La historia desconocida de las mujeres impresoras

UNIV
10 noviembre 2015

"Una investigación rescata las crónicas de por lo menos 20 damas que regentearon imprentas en Nueva España"

MÉXICO (UNIV)._ Jerónima Gutiérrez, esposa del editor Juan Pablos, fue la primera mujer impresora de la Nueva España. A la muerte del impresor en 1560, ella tomó las riendas del negoció y su nombre apareció por vez primera, en 1562, en el pie de imprenta de un libro, aunque con la rúbrica "De la imprenta de la Viuda de Juan Pablos", hecho en colaboración con su yerno Pedro Ocharte, tercer impresor de México.
Su historia es muy parecida a la de las otras 19 impresoras mexicanas que han sido documentadas hasta el momento por la investigadora Marina Garone; ella y otros tantos estudiosos, con base en los propios impresos, documentos notariales y otros archivos, han demostrado que en la Nueva España las mujeres participaron en todas las áreas del mundo del libro y de la imprenta antigua.
Aunque es una historia reciente que comenzó a escribirse hace poco más de 15 años, las mujeres impresoras han empezado a ser rescatadas por investigadores, con su nombre y apellido, no con el "Viuda de…" o "Esposa de…"
Hoy sabemos que hubo mujeres empresarias del libro antiguo, desde las que forjaron su carrera en el siglo XVI, hasta las que lucharon en los años previos a la Independencia de México.
También sabemos que después de Jerónima Gutiérrez trabajó María Sansori, esposa de Pedro Ocharte, quien fue yerno de Jerónima y Juan Pablos.
A ellas le siguieron María Espinosa, hija de Antonio de Espinosa el segundo impresor de América; Feliciana Ruiz, nuera de Enrico Martínez; y, posteriormente, en el siglo XVII, están las mujeres de la dinastía Calderón y Benavides: Paula y María Benavides; Gertrudis Escobar y María Rivera Calderón y Benavides, esta última, una mujer que no se casó y se dedicó de lleno al oficio. Ella sí firmó con su nombre de pila.
Marina Garone, investigadora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM y estudiosa del tema, asegura que en términos de volumen no son tan pocas.
"Tenemos registrados 80 impresores del periodo colonial y he encontrado 20 mujeres, que no es una proporción menor".
Lo que llama la atención es que casi todas son viudas que al morir el marido impresor sacaron a flote el negocio y hasta lograron incrementarlo; pero también hubo hijas de impresores que no se casaron y otras que estuvieron casadas pero aparecen con su nombre de pila, no como "esposa de…".
Las esposas de impresores dominaban las labores de impresión porque las imprentas eran negocios familiares; lo mismo cosían cuadernillos y plegaban pliegos de papel, que componían letras, recogían los pliegos impresos o se presentaban ante el Virrey para solicitar permisos de impresión.
Con el fin de recuperar la historia y situarlas en su justa dimensión en la historia del libro antiguo en este País, Marina Garone ha desarrollado varios proyectos para hacerlas "visibles", entre las cuales destacan dos exposiciones: Las otras letras. Mujeres impresoras en la Biblioteca Palafoxiana (2008), en México y Musas de la imprenta. La mujer en las artes del libro. Siglos 16–19 (2009), en España