La Reina de Saba
Entre el mito, la leyenda y la historia, aparece la enigmática historia de una mujer conocida como la Reina de Saba, la cual cada cultura adapta a su propia tradición, para muchos, vivió y reinó en lo que hoy es Etiopía y para otros el país del Yemen.
Dentro del contexto de esta legendaria tradición, la reina de Saba, es mencionada en los escritos bíblicos, tanto del Antiguo, como del Nuevo Testamento, así como en la tradición etíope, esta historia adquiere un sesgo de romanticismo, muy propio de la sensibilidad oriental, cuando la reina, superando a los insistentes ruegos de Salomón regresa a su a su lugar de origen, pero llevando en su vientre a un hijo y junto a ella al Arca de la Alianza, que los etíopes dicen conservar hasta el día de hoy entre ellos.
La leyenda de la Reina de Saba mencionada también en los textos árabes y con ello los musulmanes, teniendo en cuenta sus raíces semitas adoptan esta historia adaptándola al contexto de su propia visión del Corán, según la cual el rey el rey Salomón tuvo la noticia de esta célebre mujer que reinaba en un reino del Sur.
Según esta versión, Salomón, el supuesto rey sabio, impresionado por las noticias que llegaban hasta él que era un fiel creyente de Alá, invito a visitarlo a esta enigmática mujer a convertirse a su propia fe, pero ella no aceptó esta invitación y de una manera muy a lo oriental su encuentro ocurre con un intercambio de regalos, para después darse a la tarea de descifrar una serie de complejos enigmas, a fin de comprobar mutuamente su supuesta sabiduría. En estas tradiciones no se menciona el nombre de la reina, pero en la tradición etíope, con datos más cercanos a la historicidad, el nombre de esta reina aparece como Makeda.
El reino de Saba, ya desaparecido, es relacionado con esta reina, ubicándolo, algunos, ya sea en Yemen o en Etiopía, uno ubicado en la península arábiga y el otro en el continente africano.
Según las historias de estos lugares, la versión de la reina de Saba se adapta al contexto de las propias tradiciones de su fe, enraizadas, tanto en el mundo musulmán, como en la iglesia ortodoxa etíope, esta ultima la narración escrita en las páginas bíblicas.
En la tradición etíope el relato del encuentro de la reina con Salomón, esta concibió un hijo que se llamó Bayna Lehken el cual fue consagrado por los sacerdotes judíos, dándole el nombre de David y llego a ser rey en el reino de Saba.
Oscilando entre el mito y la leyenda, la histórica existencia de la Reina de Saba está avalada en vestigios arqueológicos de antigüedad de setecientos años antes de Cristo, con ello la realidad y la realización de estos hechos aún tienen un largo camino por recorrer.
Nacida en el romanticismo oriental esta narración es una inspiración en la búsqueda de la fuente única de la sabiduría, cuya fuente primera solo existe en el encuentro con el mismo Dios, origen de la sabiduría, un dios que no pertenece a un solo pueblo, pues es el Dios de todos los pueblos.