Las alas de Titika: Los detectives salvajes
"Sé de una editora que me trae en jaque. Dadas sus ínfulas y tratando de justificar alguna de sus actitudes indagué un poco sobre ella. ¡Oh! sorpresa, es una estudiosa de la obra de Bolaño."
Sé de una editora que me trae en jaque. Dadas sus ínfulas y tratando de justificar alguna de sus actitudes indagué un poco sobre ella. ¡Oh! sorpresa, es una estudiosa de la obra de Bolaño. No perdí más tiempo en querer entender su pedantería —la de la editora, claro—, y la curiosidad me llevó a querer saber sobre Roberto Bolaño. Alguien se había referido a él como: "el primero que se atrevió a escribir una novela antiborgiana. Antes de él todos escribían siguiendo el modelo de Borges. Él marcó un tiempo y un momento distinto en la literatura latinoamericana".
Empecé a leer Los detectives salvajes y la camaradería entre los personajes, me llevó de inmediato a Rayuela; aunque los de Bolaño son menos poéticos que los de Cortázar; los detectives de Bolaño son verdaderos visceralistas. Seguí leyendo y de pronto las travesías de los salvajes me pusieron En el camino, de Kerouac; aunque los viajeros de Kerouac son unos soñadores comparados con los inconmovibles de Bolaño. Leía y me parecía un libro de revelaciones: pasaron por mi cabeza J M Coetzee con su Verano, D F Wallace con toda su ironía, Philip Roth con su desenfrenado deseo sexual en El lamento de Portnoy… llegué a preguntarme si un libro puede contener todas las historias juntas —mi maestro dice que leer Don Quijote de la Mancha es como haber leído todo en la vida— yo sentí que leer Los detectives salvajes de Roberto Bolaño me abrió la puerta a todos esos rincones del mundo.
Ulises Lima y Arturo Belano son los dos real visceralistas que protagonizan, que sobresalen de entre los más de 600 personajes que desfilan por Los detectives salvajes. Lima y Belano son dos jóvenes poetas mexicanos —tan disfuncionales como todos los demás— que están empeñados en encontrar el paradero de Cesárea Tinajero; la madre del realismo visceral. ¿Y qué es el real visceralismo, quiénes son los visceralistas?, exactamente, nadie lo sabe. En realidad nadie conoce bien a bien a Lima y a Belano, aunque todos han oído hablar algo de ellos. Sin embargo, éstos conocen a todos los poetas de la época y de la historia. Y como corresponde a los poetas, ellos quieren viajar, coger, conocer el mundo, pero sobre todas las cosas encontrar a Cesárea Tinajero.
Un libro escrito a manera de diario, un diario que inicia en 1975, con una invitación para pertenecer al realismo visceral, donde no hay ceremonia de iniciación. Juan García Madero, de diecisiete años, llora toda la noche porque sus tíos decidieron que estudiara Derecho y no Letras. Asiste a la gloriosa Facultad de Derecho —de la UNAM—, pero al cabo de un mes ya está inscrito en el taller de poesía, en la Facultad de Filosofía y Letras. Allí conoce a Lima y a Belano; justo empieza la historia: los personajes, los poetas reales —los valiosos y los farsantes—, los recorridos nocturnos por la ciudad, las entrevistas, los testimonios, las lecturas, el sexo, la homosexualidad, la fiesta, los bares, los cafés de chinos, las clases sociales, la mota, las librerías, la casa de las Font —peculiares hermanas con padre locuaz—, sobre todo una creativa clasificación, por preferencia sexual, de todos los poetas.
"Rafael, le dije, tú eres un hijo del pueblo y ese maricón quieras que no tendrá que darse cuenta de tu talento, y Rafael me dijo: pero es que yo soy viscerrealista, Barbarita, y yo le dije no seas pendejo, tus huevos son real visceralistas, ¿pero es que no te quieres dar cuenta de tu puta realidad, cariño?". "…en cualquier caso los real visceralistas no estaban en ninguno de los dos bandos, ni con los neoestalinistas ni con los exquisitos, ni con los que vivían de erario público ni con los que vivían de la Universidad, ni con los que se vendían ni con los que compraban, ni con los que estaban en la tradición ni con los que convertían la ignorancia en arrogancia…".
Conversaciones con Monsiváis, con Octavio Paz. Los entramados vericuetos del mundo editorial y del complejo arte de aparecer publicado. Las recomendaciones y los recomendados. Los favores y los pagos. Las invitaciones y los olvidos. La arrogancia departiendo con la pedantería. Lo burdo con lo elegante. Lo pulcro con lo vulgar. ¿Quieres conocer de poetas, de escuincles engreídos, de charlatanes, de aventuras, de dolor, de soledad?, en Los detectives salvajes hay voces cruzadas, épocas distintas, registros de todo tipo, lugares recónditos de cualquier continente… Si viviera Roberto Bolaño yo lo habría buscado hasta encontrarlo, me habría sentado a su lado y cerraría mi boca para escuchar su silencio.
Comentarios: majuliahl@gmail.com