'Se me acabó la inspiración': Alí Chumacero
08 noviembre 2015
"En mayo de 2000, Alí Chumacero estuvo en Culiacán y dio esta entrevista"
CULIACÁN.- Son los días frescos de mayo, Alí Chumacero camina, como todos los días suele hacer, pero esta vez por las calles de Culiacán. Viene a dar una conferencia sobre la obra de Owen. Es el año 2000 y ese poeta de 82, hace a un lado la solemnidad, bromea, coquetea se dice admirador de las mujeres. Acepta esta entrevista, para charlar sobre sus grandes pasiones: la poesía y la crítica literaria.Cuenta que a los 12 años, decidió ser escritor y desde entonces comenzó a leer y a recorrer la geografía literaria, dando una cuenta puntual de sus hallazgos.
Por leer desatendió sus estudios preparatorianos, dejó la carrera de medicina, a la que había ingresado en la Universidad de Guadalajara, y se fue a México, donde se hizo oyente en clases de Filosofía.
Se hizo amigo de Alfonso Reyes y Enrique González Martínez, se formó solo en las bibliotecas y se dedicó al trabajo de tipografía.
Hombre de imprenta y de corrección de estilo, es autor de tres libros: Páramo de sueños (1944), Imágenes desterradas (1948) y Palabras en reposo (1956).
-- ¿Su trabajo poético es una "selección" de toda su obra?
Sí, sobre todo al principio porque escribía mucho. Destruía lo que era muy malo y recogía lo que tenía validez para publicarse. No dejé nada disperso, ni un solo poema, de manera que lo que he publicado es una antología de lo que he escrito. No quiere decir que todos sean poemas dignos de antología: son poemas que tienen cierto significado para mí y desde que los hice no les he quitado ni les he puesto nada, están tal como los publiqué por vez primera, porque los publico después de haberlos hecho, rehecho y reescrito.
-- Después de Páramo de sueños, Imágenes desterradas y Palabras en reposo ¿ha dicho todo lo que tenía que decir?
Sí, se me acabó la inspiración, ya concluí, ya hice lo que tenía que hacer y no pienso publicar ningún otro libro de poemas. Hay gente que escribe mucho y publica mucho. Yo soy de los que escribe poco y publica poco, pero procuro que sea bueno. Si llegara a escribir algunos poemas, pienso dejarlos inéditos por si algún curioso se interesa, que los tome, recoja, prologue o agregue.
-- ¿Desea que se publiquen poemas inéditos a su muerte?
Sí claro, siempre se ha hecho. No tiene ninguna importancia, pero ayuda a estudiar a los poetas, cómo empezaron, cuáles son sus influencias, de dónde salieron. Eso no tiene ningún valor estético, le sirve más bien al investigador, tiene un valor científico desde el punto de vista de lo que llamamos ciencia literaria.
'Viví de verdad'
Chumacero fue cofundador de la revista Tierra Nueva, en los años 40, junto con Jorge González Durán, José Luis Martínez y Leopoldo Zea, entregó su vida a la poesía y como crítico, contribuyó a hacer más claro el panorama literario. Cientos de libros han pasado por sus manos y muchos de ellos están comentados en Los momentos críticos, que el Fondo de Cultura Económica publicó en 1987.
--¿Cómo es la relación del poeta con el crítico?
El crítico es en cierta forma también un poeta, él tiene que entrar en el poema y saber describirlo desde dentro, debe tener mucho de la imaginación del poeta para ponerse en su lugar y comprender estéticamente el poema. El crítico puede y tiene el derecho de ubicar el poema en un lugar dentro de la historia literaria, de la obra del mismo poeta, de las corrientes distintas de su generación y es el responsable del empleo que desempeña el poema dentro del "Art Orbita" del ámbito general de la literatura.
--¿Qué lo hizo crítico y poeta, la lectura de libros?
La lectura de libros. Yo leí muchísimo desde los 13 años, a los 18 había leído una cantidad tremenda de libros, desatendí mis estudios preparatorios y al final me reprobaron. Me expulsaron de medicina en la Universidad de Guadalajara por comunista y me dediqué a la literatura. Me fui a México y me dediqué a la vagancia, desde mi pueblo mi papá me mandaba unos centavos de vez en cuando, pasaba muchas dificultades tremendas pero yo me metí en la biblioteca, me formé yo solo. Acudí a la Facultad de Filosofía como oyente y empecé a trabajar como editor de tipografía, fui un hombre enterado en imprenta, formatos, corrección de estilo, en todo lo que es un oficio.
Yo tengo más de 50 años en esto, he tenido como oficio los libros, la lectura. No fui gobernador, secretario de estado, no fui nadie porque yo pensé que podía ser un escritor y como he sido muy vago, no me iba a meter a una oficina, ¡qué horror!, yo me respeto mucho. Entonces pasé una vida muy ligeramente siniestra pero muy bonita, muy hermosa porque viví de verdad y vivo, todavía así a mis 32 años (bromea).
--¿Cuáles son sus lecturas actuales?
Bueno, yo ya he vuelto a la Biblia, es un libro del que no sé nada pero la leo mucho, sobre todo el Antiguo Testamento, toda la poesía judía me interesa mucho y también los evangelios, el apocalipsis me divierte y leo a Isaías y a San Pablo desde luego porque es prácticamente el fundador del cristianismo, en fin cosas muy elementales.
(Fragmento de la entrevista hecha en 2000, publicada en la revista Literal y el libro Historias para vivir, el escritor detrás de la palabra, de la Colección Palabras del Humaya)
"Yo he pensado siempre que como no soy un poeta popular ni lo seré, prefiero ser escuchado por un grupo selecto, yo prefiero diez lectores inteligentes que cien tontolones".
"El poeta no es más que un representante de la emoción, de la forma de ver, de oír, oler, gustar y tocar de los demás hombres. No inventa nada. La única diferencia entre los demás hombres está en que el poeta puede convertir en palabras aquello que siente y los demás no".
"Yo he elegido los temas fundamentales: el tiempo, el amor, la melancolía, la alegría, los sentimientos del hombre y la imagen que el mundo le presenta y que coincide con los demás".
Alí Chumacero
Poeta
PERFIL
Alí Chumacero
Nació en Acaponeta Nayarit, en 1918
Desde 1937 vivió en la Ciudad de México.
Fue poeta, editor y parte del grupo de escritores que fundó la revista Tierra Nueva.
Fue figura clave en la historia del Fondo de Cultura Económica, por más de medio siglo de trabajo ininterrumpido.
Desde 1964 fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
Recibió premios como el Xavier Villaurrutia, Alfonso Reyes, Amado Nervo, Nacional de Lingüística y Literatura y la Medalla Belisario Domínguez.
En 2008 recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, por su cumpleaños 90.
Murió el 22 de octubre de 2010, a los 92 años.