe sencillo, pero sin caer en el rango de las personas estrictamente elementales. Afable y sereno, mira y saluda de frente, pero sin embargo no habla como debiera.

Es sabido que baja de tono frente al jefe: no le pide, porque cree que el Gobernador se dará cuenta, aleluya, de la labor constante del Isic, en plan ‘ay, pobrecito’. Y que entonces lloverán los pesos.

La estrategia es rancia ya, palpable desde aquel 2018 del desparpajo de números, sin quinto para la nómina y para proveedores; pero Quirino Ordaz Coppel, pese a todo y contra todos, se impuso con su gusto por los eventos masivos y ordenó a Papik que todo saliera divi-divi-divi. Y el director del Isic puso la cara, creyendo que de este modo vería la luz. Y nada, entonces.

Asumió la dirección con alta estima: cuando se hizo el cambio, la comunidad artística vio que era bueno. Pero con los meses se fueron carcomiendo los quereres, aunque sin alcanzar la cima del escándalo amoroso. La mayor punta de la curva de la desilusión destelló cuando se supo de la deuda millonaria, y pudo concluirse que a Papik nunca le habían faltado las ganas, incluso en las horas de miseria, pero que en cambio sí le faltó Gobernador, aunque éste se crea la gran eminencia del país.

Quirino Ordaz Coppel y Papik Ramírez Bernal

No puede decirse que Quirino Ordaz Coppel lo traicionó, porque -para traicionar- primero tuvo que haber existido una promesa rota; y que le colectividad sepa, el Gobernador nunca ha hecho un ofrecimiento jurado para bien de la cultura en Sinaloa. En todo caso, ha sido como cualquier otro político común, a quien -si se le preguntase-, prometería hasta los cuartos de sus hoteles, gratis, para que el arte fluya en la entidad. De norte a sur. Y viceversa.

A decir verdad, ha visto a la cultura como un trámite burocrático a cumplir, similar a una empleada de gobierno que te atiende pero que no te mira, que le da largas a tu asunto mientras bebe café; empleada que -si reclamas- te mira con un desdén insultante desde el otro lado del mostrador.

No gusta este Gobernador a muchos, aunque raras encuestas digan lo contrario, quien acaba de propinar el codazo hacia un abismo incierto al director del Isic, luego de decretar un uso policiaco al inmueble que oníricamente ocuparía la Biblioteca Pública Gilberto Owen, como lo dio a conocer Azucena Manjarrez en el portal www.al100xsinaloa.com. Que nomás la puntita, declararía luego Ramírez Bernal; que sólo es un préstamo y que el edificio hará lo suyo en esta administración. Pero conociendo la ‘maldición’ de la Biblioteca, y sabiendo los gustos de Quirino, pues ¡sabe!

Pareciera auto negociación lo del uso policial de la Owen: -Le paso este elefante blanco a la Secretaría de Seguridad Pública, pero al mismo tiempo suelto dinero para que el Isic salde sus deudas, porque, pagaditos y calladitos, todos se ven más bonitos-. Y punto. Comentarios: contacto@al100xsinaloa.com