La Catedral de Mazatlán
Símbolo de unidad en una comunidad diocesana, una catedral es la sede del obispo, maestro y pastor de la iglesia local a la cual acuden los fieles para vivir su fe, en convivencia con la iglesia universal.
El término Catedral, viene del griego “Cáthedra”, que viene a ser el asiento en donde el maestro impartía sus enseñanzas de su respetada y venerada vocación.
La diócesis de Mazatlán tiene una majestuosa catedral, tanto por su estructura arquitectónica, como por el sentimiento que inspira en la piedad a María inmaculada, en su función maternal de llevarnos hacia su hijo Jesucristo.
Los trabajos de cimentación del templo, que hoy es catedral, inician en 1855, bajo la supervisión del Sr. Cura José María Suárez del Real, cumpliendo la iniciativa del Sr. Obispo de Sonora don Pedro Loza y Pardave. Esta obra tardaría varias décadas y fue Padre Miguel Lacarra quien aceleró la obra, terminando la construcción principal en 1880.
Se cuenta que el padre Lacarra influyó en don Pedro Echeguren y de la Quintana, nacido en San Sebastián, España, dueño de las minas de Guadalupe de los Reyes, de la fábrica de hilados y tejidos, así como de numerosos terrenos, siendo el hombre más rico de la región, para convencerlo de normalizar su unión ilegítima con Doña Concepción Moreno, con quien vivía en amasiato, realizando su matrimonio en el templo ya terminado.
En la edificación de la obra intervinieron; el maestro en albañilería, don Estanislao León, el maestro en carpintería don Santiago León y el maestro en herrería don Isaac León. Don Estanislao falleció cuando finalizaba la construcción.
Las torres fueron diseñadas por don Natividad González, iniciando su construcción de la primera de ellas en 1893, para ser terminada en 1884. Habiendo iniciado la construcción de la segunda, no pudo ser terminada por un desacuerdo con el Sr. Cura don Joaquín García
Con un estilo no puro, ni definido, en ella se mezclan los estilos gótico, barroco y neoclásico, entre otros, que para algunos es una muestra de un sincretismo arquitectónico.
El 24 de diciembre de 1895, la hasta entonces, parroquia de la Inmaculada Concepción, de Mazatlán, fue elevada por su Santidad, el Papa Benedicto XIV, siendo obispo de Sinaloa, Don José María de Jesús Portugal y Serratos, a la dignidad de Basílica, agregándola a perpetuidad a la basílica de San Pedro.
Finalmente el 22 de noviembre de 1958, el Papa Juan XXIII, al declarar la erección de la Diócesis de Mazatlán la elevó al título y dignidad de Catedral.
Una rica historia está detrás de toda catedral, cuyos orígenes se pierden en la lejanía del tiempo, una historia de hombres y mujeres que han vivido de maneras diferentes, pero han dejado un signo patente de su fe en su búsqueda de Dios.