Las Alas de Titika: Un monstruo…

María Julia Hidalgo
14 diciembre 2019

"Conor no sabe si el monstruo es una pesadilla más o en realidad el árbol de tejo que él ve desde su casa"

Qué es aquello por lo que podríamos morir? Eso que hace soportar el ninguneo, la indiferencia y la soledad antes que decirlo. Aquello que nos despierta con la misma pesadilla todas las noches, y que, por ocultarlo, somos capaces de comportarnos como patanes con quien más nos quiere. Podemos soportar humillaciones y desprecio, tolerar el dolor que produce, aguantar la náusea y el tormento que puede terminar en la locura… hace morir poco a poco antes de mostrarla al mundo. Todos los días juramos en su nombre y exigimos que otros lo hagan; si no lo hacen los llamamos falsos hipócritas. Es algo que quema por dentro y no estamos dispuestos a compartir con nadie.

Esa es la gran interrogante que el monstruo le hace a Conor. Es por eso que lo visita todas las noches a las 00:07 hrs. Conor no sabe si el monstruo es una pesadilla más o en realidad el árbol de tejo que él ve desde su casa. Cada noche, las ramas del tejo toman la forma de un gigantesco y temible monstruo; además, éste habla y le quiere contar historias. Conor está tan afligido y metido en cosas verdaderamente importantes como para que un monstruo, por terrorífico que parezca, le quiera venir a contar historias estúpidas y aburridas. El monstruo le dice que sólo le contará tres historias y él, Conor, deberá de contarle una cuarta; no cualquier historia sino su verdadera historia.

Escribir la vida; contar una historia, “no piensen que no han vivido lo bastante como para no tener una historia que contar”, había dicho la maestra de Conor; casi lo mismo de lo que hablaba el monstruo. Pero Conor está sumamente triste por la enfermedad de su madre; un cáncer que la va debilitando día con día; para colmo la abuela llega para instalarse unos días en casa. En su primera aparición, el monstruo se enfurece porque Conor lo cuestiona y le pregunta qué quiere y quién es. El monstruo lo eleva en al aire y con una risa diabólica lo acerca a uno de sus ojos y le grita: “Soy todo lo que no está domesticado y no se puede domesticar. Soy esta tierra salvaje y he venido por ti, Conor O’Malley”.

Las historias son criaturas salvajes, cuando las sueltas, ¿quién sabe los desastres que puedan causar?, dijo el monstruo y empezó a contarle la primera historia; esa de cómo había derrocado a sus enemigos. Conor se interesa y piensa que quizá eso le pueda ayudar a deshacerse de su abuela. Pero la historia va mucho más allá; trata de una reina malvada y de cómo se encargó él de desaparecerla de la tierra. El final parece tan injusto que el monstruo le dice: “muchas cosas que son verdad parecen falsas… así que no siempre hay un bueno y un malo, casi todo el mundo está en un punto intermedio. A veces la gente necesita mentirse así misma.”. Conor lo escuchaba y pensaba que la historia era muy injusta con el príncipe. “Siempre hay que escuchar con escepticismo la justificación de los hombres que matan”, había dicho el monstruo.

Un monstruo viene a verme es una novela tan hermosa como cruda. En tres historias terroríficas, el monstruo le enseña a Conor a vencer su peor pesadilla, esa que no se atreve a contarle a nadie, ni así mismo. La trama que hace Patrick Ness es tan bella y cargada de símbolos que la fuerza que muestra en cada historia va dando una respuesta a la atormentada vida de Conor; un adolescente aterrado porque sabe que su madre pronto morirá; su pesadilla se lo muestra tan claramente que él hará todo por evitarlo. El monstruo le enseñará que lo que parece más sencillo es por lo que estaríamos dispuestos a morir. Hasta que Conor grite su verdad es que empezará a dormir tranquilo y podrá soltar a su madre. Una novela poderosa que cuenta todo por la verdad propia; esa que aunque conocemos nos hace temblar.

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