Vértigo
""Escándalo americano" (*): palomera"
El neoyorkino David O. Russell (Tres Reyes/1999, El peleador/2010, Los Juegos del Destino/2012) hace cine a brochazos. Sus personajes son caricaturas, simples estereotipos ambulantes. Cuando tienen un problema, lo enfrentan a gritos, empujones o insultos. Por supuesto, nada de lo anterior es un defecto. O no debería de serlo, en todo caso. Después de todo, el terreno de Russell es la farsa, un género que no obliga al realismo ni a la sutileza.
El problema de Russell es que sus farsas no tienen filo, lucidez, crueldad y, a veces, ni siquiera suficiente humor. Ese fue el caso de la muy fallida screwball comedy Los Juegos del Destino y, en menor media, de su siguiente filme, Escándalo Americano (American Hustle, EU, 2013) que acaba de ser nominado, inexplicablemente, a diez oscares de la Academia de Cine gringa.
Basado en un caso real en el que fueron detenidos, acusados de corrupción, seis congresistas, un senador y un alcalde de Nueva Jersey, he aquí la interminable retahíla de engaños cometidos por un ambicioso agente del FBI, Richi diMaso (Bradley Cooper), quien obligó a una pareja de amantes y estafadores profesionales, Irving Rosenfeld y Sydney Prosser (Christian Bale y Amy Adams, respectivamente), para que lo ayudar a capturar a supuestos peces gordos.
Russell no podría estar menos interesado en la historia ni en la mecánica de las transas cometidas por Rosenfeld y Prosser. De hecho, estamos en las antípodas de la trilogía de La Gran Estafa (Soderbergh, 2001) y sus dos secuelas, pues las trácalas cometidas no son particularmente imaginativas ni emocionantes. En realidad, lo que le importa a Russell es darles el suficiente espacio a sus actores para que se luzcan y/o se excedan encarnando a sus respectivas caricaturas.
En este sentido, como casi todos sus intérpretes tienen talento (Bale, irreconocible en su papel de estafador gordo y pelón; Amy Adams, irresistiblemente sexy; Jennifer Lawrence, hilarante y naquísima como la joven esposa de Rosenfeld), Escándalo Americano se deja ver sin mayor problema.
Sin embargo, que esta convencional película sub-scorsesiana tenga tan buena crítica en Estados Unidos y esté nominada a 10 Óscares, al mismo nivel que la infinitamente superior Gravedad (Cuaron, 2013) levanta sospechas. ¿No será esto otro timo?
Comentarios: en el blog cinevertigo.blogspot.mx, con actualizaciones diarias, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com.