La muerte, tema de inspiración en compositores mexicanos
07 noviembre 2015
"La celebración de Día de Muertos se realiza mediante la religión o la música. * "Amor eterno", "Dios nunca muere" y "Cuatro cirios" se escuchan en esta fecha."
CIUDAD DE MÉXICO._ La celebración de Día de Muertos se realiza mediante la religión o la música, en la primera con una ofrenda, llena de simbolismos como la sal, el agua y la comida, y en la segunda, con diversas letras relacionadas con la pérdida del ser querido, de compositores como Juan Gabriel, Alvaro Carrillo y Macedonio Alcalá e intérpretes como Javier Solís y Antonio Aguilar.En este último caso, algunas de los temas favoritas en fechas tradicionales como ésta son "Amor eterno", de Juan Gabriel o "Qué falta me hace mi padre", que interpretaba don Antonio Aguilar.
En el catálogo de la música mexicana, no sólo se encuentran este tipo de canciones, sino también aquellas que abordan la asociación vida-muerte, como "Dios nunca muere", que interpretó de manera profunda el bolerista ranchero Javier Solís: "Muere el sol en los montes con la luz que agoniza, pues la vida en su prisa, nos conduce a morir", versa una estrofa.
Cabe recordar que esta es una de las más hermosas letras que habla de la muerte, un vals del compositor oaxaqueño, Macedonio Alcalá, escrito en 1868 y que se volvió un himno para la región Mixteca.
La profundidad y el respeto por la muerte queda de manifiesto en la estrofa: "Sé que una nueva luz habrá de alcanzar nuestra soledad y que todo aquel que llega a morir empieza a vivir una eternidad".
Como sucede con el prolífico compositor Alvaro Carrillo, quien en este sentimiento de la ausencia, motivada por la falta, la añoranza y el recuerdo de los seres queridos que ya se han ido, nos dice desde el más allá con su letra "El andariego", qué nunca lo vamos a olvidar:
"Yo que fui del amor ave de paso, yo que fui mariposa de mil flores hoy siento la nostalgia de tus brazos de aquellos tus ojazos de aquellos tus amores. Y cuando yo me muera ni luz ni llanto ni luto ni nada más ahí junto a mi cruz yo sólo quiero paz".
Canciones emblemáticas como "Cuatro cirios", que nos hacen recordar la fragilidad del ser humano ante los embates de las emociones, especialmente del amor que nos lleva a escuchar estrofas como esta:
La muerte. dos. esta
"Cuatro cirios encendidos hacen guardia a un ataúd y en él se encuentra tendido el cadáver de mi amor; Ay qué velorio tan frío, qué soledad y dolor, sólo están los cuatro cirios también de luto vestidos igual que mi corazón".
Curiosamente la muerte no sólo esta presente en temas para adultos, sino también en canciones infantiles como: "La leyenda de la Nahuala", "Calaverita de azúcar", "Día de muertos" y "Pan de muerto".
Pero no sólo la música mexicana tiene esa facultad de tratar el tema de la muerte con tanta familiaridad. En Iberoamérica hay ciertas tradiciones musicales que se parecen a la mexicana, como la letra del argentino Alberto Cortés con el tema "Cuando un amigo se va".
El español Joan Manuel Serrat muestra cómo le da la bienvenida a la muerte con el tema "Si la muerte pisa mi huerto", en la que se burla de quién hará frente a todos sus pendientes y deudas cuando él falte.
En breve entrevista la cantautora e intérprete Eugenia León destacó su relación con la muerte:
"Una relación cálida, sabiendo que es un paso natural para todos y que nadie se va a escapar, por eso creo que en México existe una forma de relacionarse muy especial con la muerte, le cantamos, bebemos con ella y hay una conexión sin fatalismos.
"Tal vez el mexicano ve en ella el descanso, la oportunidad de una mejor vida. A todos nos da un poco de miedo el paso, sin embargo, ante lo inevitable, lo mejor es llevar una buena relación", explicó.
Otras canciones igual de festivas en torno a la parca son: "La muerte del palomo", "El corrido de la muerte de Zapata" y "México lindo y querido".
Incluso, el extinto cantautor Antonio Aguilar se refirió a la muerte de manera directa en el tema "La muerte", que dice: "Se va cantando la muerte por entre las nopaleras. En que quedamos pelona me llevas o no me llevas; yo no le temo a la muerte, más le temo a la vida".
Así como "Si no te hubieras ido", "Juan Charrasqueado", "La cama de piedra" y "Caminos de Guanajuato", esta última donde queda de manifiesto que: "No vale nada la vida, la vida no vale nada, comienza siempre llorando y así llorando se acaba, por eso es que en este mundo la vida no vale nada".