Tema de hoy: El amor de una madre

José Ramón Díaz Fonseca
21 julio 2017

"Quienes todavía tengamos la dicha de que nuestra madre todavía viva, amémosla y busquemos su felicidad"

Sí, en el mundo no hay nada comparable a dos nombres humanos y que esos dos nombres maravillosos y grandiosos solo constan de cinco letras “mujer, madre.

Desde que el ser humano abre los ojos al mundo encuentra cerca de él a una persona que le sonríe, una persona que lo acaricia y que adivina sus deseos, que algunas veces se priva de su alimentos para que el hijo coma y se nutra.

Mucho se habla del amor de la madre, de ese amor tan grande como el universo, seres que al dar vida ya los aman antes de conocerlos. Esta es la prueba más grande del amor de la madre, pues no sabe a quién va a dar la vida, y ya la suya no le importa, sus propios dolores.

Lejos de intimidarlas las va haciendo forjarse ilusiones en cada uno de ellos, piensa en que el ser al que va a traer a la vida, sea hombre o mujer, será un ciudadano que ame a Dios y a la Patria.

Pero ¿cuántas veces, los que recibimos tanto amor desde antes de nacer, no lo sabemos apreciar y por el contrario exigimos más, así como narra esta leyenda?

Se cuenta que una mujer tan bella como inhumana y perversa, había perdido a su enamorado y muchas cosas más, difíciles como prueba de amor. Gozaba cruelmente al ver los despechados esfuerzos que el pobre hacía para satisfacer sus caprichos.

Hasta que después de haber obtenido de aquel ciego enamorado todo lo que quiso, le dijo que le amaría cuando le llevara el corazón de su madre.

Aquel monstruo de hijo, enloquecido por aquella pasión, le quitó el corazón a su madre y con él sangrante y palpitante todavía entre sus manos, corrió a llevárselo a la infame mujer que se lo había pedido. Pero en el camino tropezó y soltó el corazón que chocó con el duro suelo. Entonces sucedió algo increíble.

De aquella entraña sangrante salió una voz muy tierna y cariñosa que preguntaba: “¿te has hecho daño hijo mío?”

Quienes todavía tengamos la dicha de que nuestra madre todavía viva, amémosla y busquemos su felicidad. Y para quienes ya la perdieron, tengan la seguridad de que desde el cielo estará velando por ustedes.