Habla Malala Yousafzai de su amor por los libros, durante el Hay Festival Digital

América Armenta
04 septiembre 2020

"La ganadora del Premio Nobel de la Paz fue entrevistada por la periodista Lydia Cacho en el marco del Hay Festival"

Dos cosas destacó Malala Yousafzai durante la conversación con la periodista mexicana Lydia Cacho, a través de una plataforma virtual para el Hay Festival: su pasión por la literatura y sus ganas de estar en México.

"Me encantaría estar ahí en persona, he estado en México y en Brasil y amé estar ahí, me encanta la cultura, la gente de ahí, la pasión y me encantaría visitar México y todos los países de latinoamérica, cuando estemos mejor por el Covid", expresó Yousafzai.

Los libros le han servido como motivación e inspiración para seguir trabajando son de todo tipo, en Pakistán, declaró, leía mucho a pesar de que era algo que no tenía permitido y puso una serie de lecturas en su currículum.

 

"Como solo tenía los libros de texto, cuando leía El Alquimista, de Paulo Coelho, Una breve historia del tiempo, de Stephen Hopkins, estaba tan orgullosa de mi y de tener eso que va más allá de tu cama, fuera de tu recámara, hay tantas personas viviendo diferentes historias y vidas y puedes encontrar muchas cosas en las lecturas", destacó.

Leer cosas de ficción, historia, filosofía, animales y geografía nutrió a la ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014 para lograr ser la joven que ahora es a través de las historias, aun cuando se sentía sin esperanza y creía que no podría conseguir ayuda o ayudar a otras mujeres.

La joven galardonada es autora de Malala, Mi Historia, Todas somos desplazadas y El lápiz mágico de Malala, sin embargo, por el momento declaró no tener planes de escribir un cuarto libro, dedicándose al estudio, además de mostrarse contenta cuando Cacho le dijo que su autobiografía es uno de los libros que más recomienda leer a mujeres jóvenes.

Actualmente dijo estar concentrada en su educación y en la ocasión que sea posible poder dar un paseo con familia o amigos.

El proceso de ser estudiante lejos de Pakistán, su país natal en el que se le había negado la educación y fue agredida con un arma de fuego por pelear este derecho para ella y las niñas, la ha hecho crecer, detalló, residiendo en Inglaterra, con comida, personas y cultura diferente.

En la conversación en la que a la joven activista la tomaron como un ejemplo de lucha y fortaleza para todas esas mujeres que han enfrentado un problema y luchado por sus derechos se agradeció los mensajes que esperanza que envía.

Los desplazamientos de niñas y mujeres, que es uno de los tópicos que más le apasionan, resaltó entre otros pues entre este, la violencia, machismo y problemas en México y latinoamérica, invitó a alzar la voz ante todos ellos, a que haya unión y se detenga la violencia de género.

"Es importante hablar, porque si nadie habla el cambio no llegará y creo que es necesario exponer las situaciones para cambiarlas, las mujeres jóvenes latinas deben creer en sí mismas y alzar su voz, a veces es difícil hacerlo sola, pero cuando las voces se unen crean un eco alrededor del mundo y se crea un impacto", enfatizó.

La joven exhortó a las mujeres a que lean, se conozcan, se apoyen y al resto de la población que entiendan que la mitad de las habitantes del planeta son mujeres que no se van a rendir y seguirán buscando sus sueños, como las mujeres que no podían estudiar y que fue un derecho que costó ganar en Pakistán.

Al final Malala Yousafzai se despidió con un: muchas gracias, frase en español que ameritó una sonrisa y un agradecimiento de regreso por parte de Lydia Cacho.

La charla tuvo una duración de 25 minutos y ambas participantes aprovecharon el tiempo para resaltar la importancia de la educación de las mujeres, la unión y la necesidad de perseguir los derechos a toda costa, para que sigan existiendo personas que sirvan de ejemplo para las más jóvenes.

PERFIL

Malala Yousafzai es una activista pakistaní defensora del derecho a la educación de las niñas y mujeres.

Nació en Mingora (Pakistán), el 12 de julio de 1997.

Con solo 15 años, la joven fue el objetivo de un atentado talibán que casi acaba con su vida.

En 2009, había empezado a escribir un blog bajo pseudónimo sobre la creciente actividad militar en su pueblo de origen y sobre el temor de que atacaran su escuela.

Una vez que se reveló su identidad, Malala y su padre, Ziauddin, siguieron pronunciándose en favor del derecho a la educación.

El ataque talibán a Malala, el 9 de octubre de 2012, cuando volvía a casa de la escuela con sus amigas, recibió una condena mundial.

En 2013, Malala y su padre fundaron el Fondo Malala para sensibilizar acerca de los efectos sociales y económicos de la educación de las niñas y de empoderarlas para demandar el cambio.

En diciembre de 2014, se convirtió en la receptora más joven del Premio Nobel de la Paz.