Vértigo

Ernesto Diezmartínez Guzmán
14 noviembre 2015

"Terapia de riesgo (**): vale la pena"

El que mucho se despide… pocas ganas tiene de dejar de hacer cine. Es el caso de Steven Soderbergh que, con su vigésimo-séptimo largometraje, Terapia de Riesgo (Side Effects, EU, 2013), ha jurado y perjurado que ahora sí, esta es la última película que dirige.
Si esto es cierto, si este es el postrer filme del prolífico y versátil Soderbergh, habría que subrayar que se despidió con una cinta decente y que, por lo mismo, por lo menos desde esta esquina, se le va a extrañar. Después de todo, no abundan los profesionales de la narración visual y/o el recambio genérico en el Hollywood contemporáneo.
Emily (Rooney Mara) ha sufrido de severas depresiones y, aunque la salida de prisión de su financiero marido Martin (Channing Tatum) debería de provocarle un mejor estado de ánimo, no sucede así: de hecho, intenta suicidarse chocando su automóvil contra una pared.
Entra en escena el inquieto psiquiatra Jonathan Banks (Jude Law), quien decide experimentar con su frágil paciente recetándole una nueva droga, Ablixa, que se anuncia como la panacea contra la depresión. Por supuesto, como todo medicamento de esta naturaleza, Ablixa provocará en Emiliy algunos efectos secundarios: náuseas, insomnio y luego… bueno, eso tendrá que verlo usted.
Como en otras cintas de Soderbergh, Terapia de Riesgo cambia de piel en la medida que avanza. Así, lo que parecía un militante/denunciante discurso fílmico sobre el perverso ecosistema farmacéutico –con pacientes, médicos e industria compartiendo culpas-, se va transformando en un efectivo thriller paranoico con sorprendentes y sucesivas vueltas de tuerca incluidas.
En el mejor estilo hitchcockiano, buena parte de la trama escrita por el especialista Scott Z. Burns no se sostiene si uno la analiza con cuidado pero, ¿quién se fija en pequeñeces si el infalible hombre orquesta Soderbergh -cineasta/cinefotógrafo/editor- nos entrega otra fluida pieza de imágenes y emociones siempre en movimiento?
Más aún: Soderbergh demuestra de nuevo que es un eficaz director de actores –algo que no se le reconoce de manera suficiente- y logra interpretaciones notables no sólo del veterano Law y la joven Mara, sino de Catherine Zeta-Jones, quien podría ser la Joan Crawford madura del nuevo siglo. Y esto, claro, es un elogio.

Comentarios: en el blog cinevertigo.blogspot.mx, con actualizaciones diarias, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com.