'Los hombres también bailan'

Nelly Sánchez
15 noviembre 2015

"El coreógrafo Héctor Hernández, padre de dos bailarines y creador de la técnica que ayuda a modificar el cuerpo y hacerlo hábil en el ballet, llama a las familias a romper prejuicios"

CULIACÁN.- En México, dos factores pesan para que los bailarines de ballet sean escasos: que hay que ser bonito y los prejuicios. 

El coreógrafo Héctor Hernández, papá y formador de los jóvenes bailarines Esteban e Isaac Hernández que actualmente bailan en San Francisco y Holanda, respectivamente, llamó a las familias a romper prejuicios. 

"Papás, tengan un poco más de confianza con los hijos, entiendan que los hombres también bailan, que tenemos emociones sentimientos y necesidad de expresarnos de una forma más sensible, artística, inteligente", dijo. 

"En el norte no hay ballet, no quieren que los hombres bailen ballet y uno de los problemas es encontrar hombres en tiempo, porque el ballet toma mucho tiempo de preparación, y muchos entran a los 18, 19 o 20 años y ya van tarde al trabajo". 

Al terminar el curso sobre Técnica Hernández, en la Escuela Vocacional de las Artes que dirige Talya Sato, el coreógrafo dijo que en su caso, su padre que era ingeniero quería que sus dos hijos varones fueran arquitecto e ingeniero, pero quedó huérfano muy pequeño y pudo dedicarse a la danza. 

"Yo tenía otros pensamientos y otros sentimientos, al quedar en libertad, pude aventurarme a buscar mi destino".
Ahora, dice, la mayoría de los bailarines son hijos de bailarines, y es lo que tienen que empezar a formar. 

"Otro de los problemas de los mexicanos es que para ser bailarín se necesita ser bonito y los mexicanos sí hay una parte que son muy bien parecidos, pero desafortunadamente personas que están en una situación de marginación, y como se requieren bailarines, llegan y no tienen condiciones", lamentó. 

En una ocasión conoció a un bailarín que tenía buena técnica pero en su apariencia era feo y aunque su actitud era de mucho dominio, y de galantería en su movimiento, su físico no y no tienen oportunidades de desarrollo profesional.
El trabajo que han desarrollado sus hijos, ha abierto un poco más la mentalidad en este sentido. 

Una vez, recordó, cuando terminaron una gala en el Distrito Federal y ya estaban en los vestidores, se el jefe de la policía de México con una tarjeta y una nota que decía, "felicidades, de un bailarín frustrado". 

"Platicando con una maestra rusa, me decía que ellos no le preguntaban a los niños si querían estudiar ballet, que iban y los escogían, lo mismo pasó en Cuba, de esa manera se desarrolló muy bien esta disciplina, pero no es una vocación que ellos quieran bailar".

Padre de bailarines

Sus hijos Esteban e Isaac empezaron su formación desde muy chicos, lo vieron como un acto de gimnasia, de deportes, en casa. 

"Les empezamos a dar karate para que se estiren, pero luego se agarraban entre ellos, entonces les dije que el ballet era parecido, hacen formas, que por qué no lo intentábamos, que tendrían más elasticidad y coordinación. Y sí les gustó", dijo. 

Ahora, ellos han abierto fronteras. Isaac, a sus 23 años, es el bailarín principal en Ballet de Holanda, y Esteban de 19, está en el Ballet de San Francisco. 

"Han abierto el panorama para que muchos muchachos se sumen, desafortunadamente llegan tarde y necesitamos luchar para que haya más promoción y los papás y familia puedan entender que es una disciplina". 

Cuando una persona se inicia en el ballet, asegura, la dinámica familiar cambia en aspectos como puntualidad, disciplina y alimentación. 

"Tienen otra cultura, es más ordenada, higiénicamente también, cuidan su persona, su alimentación, se hacen más formales, por ese lado es un beneficio muy grande para la sociedad", dice. 

"Por eso muchos gobiernos le están apostando al ballet, al arte. Muchas veces los deportes son espontáneos y no se concentra la gente, en ballet la concentración en ti mismo es la base de la técnica, para conocer tu cuerpo, controlarlo y poderlo manejar inteligentemente". 


LA TÉCNICA HERNÁNDEZ
Se trata de una técnica para acondicionar el cuerpo para que pueda ejecutar el ballet y hacerlo de forma estética, con seguridad y virtuosismo. Le llama Pirueteando, porque el problema de los mexicanos es que no tienen habilidad para girar y con esta técnica logran definir su centro.


CIRCUITO
Con esta técnica están entrenando a diversas escuelas en Michoacán, Tamaulipas, Los Cabos, Sinaloa y Guadalajara, las cuales van a estar certificadas con el propósito de establecer esa hermandad, siguiendo un sistema y un estilo de baile.