La diligencia
La ociosidad, la vagancia y el “paso” que damos, que están en el extremo opuesto de la diligencia, no hay que confundir el ocio es algo que todos necesitamos y consiste en descansar de las obligaciones haciendo lo que nos gusta y esos ratos son la fuente del arte y la ciencia y la buena convivencia, descansar haciendo adobes le dicen, pero naturalmente no consiste en olvidar las obligaciones y pasar el día en lo que nos gusta eso es ociosidad vicio.
La diligencia es nuestra capacidad de obrar, proyectar, crear y ejecutar con decisión y prontitud lo que nos hace superiores, lo que nos coloca a los humanos por encima de los otros animales, que aunque sienten y piensan no han creado nada. Pero además la diligencia la prontitud en hacer lo que tenemos que hacer y además ponerle no solo intención superior sino hacer poniendo el mejor esfuerzo es también garantía de ser personas de bien. Afirma O:S: Marden: La honradez es uno de los elementos constitutivos de la dicha humana (le dicen consciencia tranquila) y no puede ser honrado quien rechaza trabajar en la medida de sus fuerzas.
Cuando trabajamos con diligencia alcanzamos bienestar físico y sobre todo psíquico, nos libra del tedio y el aburrimiento, es la clase de felicidad que de verdad lo es, no depende y no se contrapone con estar pasando por circunstancias difíciles más bien ayuda a sobrellevarlas, es decir que quien anhele ser de verdad dichoso necesita comprometerse a ser diligente y activo a llevar a cabo lo mejor posible todo cuanto haga por obligación, placer, afición o necesidad.
La ociosidad, holgazanería de quien vive sin ideales, sin un verdadero motivo impulsor es incompatible con la paz, el equilibrio y la felicidad interior. Y aquí abrimos un paréntesis, más de uno estará pensando “¡hey! si los motivos que me mueven es darles bienestar a mi familia que mejor motivo y trabajo mucho hasta en dos trabajos” Claro que el motivo de dar bienestar a la familia es muy alto, entonces la pregunta es ¿Qué considero bienestar en la familia? ¿Tener cosas y darnos todos los gustos? ¿Hay paz en el ánimo de los miembros de la familia? ¿O siempre están con urgencias, gruñidos, enojos? ¿Pueden disfrutar de hacer cosas todos juntos sin agobiarse ni enojarse ni prisas?
¿Cómo aprendemos a ser diligentes niños y adultos? Como se aprende todo, los patos aprenden a nadar nadando, los niños a caminar caminando y cualquier otra cosa se aprende haciéndola, no aprendimos a escribir sin hacer muchas planas y las primeras salían feítas y seguíamos haciendo planas, no es buen ejemplo ya no hacen plana ni se entiende su letra porque escriben en aparatitos.
El hecho es que nuestra naturaleza no está hecha para la vagancia sino para la acción y el orden, la acción no es pasar horas en los aparatitos de hecho degenera otras capacidades, como el movimiento físico, emocional, social y mental porque aunque se sea un genio cibernauta si es lo único que te define estás muy lejos de ser persona y más de ser robot, lo que resulta en falta de equilibrio. Y el orden da paz, comenzando por el orden en lo que tenemos que hacer, si no existe nos quitará la paz en lo que nos gusta hacer y no lo disfrutaremos.
La abulia, apatía, indolencia, pereza como le quieran llamar se caracterizan por un desajuste de la voluntad (indispensable para la felicidad) es incapacidad para tomar decisiones y opciones libres, para comenzar y terminar (minuto heroico le dicen) falta de energía psíquica, una persona que si logra tomar decisiones por sí misma no logra llevarlas a la práctica porque carece de fuerza y energía moral suficiente, es decir una incapacidad radical para querer, para lograr llegar a alguna parte. Claro que no todos son casos, así de graves, pero comenzaron siendo ligeramente, como una gripita se transforma en neumonía.
El tema para todos: “decidirse y obrar” seguimiento constante, directo, incansable, personalizado, ajustado a cada paso y cada persona, partiendo de un plan de acción bien pensado que permita despertar, fomentar e incrementar de forma gradual la voluntad de querer, tomar decisiones y ejecutarlas, es la terapia para quien lo padece pero algo parecido para evitar llegar a serlo.
Llenar el día de actividades bien planeadas con horario para que tenga de todo, es decir físicas: juegos, ejercicio; intelectuales: lectura, estudio; sociales: ayudas voluntariados y vida social; obligatorias: labores del hogar y de la escuela. Tomar decisiones y aceptar lo que resulte de ellas. Y muy importante aprender a encontrar motivos superiores, altos, trascendentes, importantes. Que ayuden a dejar huella y buena vibra dirían los jóvenes, en español, buenas personas. Teniendo en cuenta que así como no hay que esforzarse en el placer hay que encontrar placer en esforzarse.
Que disfruten sus vacaciones sin olvidar la causa de ellas y lo que se conmemora para los católicos que debiéramos ser coherentes con lo que creemos y como nos portamos y felices Pascuas de Resurrección yo regreso el 27 porque habrá mucho jaleo aquí.