‘La figura más importante en la vida es la madre’

Nelly Sánchez
09 mayo 2025

El Colectivo Bordamos de Corazón rendirá un homenaje a las mamás con la Juntanza Maternidades, el 22 de mayo, a las 15:00 horas, en el Centro Cultural Cobaes

Sentir agotamiento, desesperación, que se acaba la paciencia y querer salir corriendo coexisten con la forma más profunda del amor y eso lo experimenta una madre. La maternidad, asegura Angelina Zamudio, tiene diferentes formas y honrarla es el propósito de la juntanza de bordado Maternidades.

Se trata de un encuentro convocado por el Colectivo Bordamos de Corazón para rendir un homenaje a las madres, bordando una fotografía de papel el 22 de mayo, a partir de las 15:00 horas, en el Centro Cultural Cobaes.

Zamudio, fundadora del colectivo, junto con Julissa Ruiz, Inés Arce, Marisol Casas, Ceci Murillo, Chuyita de Choza, Lupita Cabrera y Marisol Moreno, compartió que todos sus trabajos tienen un por qué y un para qué, y en este caso es un homenaje a las maternidades.

“La figura más importante en la vida de la humanidad es la madre. Sí. Y nosotras siempre estamos a favor de la diversidad. Por eso es que la juntanza se llama maternidades porque no hay una sola forma de ser madre”.

Iniciarán con un conversatorio sobre las maternidades, a cargo de las participantes o la mamá de alguna o bien de la persona que la maternó.

“Porque muchas tuvieron una abuelita que las cuidó o una tía, algunas quizás hayan sido adoptadas. Entonces, cada manera de ser madre es tan única y diferente como cada mujer lo hace. Queremos honrar esta realidad de lo que significa ser madre”, explicó.

“Y como uno de nuestros objetivos es crear comunidad al bordar, se trata de que reflexionemos sobre este tema y plasmar alguna idea, algún sentimiento que nos haya quedado en esa fotografía que cada quien va a llevar”.

Luego de presentarse y platicar sobre el colectivo, se hará el conversatorio para compartir cómo han vivido la maternidad y al final bordarán su fotografía con ayuda de las integrantes fundadoras.

El colectivo

El colectivo Bordamos de Corazón nació hace 8 años.

“Yo tenía la columna Corazón de Mujer en Noroeste y en 2007 empecé a hacer actividades con las lectoras. Y una de ellas fue bordar un corazón y como no lo terminamos de bordar, Marisol Moreno, una de las integrantes sugirió volvernos a juntar”, compartió Zamudio.

“Fuimos a su casa, nos pusimos a bordar y se dio la química, hicimos una exposición en un restaurante, empezamos a bordar por temas, primero fue el de cáncer de mama y le pusieron nombre al colectivo: Bordadoras de corazón, en alusión a su columna Corazón de mujer”.

Julissa Ruiz propuso reunirse cada semana y aunque pensaron que tal vez no funcionaría, las ocho fundadoras ya tienen juntas 8 años, reuniéndose a veces en alguna casa, otras en un café o en un restaurante.

Esa hermandad ha ido creciendo y se han sumado más personas, los esposos, niños y jóvenes, por lo que decidieron llamarse en lugar de bordadoras de corazón, Bordamos de Corazón, para incluirlos todos.

“Es maravilloso ver cómo los varoncitos no tienen ese prejuicio de que ‘yo no bordo porque soy hombre’”.

Las actividades también han ido creciendo pues de pronto dan clases, participan en eventos.

“Uno de mis alumnos que de verdad se emocionaban bordando y todo el día desde que llegaban y me decían, ‘Maestra, es que hay me gusta bordar porque ya no pienso tantas cosas. Maestra, yo bordo porque me calmo. Y maestra, yo bordo porque pienso cosas bonitas, o estoy pendiente de lo que hago’. Todo eso eh va dejando huellas”, señala.

“Y más allá del bordado tradicional, es como un pretexto para que las personas vivan en el aquí y el ahora para que contacten con su paz. Es una especie de meditación y la expresión del arte y hasta de protesta”.

Alrededor del mundo, compartió, el bordado ha resurgido de una manera muy fuerte como parte de los colectivos que están luchando por lograr justicia. De hecho, este colectivo ha acompañado a las madres buscadoras de todo el estado, bordando con ellas, dijo.

“Les entregamos una manta a cada grupo según sus fines y cuando estábamos bordando yo pensaba, qué tanto podemos ayudar a estas madres que sufren buscando a sus hijas, hijos, a través de un bordado, y una de las líderes nos dijo que esa manta significaba para ellas un abrazo, que alguien haya volteado a verlas, que no están”, señaló.

“Sí aporta a la gente, hemos hecho el acompañamiento con nuestras capacidades y abrazamos también a la diversidad sexual, abrazamos nuestras tradiciones como el Día de Muertos, el 8 de marzo por el empoderamiento de las mujeres, el cáncer de mama que es la primera causa de muerte en nuestras mexicanas, o sea, tratamos siempre de buscar un tema que llegue corazón de la gente”.

Ser mamá

Más allá del amor, la maternidad tiene otras aristas y tienen que ver con una serie de sentimientos encontrados: del agotamiento de la paciencia, la desesperación, el querer salir corriendo y al mismo tiempo sentir el amor más profundo que va a existir.

“Cada madre es única e irrepetible y no nos podemos comparar entre mamás. Para mí la maternidad ha sido uno de los retos más grandes de mi vida. Todavía sigo aprendiendo a ser mamá. Aunque mis hijas, Ana Julia tiene 35, Frida 31 y Cristina 29, todavía pido en mis oraciones ser mejor mamá. Ha sido lo más hermoso en mi vida y también lo más difícil, por esa carga de culpa de la mamá que trabaja, el no saber a veces hasta dónde poner límites o dónde dejarlos libres”.

Sin embargo, lo mejor es la comunicación.

“Cuando nos reunimos hacemos un grupo de crecimiento entre las cuatro, hablamos, lloramos, reímos, nos abrazamos y decimos lo que nos parece o no, lo que necesita cada una de cada quien y que eso ha sido un gran ejercicio. No quiere decir que seamos la familia perfecta, ni yo la mamá perfecta, sino que eso nos ayuda a sanar esos huecos o heridas que hay.

Fundadoras del colectivo

Las fundadoras son Angelina Zamudio, Julissa Ruiz, Inés Arce, Marisol Casas, Ceci Murillo, Chuyita de Choza, Lupita Cabrera y Marisol Moreno.