VÉRTIGO EN LÍNEA: 'Bellas de noche'

Ernesto Diezmartínez Guzmán
10 marzo 2017

"Notable documental, ópera prima de María José Cuevas"

Después de haber triunfado tanto en Morelia 2016 –Mejor documental y Premio Guerrero de la prensa-, en Los Cabos 2016 -Premio del público- y en Palm Springs 2017 –donde obtuvo una mención honorífica-, se ha estrenado en estos días en Netflix –porque en los cines de Culiacán, mejor olvídelo- Bellas de noche (México, 2016), notable ópera prima de María José Cuevas.

El llamativo título del documental de Cuevas –sí, hija del pintor José Luis; hermana de la videoasta y artista plástica Ximena- nos remite, por supuesto, al clásico del cine de ficheras Bellas de noche (Delgado, 1975) porque, más o menos, de eso se trata.

A través de la cámara de la propia cineasta debutante y Mark Powell, además de la eficaz edición de la ya mencionada hermana de la directora, Ximena Cuevas, se nos presentan fragmentos de la glamorosa vida pasada y la difícil vida presente de cinco de las más famosas vedettes de los años 70/80.
A saber, las mexicanas Lin May, Olga Breeskin y Rossy Mendoza, además de la argentina Princesa Yamal y la paraguaya Wanda Seux.

Entre imágenes de archivo, recortes periodísticos y escenas (por desgracia no las suficientes) de algunas de sus múltiples apariciones cinematográficas, María José Cuevas logra trasladar a sus cinco vedettes –y a nosotros con ellas- a un pasado de gloria que, por desgracia, no estuvo exento de fracasos, tragedias y humillaciones.

La misma Olga Breeskin, reinventada en Las Vegas como una suerte de ferviente líder religiosa, asegura desde el principio que no todo tiempo pasado fue mejor. Y la Princesa Yamal, que terminó en la cárcel por ciertas relaciones comprometedoras, no podría estar más de acuerdo.

De cualquier manera, ante la cámara de la empática Cuevas, las cinco mujeres reviven y lo hacen en serio: se vuelven a vestir como antes, posan felices de la vida como si tuvieran 40 años menos, confiesan excesos y excentricidades increíbles –en este departamento, Lin May les gana a todas y con mucho- y hasta hacen vehementes juramentos de dignidad (“Nunca más”, dice la aún guapa Rossy Mendoza, cual si estuviera interpretando a una Scarlet O’Hara de Región 4).

Como buenas vedettes, Lin May, Olga, Rossy, la Princesa Yamal y Wanda exigen nuestra atención absoluta. Y, la verdad sea dicha, por lo menos mientras dura la película, es imposible negársela.

Comentarios: en el blog cinevertigo.blogspot.mx, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com