'La prueba del ácido' en la FIL

"Élmer Mendoza presenta su más reciente novela, acompañado por Luis Humberto Crosthwaite y Xavier Velasco"

Nelly Sánchez/Enviada

GUADALAJARA._ La posibilidad de que la historia de El Zurdo Mendieta pueda crecer y continuar en una saga, la dejó abierta Élmer Mendoza de frente al público tapatío.
"El Zurdo tenía que hacerlo crecer, en Balas de plata no estaba completo, incluso ahora no lo está y hay cosas que agregarle", dijo durante la presentación de La prueba del ácido, novela protagonizada por el detective Édgar Mendieta, en la Feria Internacional del Libro.
Acompañado en la presentación por su esposa, su hija, sus editores de España y México, entre ellos Beatriz de Moura, la directora general de Tusquets, Mendoza comentó que le gustan mucho los personajes que se mueven alrededor del Zurdo.
"El Kid Yoreme, el boxeador que llora y está enamorado de la misma mujer que el Zurdo, toda esa serie de conversaciones extrañas que tiene un boxeador que ha enloquecido por los golpes y un policía que ha enloquecido por el desamor, están bebiendo, y conversan con las chicas, sus experiencias, el ring", dijo.
Personajes como el Gandhi Olmedo, que colecciona trozos de guitarras que rompen los rockeros o Leo, de la col pop que trafica armas, son juegos desde el punto de vista narrativo, con los que busca compartir intimidades con los lectores.
"Hacer notar que estamos en un mismo mundo o muy parecido, que compartimos recuerdos, y eso une a la gente, es un instrumento para que mis lectores se sientan bien".
La presentación inició con un brindis de tequila, y más de alguno de los ahí presentes soltó una sugerencia: "que pasen una", "que rolen", y ya entrados en calor, los comentarios los hicieron los escritores Luis Humberto Crosthwaite y Xavier Velasco.
Velasco recordó cuando coincidió con Élmer en Río de Janeiro y lo invitaron a salir, rentar bicicletas, y él dijo no Élmer, porque estaba escribiendo. Y se quedó escuchando música estridente, como la que ahora escucha El Zurdo en la novela.
Otra anécdota la tuvo cuando leyó Un asesino solitario, le gustó tanto que pensó si Élmer sabía escribir de otra manera, y ahora con La prueba del ácido le vuelve a echar porras, pues considera que éste no se ha quedado a explotar un estilo, sino que ha seguido arriesgando.
"Un tipo duro como es el caso de Élmer, que conoce a tantos "pasados de lanza", tiene que saltar a lo inseguro, del abismo, lo que quiero hacer es felicitarlo por seguir tomando riesgos, desde Efecto tequila le he visto dar saltos, y me satisfacen mucho porque está haciendo estupenda literatura y aparte está arriesgando y escribiendo de un modo, ya no puede uno soltar la novela".
Crosthwaite dijo haberse sentido identificado con Zurdo Mendieta, por el tipo de música que escucha, la facilidad para enamorarse, y el entorno plasmado por Élmer, en el que destacan mujeres hermosas.
"Aquí el Zurdo llora, el Kid Yoreme llora, son héroes y villanos en las novelas de Élmer, tienen la capacidad de ser humanos y eso aprecio en cualquier novela".
Velasco reconoció la forma de meter a los lectores en las situaciones de peligro de sus personajes, con un humorismo tétrico, diciendo frases como: "ándate con cuidado que las sombras tienen ojos y usan Ray Ban", o "qué difícil es encontrar un pajar para un aguja".
"Esos son los universos de Élmer Mendoza, tiene un sentido del humor trepidante".
Crosthwaite comentó que a veces se encuentra textos críticos en contra de quien escribe novelas y aparece el narcotráfico.
"Pero cómo evitarlo si escribimos en México, si estamos en el norte, si no mencionamos es evadirlo, mejor lo enfrentamos para no tener que sufrirlo. Es un mundo que está rescatando, está poniendo su experiencia de por medio".
Ambos consideraron que la novela es una saga que evidentemente van a crecer más, incluso Velasco amenazó con dejarle de hablar si ésta no continúa.

FIRMAS
Élmer Mendoza se ha vuelto popular entre los tapatíos, quienes al final de la presentación de 'La prueba del ácido' hicieron larga fila para llevarse una firma en alguno de sus libros.