Vértigo

Ernesto Diezmartínez Guzmán
16 noviembre 2015

"Vértigo"

Exhibida hace varios años en la 53 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional chilanga, Las Razones del Corazón (México-España, 2011), el más reciente largometraje del otrora gran maestro nacional -hace años de capa caída- Arturo Ripstein, está disponible para ser revisada en el sitio de internet mubi.com.
Por desgracia para Ripstein –y para quienes nos acordamos de sus grandes filmes de los años 60/70 del siglo pasado-, esta película, basada muy vagamente en Madame Bovary, no fue el filme que restaure el maltrecho prestigio del director de Cadena Perpetua (1979).
Lo escribí en su momento en mi blog, cunado vi Las Razones del Corazón en Morelia 2011: la cinta, sin duda, tiene varios elementos rescatables: la impecable actuación -más o menos- seria del comediante Alejandro Suárez, el justo trabajo de Plutarco Haza como el cornudo marido pusilánime y la virtuosa cámara en blanco y negro del infalible Alejandro Cantú.
Sin embargo, el nivel de abyección al que el guion de Paz Alicia Garciadiego arrastra a esta pobre Bovary mexicana y clasemediera (profesional Arcelia Ramírez) me pareció francamente insoportable (¿cómo para qué, por ejemplo, la escena en la que Arcelia se orina parada en la sala de su departamento, después de que unos chalanes se han cobrado a lo chino, embargándole el televisor?).
Se supone que la película -producida por el estimado y ubicuo todoterreno cinematográfico Roberto Fiesco- se aventura en el terreno del humor negro; el problema es que es un humor -sea negro, blanco, gris o el color que usted quiera- bastante fallido. La responsabilidad mayor recae en los diálogos de Garciadiego, quien aquí tiene el último crédito, incluso por encima de su marido, el director Ripstein.
Van algunas frases que rescaté en la oscuridad de la sala, en Morelia 2011. Algunas de ellas, quiero suponer, pretender ser intencionadamente graciosas; la mayoría de ellas, simplemente ridículas: "Me aplastas el pecho con tus reclamos", "Mi amor ahoga, quita el aire", "Eres la cuba libre del galán esquivo", "Me da miedo tu amor", "Nacer es lo que me duele", "Tú no sabías que te llevabas mi vida entre tus piernas", "Me da vergüenza vivir mañana", "Juro lo que te juro", "Ojalá yo hubiera aprendido a querer sin dolor", "Los confines de mi vida son los 84 metros de este departamento" y así hasta el abyecto desenlace al que son condenados prácticamente todos los personajes.
Una pena que Ripstein no pueda -¿o no quiera?- salir de este registro.
Comentarios: en el blog cinevertigo.blogspot.mx, con actualizaciones diarias, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com.