La fuente de Gihón

Presbítero Amador Campos Serrano
13 agosto 2024

Una de las grandes obras de la ingeniería hidráulica del mundo antiguo, sin duda es el túnel construido desde la fuente de Gihón, culminando en la llamada piscina de Siloe, conocida en la cultura cristiana por la narración de la curación de un enfermo que esperaba inútilmente introducirse en ella para liberarse del mal que le aquejaba.

La fuente de Gihón consistía en un antiguo manantial, capaz de abastecer una comunidad originalmente conocida como Jebus, que al ser conquistada por el rey David se convirtió en la ciudad de Jerusalén.

Esta fuente se origina en el Valle de Cedrón, situado entre el Valle de los Olivos y la ciudad de Jerusalén, considerado como uno de los manantiales más grandes del mundo. Su volumen de líquido es intermitente, sin embargo, es continuo, razón por la cual, posteriormente, se construyó un almacenamiento, que sería llamado la piscina de Siloe.

Originalmente, para lograr este almacenamiento fue necesario, en la Edad de Bronce construir un canal, esto fue obra de los Jebuseos, anteriores a los judíos, aproximadamente unos 3000 años antes de Cristo

Un milenio antes de Cristo, en los albores del reino de Israel, David se lanzó a la conquista de Jebus, lugar donde asentaban los Jebuseos para convertirla en la capital de su reino, dándole el nombre de Jerusalén. Según el Libro de las Crónicas, en ese lugar fue coronado el Rey Salomón.

Cuando las ambiciones expansionistas de Asiria, bajo el reinado de Senaquerib, llegaron al reino de Judá, el rey Ezequías preparo la defensa de su capital, reconstruyendo y reforzando las murallas, pero además ante la posibilidad de quedar encerrados, mando construir un canal subterráneo, a fin de introducir el agua a la ciudad desde la fuente de Gihón hasta un interno almacenamiento, posteriormente conocido como conocido la piscina de Siloe.

Esta obra fue una proeza de ingeniería, ya que fue construida ya que con la premura del tiempo ya que sorprendentemente dio inicia la excavación simultáneamente desde los dos extremos de su longitud y así avanzando en direcciones opuestas para finalmente encontrarse con una precisión de menos de medio metro de diferencia. También es de notar en la precisión un declive que permitió el recorrido continuo del agua hasta su destino.

Siendo la ciudad de Jerusalén, un sitio culminante en la historia sagrada, lugar significativo en la liberación del ser humano, con su tragedia y su mensaje de esperanza, lugar culminante en la historia de la salvación, esta fuente y su importancia en estos acontecimientos de pasajes históricos la convierten en un signo dentro de la historia de la salvación.