Fallece Miguel Tamayo

16 noviembre 2015

"Incansable promotor cultural, amante del teatro y precursor de las tradiciones mexicanas, murió ayer por la mañana en Culiacán"

Una institución en el ambiente social y cultural en la entidad, Miguel Tamayo Espinosa de los Monteros, falleció ayer a los 90 años a consecuencia de un mal cardiaco. 

Hijo de Miguel Tamayo Amador y María Espinosa de los Monteros Praslow, nació en Culiacán el 9 de diciembre de 1924. 

Don Miguel, como era conocido en los diversos ámbitos en los cuales se desempeñó, prestó sus servicios durante más de 50 años a la Universidad Autónoma de Sinaloa, institución a la cual llegó en 1953 y a la que dedicó los años mas importantes de su vida, durante los cuales cosechó innumerables satisfacciones. 

Siempre presente en los eventos culturales, en recitales, conciertos, exposiciones y obras, fue amigo de pintores, de políticos, músicos, gente de sociedad, pero sobre todo de actores, ya que el teatro fue una de sus pasiones. 

Compañero inseparable de Rosa María Peraza e Inga Pauwells, ocupando siempre las primeras butacas del teatro, era de los espectadores que más aplaudían y en su caso quienes con mayor severidad criticaba la actuación. 

Pilar fundamental del Taller de Teatro de la UAS, fundado por Óscar Liera, fue un importante apoyo no sólo aportando ideas, contribuyendo con la escenografía de los montajes, sino contribuyendo económicamente a la realización de muchos de ellos.

La UAS, su casa 

Miguel Tamayo, quien recibió el Premio Sinaloa de las Artes en 2001, consideró a la Universidad Autónoma de Sinaloa como su casa, ya que durante 48 años le dio todo para realizarse profesionalmente
En octubre de 1953 llegó a la institución, donde su primer nombramiento fue como Promotor Secretario del Departamento de Extensión Universitaria y Acción Social. Al poco tiempo se le asignó como escenógrafo del teatro universitario y maestro de dibujo. 

Sin importar el salario que percibía, que era de 150 pesos mensuales, él estaba consciente de la situación de la institución, sin embargo, su entrega era total y amaba a su trabajo, gracias al cual empezó a conocer y querer aquella universidad que le abría las puertas. 

Inquieto y deseoso por demostrar su experiencia en los escenarios, la cual había adquirido durante su trabajo al lado de luminarias como Emilio "El Indio" Fernández, María Félix y Luis G. Basurto, en la Ciudad de México, empezó a revolucionar lo que era el teatro en aquella época.

Pilar del teatro universitario 

"A mi llegada a la UAS me encontré con un salón de actos cuyo nombre era Dr. Ruperto L. Paliza, ubicado en el Edificio Central en Culiacán, contaba con un pequeño escenario, con una especie de candilejas que formaban dos círculos de hojalata con unos focos que proyectaban la luz, el telón era una cortina que se abría y cerraba de manera sencilla", explicó en una entrevista a Noroeste días previos a recibir el Premio Sinaloa de las Artes, en 2001. 

Ese pequeño salón fue su motivo de inspiración, en él empezó a trabajar, primero quitando las candilejas y el telón, dando un poco de vida al que se convertiría en el primer escenario en donde empezaría a poner de manifiesto su talento. 

La primera escenografía corpórea, con puertas que se abrían, escaleras que se subían, que realizó en la universidad, fue El color de nuestra piel, de Celestino Gorostiza, con los grupos de teatro de la propia institución, bajo la dirección del maestro Roberto Hernández Rodríguez. 

En el montaje de esta obra gastó mil 500 pesos, entre adaptación, escenografía, vestuario, producción, programas, inversión que inmediatamente llamó la atención de las autoridades, quienes le hicieron saber que estaba terminando con el presupuesto de la universidad, según recordó. 

El estreno de la puesta en escena fue todo un éxito, asistió el entonces Gobernador de Sinaloa, Rigoberto Aguilar Pico y su esposa, funcionarios de la universidad, además de un importante número de personas de la sociedad culiacanense, a quienes entre broma y broma el Rector, Humberto Bátiz Ramos, comentaba que él le había explicado a Miguel Tamayo cómo hacer las cosas. 

Las felicitaciones no se dejaron esperar y el éxito de la presentación los hizo llegar hasta el Palacio de Bellas Artes e iniciar una gira por las ciudades de Colima, Hermosillo y los municipios de Sinaloa. 

Para Tamayo, este proyecto fue uno de los que más satisfacciones le dejo, porque marcó la pauta para empezar a hacer un teatro distinto al que se había hecho en Sinaloa.

Sus inicios
Antes de formar parte de la UAS, Don Miguel vivió en la Ciudad de México, a donde llegó en tiempos de su juventud, y donde conoció a Emilio "El Indio" Fernández, quien lo invitó a trabajar en la producción de varios filmes.
"Fue tanta nuestra amistad que me fui a vivir a su casa, la cual ayudé a construir, 'El Indio' entonces estaba casado con Columba Domínguez y así hicimos una gran amistad", recordaba con orgullo.
Su capacidad e inteligencia lo llevaron a conocer a destacados pintores, como Diego Rivera, quien llegó a convertirse en un amigo de la familia y de quien conservaba un pequeño grabado autografiado con una dedicatoria especial que dice: "Para el constructor y el amigo".
Frida Kahlo es otro de los personajes que representó en su vida algo especial, y por ella sentía una profunda admiración, al grado que la galería que albergó la Plazuela Rosales de Culiacán durante varios años llevó su nombre a petición de él.
Su vida en la Ciudad de México transcurrió entre gente famosa, personajes de la literatura y la música mexicana de quienes guardó gratos momentos hasta el día de su muerte.


ALGO DE
HISTORIA 
* Nació el 9 de diciembre de 1924 en Culiacán. 
* Es hijo de Miguel Tamayo Amador y María Espinosa de los Monteros Praslow. 
* Realizo sus estudios de primaria y secundaria en Culiacán, para después cursar el bachillerato en el Colegio Militar de la ciudad de Puebla. 
* De 1946 a 1953 colaboró con Emilio "El Indio" Fernández en la producción cinematográfica de esa etapa en los filmes "Enamorada", "Río Escondido", "Maclovia", por mencionar sólo algunos. 
* En 1953, debido a la muerte de su padre, regresó a Culiacán y de inmediato se integró al departamento de Extensión Universitaria y Acción Social de la UAS, a cargo de Juan Macedo López en el periodo rectoral del doctor Humberto Peña Bátiz. 
* Al poco tiempo se le nombró escenógrafo del teatro universitario
*En 2001 recibió el Premio Sinaloa de las Artes, que otorga el Gobierno del Estado a través de Difocur, hoy, Instituto Sinaloense de Cultura.



HOMENAJE
Hoy, a las 10:00 horas, se le rendirá un homenaje de cuerpo presente en la Casa de la Cultura de la UAS de Culiacán y a las 12:00 horas lo despedirán en el Santuario del Sagrado Corazón de Jesús.

"Creo que no le he fallado ni a la Universidad, ni a la sociedad de Culiacán, a esta ciudad a la que tanto he defendido por continuar conservando sus antiguos edificios, aunque en ese aspecto no he logrado mucho".

Miguel Tamayo Espinosa de los Monteros
Promotor Cultural


ENTRAÑABLES AMIGOS: ANTONIO LÓPEZ SÁENZ
El pintor mazatleco Antonio López Sáenz recordó su amistad con Miguel Tamayo.
"Conozco a Miguel desde niño porque nuestras familias eran amigas y cuando era niño y adolescente fui mucho a Culiacán y él, desde que yo era muy chico, se dio cuenta que yo era artista plástico", dijo. 

"Cuando me fui a estudiar a la Ciudad de México, a la Academia de San Carlos, Miguel me visitó, era el año de 1954, y me invitó a hacer una exposición individual en el Colegio Rosales de la UAS. Él fue el que me dio por primera vez esa oportunidad y eso marcó mi vida". 

El artista visual mazatleco agregó que Tamayo siempre fue brazo derecho de todo lo relacionado con la cultura de la UAS. 

"Él siempre significó en mi vida un amigo muy querido, cuando era niño iba a Culiacán a pasar vacaciones, siempre lo veía, y era seguido". 

Por su relación de amistad de toda la vida, la pérdida lo hace sentir triste.
"Estoy desolado, pero entiendo que Miguel ya está descansando, tuvo una convalecencia difícil. Siempre iba a mis exposiciones, era al primero que invitaba, le comentaba todo lo que era importante en mi vida, fue un buen amigo", señaló. 

"Recuerdo que cuando Adopte una Obra de Arte entregó, ya restaurado, el Templo de Copala, él vino con la comitiva de altos funcionarios, ahí me entregó un documento que encontró en el archivo de la UAS, en el que el director de la Academia de San Carlos le solicitaba al Rector de la UAS un apoyo económico para mí, el papel decía que estaban seguros que yo tenía un gran futuro, la beca nunca llegó pero la carta que Miguel Tamayo encontró me conmovió hasta las lágrimas". 

Recordó que en su discurso de aceptación del Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Sinaloa lo recordó.
"El Doctorado Honoris Causa casi se lo dediqué a Miguel, él estuvo presente en todo momento, lo mencioné en el pequeño discurso de agradecimiento. Le tengo un cariño eterno, la muerte no lo borra, él está conmigo, lo recuerdo y lo recordaré toda mi vida, fue un gran promotor cultural, trabajó en Expresión Universitara, fomentó el teatro, hizo escenografía, fotografía, traía gente de México, era un incansable promotor artístico y, sobre todo, un gran universitario".