'Klinghoffer' Fragmento de la Realidad
"El 7 de octubre de 1985, un barco italiano de nombre Achille Lauro zarpó del puerto egipcio de Alejandría con destino a Ashdod, en Israel."
El 7 de octubre de 1985, un barco italiano de nombre Achille Lauro zarpó del puerto egipcio de Alejandría con destino a Ashdod, en Israel. Entre sus pasajeros iban cuatro miembros del Frente para la Liberación de Palestina. Armados, los militantes secuestraron la embarcación y exigieron que cincuenta de sus compañeros fueran liberados. En la trifulca, León Klinghoffer, un judío estadunidense discapacitado, fue asesinado. Su cuerpo fue arrojado por la borda con todo y silla de ruedas.
El secuestro terminaría con los cuatro terroristas detenidos y, precisamente este acontecimiento habría de inspirar, algunos años después, una controversial ópera de nuestro tiempo. La muerte de Klinghoffer (The Death of Klinghoffer), segunda ópera del compositor estadunidense John Adams, uno de los más reconocidos de la segunda mitad del siglo XX.
Klinghoffer se estrenó en 1991. Inmediatamente fue acusada de ser una obra antisemita. La familia de la víctima la repudió públicamente. Alice Goodman, responsable del libretto, no volvería a escribir; la ópera marcó el fin su carrera. Durante 20 años ninguna producción de Klinghoffer vio la luz. John Adams no volvería a componer una ópera hasta Doctor Atomic, en 2005.
En el conflicto árabe-israelí siempre es propenso caer en extremos; en una dicotomía en donde se eligen bandos, se decide entre blanco o negro cuando la realidad es, en efecto, una inmensa escala de grises.
Es precisamente en esa tenebra, en ese terreno medio, en donde se ubica Klinghoffer. El pecado que ningún bando le perdona a Adams y Goodman es el de, precisamente, no elegir bando. Palestinos e israelíes tienen voz en el libretto. Enmarcados en el Achille Lauro, tanto secuestradores como secuestrados tienen algo que decir. Más aún la tenebra se profundiza los secuestradores son mostrados como asesinos y como seres humanos.
A Goodman se le acusó de haber "romantizado" a los terroristas, de haberlos dotado de un halo de heroísmo. Pero intentar retratar la complejidad de un personaje cualquiera que éste sea no es enaltecerlo; al contrario: retratarlo como una caricatura sí es ofensivo tanto para el personaje como para el espectador. Podemos reprobar y condenar los actos terroristas, incluso odiar a sus perpetradores, eso no significa que debamos renunciar a comprender sus motivos, explorar sus emociones. El compositor alguna vez dijo: "Imaginar la voz de un terrorista no equivale a legitimar sus actos".
John Adams reconoce que realizar una ópera sobre terrorismo es una idea provocativa, sin embargo, añade: "no la hice para que que fuera controversial, la hice porque la ópera es la forma artística que va al máximo; es la más emocional, la que más lejos llega.Y en cierto sentido, el terrorismo es lo mismo: va al máximo de la desesperación".
Klinghoffer despierta emociones que a muchos les resultarán incómodas.
Está bien: la abrumadora complejidad del mundo confunde y a menudo hiere.
La Muerte de Klinghoffer que será proyectada hoy en el Teatro Socorro Astol a las 18 hs en el marco del II Ciclo de Ópera en Video nos muestra las dos caras de la moneda de este milenario conflicto, no se trata de una ópera antisemita o una apología al terrorismo. Ninguno de estos dos pueblos abrahamicos son juzgados o criticados, sino simplemente mostrados en sus aspiraciones y desencuentros.
Klinghoffer no es la primera ni será la última obra maestra del género operístico en sufrirla. Le sucedió a Verdi con Un Baile de Máscaras en donde un rey sueco, justo y magnánimo, sabio y humano, es asesinado cobardemente. Según sus censores, la ópera favorecía los magnicidios. Lo único que hizo Verdi, como Adams, fue presentar un fragmento de la realidad. Precisamente lo que muchos no toleran.
ASISTA HOY
VIDEO: 'La Muerte de Klinghoffer'
LUGAR: Teatro Socorro Astol.
HORA: 18:00 horas.
COSTO: 30 pesos.