Los héroes con sombrero
Sacudamos la apatía ciudadana, nos está costando más vidas porque facilita el crimen, fomentemos el amor a México con el ejemplo.
Ampliemos nuestra percepción.
Basta el ejemplo de unos cuantos, para mover a muchos, pero antes conviene que nos hagamos nuevos planteamientos para obtener nuevas respuestas; cuestionemos nuestra percepción, la llave de la verdad y de los cambios, al ampliarse facilita el cambio de actitud y con ella los cambios de conducta.
¿Te has puesto a pensar qué estás haciendo realmente para mejorar el país comunitariamente? de otra manera seguiremos igual y la violencia puede engullirnos si no la paramos juntos. Los cambios requieren actuar unidos y organizados para mejorar el país.
Seamos responsables y no pasivos.
Busquemos inspiración y soluciones para vivir en paz, este régimen socialista cada vez más evidente, repite la fórmula usada en Latinoamérica de aliarse con los narcos para someter a la gente a través del miedo, dividiéndonos con la violencia, ideologías extrañas y desintegrando a las familias, la célula que sostiene el tejido social, la misma que nutre a los bandidos y que llora a sus muertos. Una calamidad.
Dos preguntas.
La indiferencia ha facilitado que los malos organizados, la minoría, dominen a la mayoría desorganizada. Si crees que no tienes el gobierno que mereces te invitamos a responder estas dos preguntas, antes de exigir a otros soluciones:
1ª pregunta ¿Qué más necesitas saber, de todo lo que has visto y leído, para confirmar que el país tiene una crisis de gobernabilidad manifestada sobre todo en la violencia cotidiana? Sin embargo, puede ser que creas que el país ahí la lleva con grandes dificultades. De lo contrario ¿Piensas seguir igual?
2ª pregunta ¿Qué malas experiencias, Dios no lo permita, puedes tener para decidirte a hacer algo, ahora sí, que las aminore?
Tu percepción.
Sucede un fenómeno que dificulta la percepción y por ende el cambio: la escala de malas noticias sigue subiendo, bajando a su vez la capacidad de asombro y reduciendo al olvido en un mes, lo que ahora escandaliza.
La gente está mal acostumbrada a leer y a ver calamidades; le acabo de comentar a una amiga argentina que aquí en este sexenio, han eliminado a casi un alcalde por mes y su reacción inmediata fue ¡qué horror!
Los mexicanos hemos hecho del horror y de la crueldad una costumbre... y ni en cuenta. Hemos engrosado la piel y estamos perdiendo la empatía. Si sintiéramos en carne propia las desgracias ajenas, hace mucho ya nos habríamos unido y organizado para evitarlo. Es la versión mexicana de “La Banalidad del Mal” que Hanna Arendt explicaba en la justificación de la barbarie nazi que mató a millones acostumbrándose.
Hemos reducido las malas noticias a simples datos que luego olvidamos, reduciendo nuestra capacidad de acción. Sin duda la saturación de las redes afecta el pensamiento crítico y buscar las soluciones; o sea, asimilemos una verdad: ver tantas redes atonta. Banaliza el mal.
Aterrizando.
Repregúntate cómo la pasividad personal afecta a los tuyos, a tu estado, al país. Si esperas que otros hagan algo y venga Trump y resuelva la violencia y el mal gobierno, no es por ahí. Esperar y omitir empeora las cosas. Quienes no van a las marchas porque tienen “otras cosas” que hacer agrandan el problema, pero las marchas ni las protestas habidas son suficientes, tampoco lo soluciona afectar a terceros en las carreteras. No les hacen caso ni quitan a los gobernantes señalados. Al contrario, mienten y persisten.
Hemos retrocedido.
Actuemos como dueños del país que somos con inteligencia y unidad presionando a hacer lo que deberían hacer sin violencia. Hemos retrocedido: de los políticos corruptos tradicionales, bajamos a la narco política y descendimos a la narco delincuencia política. Una triada que resulta difícil masticar y digerir. La violencia parece incontrolable, Bukele la resolvió desde arriba.
Duele decirlo. El estado fallido y la indiferencia ciudadana han provocado que cada día más mexicanos se ataquen entre ellos mismos. Tan trágico como una Guerra Mundial, incluyendo los que mueren por el fentanilo.
Héroes con sombrero.
Un hombre con su esposa buscaron soluciones a su alcance, y para tal efecto se hizo diputado, después alcalde, moviéndose para crear un movimiento municipal, estatal y nacional, en su momento, que parara la violencia con la valentía de su ejemplo, y lo logró. Costándole la vida. Él asumió y anunció su riesgo con los suyos. No repitamos la historia. Resolverlo requiere de los 4 niveles: presidencial, federal, estatal y municipal.
Su valiente viuda Grecia Quiroz de pronto decidió continuar su movimiento para pacificar el estado sorprendiendo al mundo, en su toma como Presidenta Municipal dijo “no vengo con el discurso vacío de los políticos sino con el corazón destrozado”. Su amor a México contrasta con el odio de quienes lo destruyen y con los apáticos. El gobierno teme que se salgan de control y lo aislará en los medios. Hay demasiadas evidencias del asesinato imposibles de manipular.
La fuerza ciudadana.
Uruapan hizo un paro total y una gigantesca marcha el viernes protestando pacíficamente. Los ciudadanos unidos tienen un enorme poder, usarlo con sabiduría como contrapeso de un gobierno que confirmó no combatirlos a fondo: los necesita. El enojo crece por la complicidad desde arriba.
Carlos Manzo murió rodeado de amor, tuvo la fortuna de abrazar a sus pequeños y de estar cerca de los suyos, eso ha conmovido. No queremos mártires, queremos soluciones en equipo y masivas que nos den la paz y nos permitan progresar.
Hace tres domingos escribimos de él aquí “que Dios lo cuide” y lo está haciendo.