Tema de hoy

José Ramón Díaz Fonseca
07 noviembre 2015

"Tienes mucho, pero qué eres"

¿Qué diferencia puede existir entre un paria que duerme a la intemperie y lleva días sin comer, y esos funcionarios públicos que han acumulado riquezas, como un creso al grado de que ni sus nietos podrían terminárselas? Ambos demuestran un primitivismo mayúsculo en necesidades.
Podríamos increpar a uno de esos criminales diciéndoles: "tienes mucho, pero ¿qué eres?. ¿No es acaso un crimen de lesa patria robar, aprovechando un cargo público o cobrar sin trabajar, en un país donde más de la mitad de nuestros compatriotas se acuestan con el estómago vacío?
¿No es entonces importante que nuestros hijos aprendan el valor de la sobriedad y la sencillez "vacunándolos así contra la tentación, abuso del poder y del dinero?.
Si acumulamos riquezas con el pretexto de asegurar el futuro de nuestros hijos, ¿no les hacemos un mal al impedirles luchar y desarrollar sus posibilidades? ¿No ha sido el dinero en exceso un poderoso disolvente de la voluntad humana?
Es menester entonces volver hacia los valores inmutables de la humanidad. Si pretendemos un mundo mejor, necesitamos crear una sociedad donde el ser humano "sea mucho", no donde "tenga, use y consuma mucho".
Además, el individuo sencillo es libre, posee para vivir, pero no vive para poseer. Nada lo esclaviza. Vive y dejar vivir a otros. No invierte su tiempo y sacrifica su vida para elevar su posición social. É vive para ser él mismo, de una manera genuina, sin manipular ni permitir que lo manipulen.