Vértigo: Sueño en otro idioma

Ernesto Diezmartínez Guzmán
25 abril 2018

"."

Presentada hace un año en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2017 –donde ganó el premio Guerrero de la Prensa- Sueño en otro idioma (México-Holanda, 2017), cuarto largometraje de Ernesto Contreras (insuperada ópera prima Párpados azules/2007, sólido filme documental Seguir siendo: Café Tacuba/2010, interesante Las oscuras primaveras/2014), inicia con los más curiosos augurios: el joven lingüista Martín (Fernando Álvarez Rebeil) llega al pueblito veracruzano de San Isidro para tratar de rescatar el zikril, un lenguaje a punto de extinguirse.

En el pueblo quedan solo tres personas que hablan esta (ficticia) lengua: una anciana que muere al día siguiente que llega Martín y dos viejos, Isauro y Evaristo (José Manuel Poncelis y Eligio Meléndez, ganadores del Mayahuel a Mejor Actor en Guadalajara 2017), que tienen medio siglo que no se hablan entre ellos. La razón, explica la nieta de Evaristo, Lluvia (guapísima Fátima Molina), es que los dos ancianos se enamoraron de la misma mujer, María (Nicolasa Ortiz Monasterio), y pelearon casi a muerte por ella cuando eran jóvenes. María terminó casándose con Evaristo y desde entonces Isauro, que nunca aprendió a hablar español, vive solitario en su cabaña.

Al inicio, la mirada amable del experimentado Ernesto Contreras -que, como de costumbre, filma un guion de su hermano Carlos-, nos guía hacia una suerte de entretenida comedia rural de encuentros y desencuentros geriátricos, una especie de Dos viejos gruñones (Petrie, 1993) con todo y versiones indígenas de Jack Lemmon y Walter Matthau.

Hasta aquí la película funciona bien: el problema, sin embargo, aparece en la segunda parte, cuando sabemos la auténtica razón de la enemistad entre Isauro y Evaristo. Más allá de que la causa tiene algo de originalidad en el contexto cultural del filme, lo cierto es que los hermanos Contreras terminan engolosinándose con el tema y la película se vuelve bastante repetitiva.

Más aún: al lamentable estancamiento dramático habría que agregar el exceso de una cursi resolución realista-magicosa que, al parecer, le encantó a los espectadores de Sundance 2017, quienes le otorgaron a esta cinta el premio del público.

En todo caso, aunque estamos lejos de la mejor obra de Contreras –que, insisto, sigue siendo su lejana opera prima Párpados azules- Sueño en otro idioma es una muy agradable película que, por lo menos, se sale de la moda de las estólidas comedias urbanas que plagan cada fin de semana la cartelera del cine nacional.

Comentarios: en la página web www.ernestodiezmartinez.com, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com