'Los hijos duelen de tanto que los quieres'
"El director de teatro del CMA, Ramón Gómez, padre de una niña y un adolescente, en un momento de su vida creyó que iba a ser papá soltero"
MAZATLÁN._ Ramón Gómez, director y actor de teatro, dice que ningún amor es tan grande como el que siente un padre o una madre por sus hijos.
Él define la experiencia de ser padre como un sentimiento ambiguo, por contradictorio, y como un amor que duele hasta el tuétano, porque es inmenso.
"De tanto que los quieres, de tanto amor que sientes por los hijos te duelen mucho. Lili, mi esposa, y yo, dejamos que fluyeran las cosas, nos casamos y no nos cuidamos, queríamos dejar que sucediera, y cuando llegó la noticia de que venía Diego, mi primer hijo, nos dio mucho gusto y disfrutamos el embarazo. Sentía una gran emoción y hasta ansiedad de tener en mis brazos al bebé", comentó.
"Te duele que se enfermen, que crezcan, porque siempre los quieres tener contigo. Te duele cuando te das cuenta que dejaste de ser su héroe y ahora los incomodas, te suplen por sus amigos, también cuando te echan mentiras y no pueden sacar adelante la escuela. Los quieres tanto que los quieres proteger con una burbuja, pero al mismo tiempo quieres prepararlos para la vida".
El director de teatro dice que los padres que disfrutan de serlo se debaten en una serie de emociones contradictorias.
"Son sentimientos contradictorios que te confunden, eso siempre está presente con tus hijos, es difícil saber que en tus manos está la formación de un ser humano bien provisto para ser feliz. Cuando nació me entró el peso de la responsabilidad y eso es algo muy complejo".
Cuando el recién nacido cumplió 3 meses, la esposa de Ramón se enfrento a la muerte.
"En algún momento llegue a pensar que iba a ser papá soltero. Cuando Diego cumplió 3 meses mi esposa entró en un cuadro muy grave de pancreatitis, los médicos me dijeron que no se iba a salvar, que me preparara para un desenlace fatal", compartió
"En ese entonces estaba terminando de formarme como director de teatro al lado de Raúl Quintanilla en TV Azteca, que fue mi gran escuela. Pensé que mi hijo se quedaba sin madre y se me vino el mundo encima, sentía la perdida de mi pareja pero tenía que pensar sobre todo en mi hijo. Yo tuve un padre maravilloso, que siempre llenó mi mundo de fantasía, hablaba mucho conmigo, dejaba que fuera niño y fue una experiencia maravillosa, yo quería que mi hijo viviera lo mismo y, cuando estuvo en mi horizonte quedarme solo con mi hijo, decidí que siempre iba a estar conmigo".
En ese momento Ramón creo un vínculo estrecho con su hijo.
"Ahora que pasó tanto tiempo me doy cuenta de que no me separaba de él, mi esposa fue una de las pocas personas que se salvó de esa enfermedad mortal, pero yo ya había asumido un doble compromiso con mi hijo. Me lo traía al teatro todos los días porque yo decidí que iba a estar conmigo siempre, se creó un lazo muy fuerte entre él y yo, por eso está entregado a aprender artes, no le quedó de otra, se crió en el Centro Municipal de Artes, aquí ha estado desde que nació y siente que es su casa", dijo.
"Fui padre por segunda vez cuando mi hijo era adolescente, nació mi hija. Nunca se nos ocurrió que seríamos padres después de todo lo que pasó. Cuando Lili estuvo al borde de la muerte le dijeron que por la pacreatitis era posible que se le desarrollara diabetes, afortunadamente no pasó; también le dijeron que la menopausia se le iba a adelantar mucho" expresó.
"Cuando salió embarazada por segunda vez ni siquiera sospechaba el embarazo. Se empezó a sentir mal, por todos los antecedentes le dio miedo y decidió ir al doctor, para ir preparada se hizo los exámenes de rutina y entre ellos el de embarazo, en la noche me encontré con la noticia de que estaba embarazada y fue un shock porque un día antes no sabíamos nada, y al día siguiente, cuando se hizo el ultrasonido, vimos a una niña de cuatro meses de gestación".
Ramón sabe que la responsabilidad del padre es formar con disciplina y sobre todo crearles a los hijos un pasado maravilloso.
"Tienes que aceptar que la vida es así, no eres perfecto como padre, ni tus hijos lo son, eso es lo que hace interesante a los seres humanos. Una vez Raúl Quintanilla, mi maestro, me dijo: Los niños no tienen presente, lo que viven en su infancia es la construcción de su pasado y es la responsabilidad de un padre crearles un bonito pasado que pueda recordar con cariño. Por eso me preocupo todos los días por crearles experiencias maravillosas, para que cuando sean adultos tengan asideros de dónde agarrarse, que su pasado este lleno de cosas bonitas, de muchas emociones bellas", determinó.
HIJOS
Los hijos de Ramón Gómez son Diego Alberto y Jimena Sofía Gómez Higuera.